sábado, agosto 14, 2010

FALSA NOTICIA


Stanley estaba convencido de encontrar a Livingston en las inmediaciones del río Lualaba, como se denomina al curso alto del Congo, y, ya cerca, mandó parar.

Refinado como era, decidió servirse una infusión a la china, con agua de lluvia. Sin embargo hacía días que caminaban sin que se produjeran chubascos.

Entonces, hombre de recursos, procedió a la española…

Tomó la reliquia de San Jorge* que siempre llevó consigo y entonó salmos.

Ahora bien, relacionar la consiguiente tempestad con la crecida del río que Livingston confundiera con el Nilo y la marcha de éste hacia el lago Tanganica…


*Patrón de los exploradores.

jueves, agosto 12, 2010

ESCENAS DE PLAYA 2


Hace tiempo inicié una colección imposible y eso me hace recordar aquel cuento de Mark Twain… Fue el afán de reunir todos los vientos, los notorios y los domésticos, a partir de las noticias que tuve de una vaharada local o movimiento modestísimo de aire, de nombre EL REGAÑAO y cuyo origen olvidé, que hice tratos con la locura. No recuerdo desde dónde soplaba ni sus intenciones a la hora de apresurarse, pero quizás un día solicite un molinillo, tal vez una vela latina, quien sabe si la presencia del mismísimo Eolo y pretenda concluir lo ahora mismo pendiente. El caso es que finalizando la tarde, mientras intentaba recordar los nombres de las galernas, cerca de las rocas de la costa soplaba el Levante. Viento de mar a tierra que suele mostrar su pujanza en cuanto se presenta. Ella mencionó el nombre de la isla de nuestro amor y primer conflicto sentimental, saludándome acto seguido para que prestara atención a otra cosa. Quiso que retirara mi vista del no muy lejano reducto rodeado por el Mare Nostrun, proponiéndome otro objetivo… Se trataba de un navegante sin embarcación, probablemente un joven que, de pie sobre una tabla de madera- de esas con los que algunos dicen “cabalgar” las olas, y remando, dirigíase de derecha a izquierda según nuestra posición de cara a la mar, hacia quién sabe qué puerto o playa. Después, ella, me interrogó acerca del suceso, tan extraño, con ese viento y tan cerca de ser la hora que sería pronto. Yo, respiré el magnífico olor a maravilla azul, y contesté:


- Puede que sea un enamorado, un amante urgido por la oportunidad. Quizás es el último día y la hora se acerca. Esa en la que las sirenas emergen desde los palacios de Plutón y, durante unos segundos, refulgen en busca de marido. Muchos son los pescadores que, observando ese solsticio, esa aproximación de luz procedente de lo más íntimo del misterio, sienten perdida la razón y lo dejan todo para, al fin, perecer ahogados. Las nobles hijas de Neptuno conceden ese gesto de amor nada más durante el breve instante que se muestran fuera del agua y jamás se lo ofrecen a hombres con esposa. Muy pobre respuesta cuando el precio si sobreviene el fracaso es la vida y del azar dependen los detalles del envite… Quizás, un día contempló el fenómeno y algo le dice que mañana ya no se repetirá el sueño. A lo mejor, los bríos de galeote que son de su propio ser obligado, justifican una premura indudablemente lógica: pueden obrar a beneficio de esperanza si la ola que ha de encararse concuerda exactamente con la que anticipa el júbilo: durante la fracción de tiempo exacta en la que la luz lo abandona todo a favor de la oscuridad, cumple la vez, es cuando ellas emulan a Venus y Botticelli sonríe desde Florencia.


Luego, confortablemente sentados, ella al volante, tras haber ignorado mis ínfulas de narrador y disfrutando de lo serpenteante del camino, y yo, mirando al mar soñé, que estabas junto a mí… proseguimos.


Tanto o tan poco como para llegar sin apartarnos de la costa y acercarnos a la mar gracias a una plataforma de madera que salvaba los arenales. La mar seguía hermosa, las luces del ocaso disminuían, podía especularse con la posibilidad de una nueva tormenta y la humanidad, digo de los usuarios de ese día y de antes y después, de los que disfrutan de vacaciones y de los que no, también allí con destino para su ocio, son en su mayoría unos guarros. Unos cerdos que parecen incapaces de dejar sus inmundicias en una papelera o llevarlas consigo cuando agotan el préstamo que Madre Natura les concede. Se les llenará, más tarde, la boca de ecologismo, exigirán se retiren las antenas de telefonía que presumen cancerígenas, o bramarán contra el maltrato de animales sin mencionar que dejaron abandonado a su propio perro…


Del “patinador” a remo, o de las sirenas, por cierto, nada de nada.


Como es lógico.

jueves, agosto 05, 2010

ESCENAS DE PLAYA


La línea de arena más próxima a aquel otro pedazo terrestre que se confunde con los dominios de la mar, es un recuerdo a determinadas horas del día, el testimonio ruinoso de esa afición o propósito arquitectónico cuyo origen está en la parte medieval de los cuentos de hadas. Pero, si por esa vereda sin lindes camina un joven retoño con muelles en las piernas, tras unos cuantos saltos sobre la nobleza de lo que fue, resulta abandono de feo barro: como nadie protesta, que no se le exija inocencia ni romanticismo al mocito cuando ya de mayor grite gol por esos campos de campeonato.

