POSTALES DE VERANO 1
Foto:
El sol acaba de ocultarse tras los más altos edificios sitos en primera línea de playa y la arena es puro cobre hoyado todavía por bastantes plantas humanas. La mar hermosa y tranquila. A lo lejos, observando tierra desde el mar, a la izquierda, vuelan cometas.
Texto
Víspera de la celebración universal en el deporte. Son los juegos Olímpicos y toda reprobación política está demás cuando, no solo se consienten a diario las tropelías de un régimen totalitario como el chino, no solo se atiende a ese país comercialmente, sino que, precisamente a fecha de hoy- o en días anteriores- se cuestiona al anfitrión. Hubo tiempo incluso para desestimar la organización años ha concedida. Pero ya es tarde y lo que venga, por más audaz que fuere- si es que ha de venir- constituirá tan solo un inoperante acto de corrección política… Sin embargo, importa todo esto porque el acontecimiento del verano está a punto de suceder y, antes de abandonar la playa, sobre los cielos turísticos de Guardamar del Segura, observo prácticamente flotando en el aire, un pájaro de fuego. Consulto mi visión con el oráculo, y mister GOOGLE me dice que la instancia impresa en mis retinas puede ser un CARDENAL ROJO nombre propio del citado pájaro en Norteamérica, un ave que se distribuye por el este y suroeste de Estados Unidos, México y el sur de Guatemala. El plumaje del macho es rojo intenso, con una máscara negra que va desde los ojos hasta el cuello… Pudiera ser, y las dudas que considero oportunas origina un impulso: solicito nueva opinión... Quizás se trate de un ABEJARUCO- o comedor de abejas como la especialista en idioma Inglés que me acompaña leyendo a Millás certifica y me propone, antes de cenar y derrotarme otra vez al INTELECT- animal parecido al ave del paraíso, habitante de las selvas tropicales: el colorido de su plumaje y la forma del pico y cola, son rasgos muy típicos de los alados pobladores de dichas zonas. Además, entre sus colores mas llamativos está el azul verdoso del pecho, el amarillo de la garganta y alas y el rojizo de cabeza y espalda, y llama la atención también su largo y ligeramente curvado pico y la larga cola en la que destacan las plumas centrales acabadas en punta. Todo muy puesto a favor de lo que juraría estuvo a mi vista durante el tiempo en el que abandonábamos la arena. Sea como fuere me inclino a pensar que se trataba de un Articuno- Freezer en el original japonés, Artikodin en francés y Arktos en alemán- una de las 493 criaturas ficticias de la franquicia Pokémon. Averiguo que, Articuno, es uno de los “pájaros legendarios”, junto con Zapdos y Moltres. Su nombre procede del término inglés arctic (ártico) por ser de tipo Hielo, y del término español uno por ser la primera ave legendaria. Y a mí es lo que mejor me cuadra para expresar esa maravilla volante, suspendida en el espacio, dueña del aire mediante unos hilos sabiamente manejados desde tierra, producto de uno de los más hermosos artificios humanos. Como dentro de unos días el Circo del Sol. Aunque los atletas desfilen en Beijín mañana.
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