Pusieron una mesa detrás de otra, separadas por una distancia equivalente a la longitud de una de ellas y, sobre cada mesa, una silla. Treparon a los pedestales y tomaron asiento. Por orden, vocearon sus galas:
- ¡Melchor!
- ¡Gaspar!
- ¡Baltasar!
Saludaron a la concurrencia y arrojaron caramelos a quienes les aclamaban…
Entonces, dos enfermeros de los de turno en esa sala del hospital comentaron:
- Se creen magos.
- Y de oriente.
- Pero son los padres.
- Eso dicen.
- Son los padres.
- Y doña nómina.
- Y doña nómina.
- Cuando se vayan a acostar nos subimos a los tronos.
- ¿Tú y yo solos?
- Y doña nómina.
- Vale.
1 comentario:
Entro al Internet buscando imagenes de pavoreales y miren con lo que me encuetro, hermosos cuentos como sus plumas. Saludos desde Guanajuato, México.
Felicidades y buen año
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