NUEVA NORMATIVA PARA ASCENSORES
Hasta ahora, el peso máximo que figura como límite de carga para ascensores de viviendas y recintos comerciales, figuraba impreso en una pequeña placa, en el interior de servicio, junto con el calculo de vecinos del inmueble o visitantes que podían ocuparlo sin riesgo de avería. Es la información que procede para evitar percances innecesarios. Pues bien, tras los estudios que acaba de concluir la Oficina para la Mejora de Trasportes Verticales, OMTV, adoptadas como norma durante la última reunión del consejo de ministros, deberá modificarse dicha información. A partir de la publicación de la orden correspondiente en el Boletín Oficial del Estado, se consignará, sustituyendo las referencias actuales respecto del número de personas que pueden estar presentes a la vez en un trayecto de subida o bajada, una variable de probabilidades conforme al volumen en kilos de cada usuario particularmente considerado. No es lo mismo, por ejemplo, una señora esbelta de 50 kilos, que un mocetón de metro noventa y 110 kilos. Desaparece, pues, la uniformidad anteriormente utilizada para cuantificar lo dicho. No se tenían en cuenta las circunstancias individuales del usuario, suponiendo tal pormenor un acto discriminatorio a todas luces intolerable, según la filosofía democrática real cuya tendencia imperante surge tras los movimientos del 15 M. Por fin, sine embargo, desde muy prontas fechas, se van a subsanar las taras y errores que conciernen a servicios públicos tan populares. Por otra parte, habrá de existir una tabla de combinaciones cuyo registro tendrá acceso informatizado en el exterior y, para entrar en el cubículo, será necesario marcar un número secreto. Clave asimilable al peso propio que requerirá actualización semanal. De no estar al día, el umbral del artefacto emitirá un ultrasonido de defensa o descarga eléctrica, pensada para disuadir a los infractores.
AUTOBUSES A LA DE TRES
A partir del mes próximo los asientos a disposición de los usuarios de los transportes públicos se ocuparán previa subasta pública. Para ordenar el uso y disfrute de una plaza más cómoda, últimamente conseguida mediante disputa sorda- muchas personas se sirven de su condición para anticiparse con malas artes y conseguir lo que en realidad hubiera debido a corresponder a otros, un empleado de las compañías concesionarias de autobuses urbanos y ferrocarril, subastarás, en las estaciones de cabecera, los asientos disponibles. Supone esto que dichos lugares tendrán un precio adicional cuya cuantía vendrá delimitada por la demanda existente para su adjudicación. El precio de inicio será igual al de un viaje sencillo y los interesados habrán de estar frente a la caseta de subasta que se habilitará a esos efectos diez minutos antes de la salida del transporte.
LA CALLE TAMBIÉN ES TU CASA.
Para fomentar el acceso a la vivienda caben todos los recursos, todas las ideas son bienvenidas si la realización de las mismas no es un imposible. Por eso, con el lema, LA CALLE ES TAMBIÉN TU CASA- eslogan principal de una campaña auspiciada por la Federación Española de Municipios y Provincias Ahora todos Azules (FEMPATZ)- se pretende informar de la disposición administrativa a la flexibilidad en materia de vivienda. Según este nuevo talante, vale la acampada en cualquier espacio urbano o rural habitable. Basta con argumentar un propósito reivindicativo de cualquier orden, para hacer efectivo, con todos los derechos, el lugar donde se asiente la tienda. Incluso, a los más desfavorecidos, se les entregará un kit de dimensiones familiares cuyo coste será cero, siempre y cuando logren el apoyo solidario de otros asentados en materia de determinados servicios como iluminación y electricidad. Importa la gente y la calle es de todos, dicen los promotores de la idea que se trasladó a la FEMPATZ, después encargada de ejecutarla- el Movimiento Asambleario de los Sin Techo- sobre todo en verano. Luego, cuando llegue el invierno, ya se verá.
LA TIENDA DE BARRIO EN EL CENTRO COMERCIAL
Muchas personas, consumidores que acuden a las medianas y grandes superficies para hacer la compra, sienten nostalgia de la tienda de barrio. Pues bien, una empresa dedicada a la figuración escenográfica para cine y teatro, propone su solución para consumidores a la antigua. Se trata de facilitar un número de cajas que supongan el remedo ideal de al tienda de ultramarinos de toda la vida. Las personas podrán reservar un número de compra previo a la consecución de este servicio. Hacen su compra como suele hacerse, por ejemplo, en un hipermercado, y, después, los productos que se quieren llevar, se trasladan, en carrito, hasta hacerlos pasar por una puerta de la caja dicha, accediendo inmediatamente al interior como si se personara en, pongamos, ALMACÉN DON MANOLO. Allí, cuando llega el turno de cada cual, se solicitará lo previamente reservado al dependiente quien, con el número de compra del cliente, servirá lo demandado al viejo modo. Resta, nada más, el pago y la salida ya directamente a la calle. La empresa en cuestión ha contratado ya esta modalidad comercial con grandes empresas del ramo.
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