domingo, junio 03, 2012

ENTRE OTRAS COSAS, HONESTIDAD

Hemos llegado al siglo veintiuno. Dicho esto, ninguna novedad. Sin embargo, comenzada la segunda década de esta centuria, se multiplican los augures y el APOCALIPSIS está apunto de narrarse como noticia del día. Creímos que podríamos nadar entre monedas para siempre, como lo hacía el “archiricachón” pato Gilito de la Disney y estuvimos convencidos de la salvación mediante la tecnología. Mas, como sostiene el profesor, pensador, escritor y filósofo, José Antonio Marina, “Un burro conectado a Internet sigue siendo un burro”. La tecnología es una sofisticada caja de herramientas que no nos hará mejores si somos incapaces, si carecemos de voluntad para serlo. Y el pato de ficción necesitó exponerse a las brisas marinas para desobstruir los poros de la piel, ciegos hasta entonces por los residuos de metal de su opulencia. Claro es, que ni somos tan malos ni somos tan buenos. Padecimos de soberbia y somos hoy una sociedad equivocada. Convulsa, desconcertada, frágil… pero, vaticinar el fin, es demasiado. No obstante, al margen de abusos, fraudes, delitos y otros detalles de injusticia que están en mente de todos, además de pedir responsabilidades a quienes corresponda, tras conocer a quienes tienen la culpa de esto o de aquello y son sancionados como la ley exija, nos faltan tantísimo para “reiniciar” el sistema sin miedo a repetir errores que fácilmente cunde la desesperanza. Porque nos falta incluso ánimo para mejorar, para adquirir como propias costumbres, hábitos y virtudes sobre las que otros edifican presentes y futuros de prosperidad: no digo necesariamente de nueva riqueza sino de abundante valor humano en la mejor versión de la palabra humano. En ese sentido podríamos tomar nota de algo que dejó escrito en días pasados y fue publicado por el Diario El Mundo, el empresario Juan Planes*: “Tengo la convicción de que España nunca estará a la cabeza del desarrollo social y económico mientras no puedas adquirir prensa cogiéndola de una cesta en la calle y dejando voluntariamente una moneda (Suiza), olvidarte el portátil en el banco de un parque y volver el día siguiente con la tranquilidad de que allí lo encontrarás (Japón) o pagar tú mismo, sin cajero ni vigilante, la compra en el supermercado (Gran Bretaña)”… Es decir, nos falta honestidad. Honestidad, respeto, espíritu de colaboración y bondad- la gran creación de la inteligencia humana a juicio del profesor José Antonio Marina- entre otras cosas. Bondad para resolver problemas, bondad para poner en práctica esas soluciones, bondad para reencauzar la dignidad de la convivencia. Bondad preferiblemente como cualidad de bueno a blandura. Que lo bueno se imponga a lo inconsistente sin lugar a confusión. Porque la confusión es también madre, hijo, hermano, padre y abuelo de cada uno de los días que vivimos. Confusión a pesar de disfrutar de más posibilidades de comunicación que nunca o, precisamente, por eso mismo. Confusión como puede resultar equívoco el próximo enlace de la gestión de servicios de Guadalajara capital a la red de ciudades inteligentes. ¿Qué es esto? Lo cuenta Blanca Corrales en Guadaqué: “Guadalajara se adhiere a la Red de Ciudades Inteligentes, una red de municipios creada a principios de año, para integrar modelos tecnológicos en la gestión de servicios municipales. Guadalajara será la primera ciudad castellano-manchega en formar parte de una red que, de momento, integran 23 ciudades como Alicante, Barcelona, Logroño, Huesca o Madrid”… Parecerá a algunos- tal vez muchos- que bastan las aplicaciones informáticas y telefónicas para hacernos, de inmediato, ciudadanos prodigiosos. Y si lo creemos así abundaremos en la mediocridad que cunde como valor promedio de nuestras sociedades. Venga pues la tecnología, pero, con urgencia, recuperemos con carácter definitivo una credibilidad que se perdió mucho antes de comenzar la crisis. Armémonos de bondad, de inteligencia por tanto, antes de que, en verdad, como dicen los agoreros, sea demasiado tarde.

(*)  http://elcomentario.tv/reggio/%C2%BFpodemos-hacernos-noruegos-de-juan-planes-en-el-mundo/18/05/2012/