Sociedades secretas constituidas para difundir un determinado ideario filosófico de intervención social, a fin de hacerlo hegemónico y perdurable. Son el sostén primordial de todo partido político. Se valen de una calculada “invisibilidad” para promover sus fines dentro o fuera de la ley. Actúan desde las entrañas de toda organización social y de poder: empresas, instituciones bancarias, medios de comunicación, organismos culturales y administraciones públicas. Una de las actividades preferidas por los clanes a los que sirven, consiste en formar y mantener equipos de gregarios capaces de trasmitir consignas cuyo propósito último obre los efectos de la propaganda extrema: lograr conductas que respondan al empleo fanático de la demanda de derechos. De este modo, por ejemplo, los elefantes odian a los burros y los burros a los elefantes, a pesar de las cualidades que pueda manifestar dicha fauna a la hora de delegar entre los principales de los suyos, y el buen servicio al que da lugar alguna de sus iniciativas.
Conviene, pues- desde los presupuestos de ese “subsuelo animado”, dividir, actuar con insidia y concluir dogmáticamente que los que se sientan en la bancada azul son seres abyectos a los que se tratará con aparente deferencia, cual si residiera en ellos cualquier atisbo humano, del mismo modo que ocurre con los que acomodan sus posaderas en la bancada roja. Depende de los colores a los que sirva la logia promotora de tales ponzoñas.
Es también, objetivo no menor para todas ella, operar con diligencia y asegurar cotas de fidelidad entre los sujetos y seres manipulables, para restar así fuentes de financiación a las fuerzas, grupos y logias rivales. Por lo tanto, tomando como valor de buen gobierno la máxima mafiosa según la cual resulta imprescindible enmascarar todo procedimiento- “parecerá un accidente aunque no lo fuere”- evitarán vínculos delictivos demostrables y, a ese fin, una partida económica y de acción segura figurará como prioridad fundamental... Se trata de difundir todo tipo de denuncias con el objeto de sacar a la luz lo que las logias harán o están haciendo. Una maniobra articulada dentro de lo que se viene llamando TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN. Los movimientos alternativos de información, independientes y aún sin acólitos que supongan su propia anulación, acreditan una mejor inoperancia disponiendo a su servicio la más detallada documentación. Quedan así intoxicados por la verdad, de tal modo que, sin repercusión ni crédito, porque automáticamente quedan catalogados como sospechosos de catastrofismo y reos de ocultas responsabilidades, ayudan a sepultar, delante de las narices del mundo, lo que hay que manejar a salvo de curiosos.
Las operaciones que realizan y su existencia se remontan al principio de los tiempos y constituyen el corazón mismo de las fuerzas que rigen el mundo.
Claro que, todo puede ser y esto suponga nada más otro eslabón en la cadena de lamentables panfletos conspiratorios que abundan y a los que no hay que hacer caso.
O sí.
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