Tienes celos de mi silla
y no me extraña, cariño.
Es lugar donde, de armiño,
corono en la maravilla.
Ahí soy el rey, en mi sitio.
Y tumbada en el sofá
tú meditas: ojalá
acudiera a mí este pitio.
Por pasión me “apolinizas”
y quieres por eso mismo
ganas de estar, no postizas
expresiones y otros dramas.
Mas, dice mi catecismo:
termina el film y ya la amas.
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