Una ley de costas nunca vista por escrito reza: “Todo lugar para sacudir una toalla que se depositara sobre la arena, tras una jornada completa de idas y venidas, jaleos de comidas y desperdicios varios, se hallará sito lejos de la superficie que se ha ocupado y, a poder ser, más o menos próximo al enclave donde descanse otro ciudadano cualquiera. Así, con la brisa…”

Además de las gaviotas, las hormigas y los peces- medusas y tiburones incluidos- en las playas hay perros. No que residan de natural allí, sino en virtud de mascota: compañía y disfrute de algunos ciudadanos que los traen para pasar el día o la ocasión de asueto. Todo bien. Son simpáticos. Van, regresan, ladran, chapotean, se sacuden y, como no entienden, corretean posando sus pezuñas sobre lo que sea, toalla, cráneo o barriga humana también. Además hacen sus necesidades- nunca en un extremo alejado de propios y extraños- cuando toca. Magnífico, ¿verdad?

Como sucede en todas partes, las playas están llenas de personas distintas. Hay quienes hacen uso de sus efectos personales y se llevan lo que reste porque es material a conservar o supone un inmediato depósito en el contenedor de basura más cercano. Y esos mismos u otros más escandalosos abandonan el lugar no sin una buena siembra de inmundicias. Es- los adultos dichos piensan lo mismo pero se manifiestan socialmente hipócritas- a la par de lo que sostienen muchos niños y adolescentes: “¿Ensuciamos? Que limpien ellos- los trabajadores y servicios de limpieza- para eso reciben un salario, ¿no?”

Si se compara porcentualmente, de bandera verde a amarilla y roja, la zona de baño de una playa crece en “humanidad” para pasmo de observadores y agentes de salvamento y socorrismo. A esos efectos, algunas ancianitas frágiles y venerables en tierra trocan su ser por el de sirenas indomables que parten olas con la espalda. Palabrita del niño Jesús, por éstas que son cruces…

El biquini es una prenda de baño… bueno, dos, para cuyo vestido se exige precisión. Es tan poca la tela que no puede quedar así como así, sobre todo después de la sucesión de chapuzones que correspondan. Prácticamente es un atavío falso, porque, total, debiera dar lo mismo si se aprecian unos centímetros más o menos de piel. Sin embargo, el proceder minucioso de las usuarias que lo lucen es riguroso: un tironcito de aquí, otro de allá, hueco, justeza, las maniobras que convengan para lograr su sitio sobre la piel y no otro…

Se oculta el sol y vienen los pescadores: la playa también hoy trasnocha.






lunes, agosto 02, 2010

PROHIBIR


Tiempo ha, cuando mejor iban las cosas, nada más inaugurarse el Edén, sucedió: “Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en el jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»*”… Fue cuando se prohibió la fruta y que aún hoy nos alimentemos de peras y manzanas refrenda el auge de la aconfesionalidad y el laicismo. Por otra parte, morir no morimos salvo que la Organización Mundial de la Salud nos diga que sí, que los aficionados a la fruta son costosísimos enfermos, contribuyentes a la masificación que se da en los cementerios de todo el mundo. No siempre se está al tanto de todo. Un día comer huevos es peligrosísimo y al día siguiente una bendición gastronómica sin par… Pero prohibieron la fruta, prohibieron el conocimiento, prohibieron la disensión espiritual o su rechazo, prohibieron el tabaco y prohibirán a Cabrera Infante, a Bogart, prohibirán Cuba y prohibirán a Fidel, “matusalénico” y siempre elegante vestido de Adidas… Prohibieron las corridas de toros y los toros se extinguirán, los toreros quedan sin biografía y se prohibirá a Goya, a Dalí, a Picasso, a Miró y prohibirán a Lorca, y a Miguel Hernández, y a Hemingway, y a Alberti. Porque no conviene ninguna violencia contra los animales y en aras de evitar atrocidades vistas o no vistas, se prohibirán los chuchos, los lindos gatitos, los canarios “Piolín”, y dejarán de ser legales los mataderos. Tampoco se podrá cercenar la vida de plantas, al fin seres vivos como bien se sabe, y las huertas y la gastronomía quedarán prohibidas: la alimentación, eso sí, será un trámite resuelto por los alquimistas y masones. Prohibirán Arzak, Arguiñano, Adría y Carlos Herrera, el periodista, y, prohibidos, los pacifistas militantes, incapaces de prohibir la guerra, prohibirán la pólvora y dejarán de celebrarse las Fallas y las Hogueras, como dejará de celebrarse San Fermín, San Isidro y se cerrará La Maestranza. Y, puestos a prohibir, se prohibirán los automóviles, las ciudades y el fútbol. Se prohibirán los libros, como ya adelantara Ray Bradbury que será prohibido a su vez. Prohibidos los chiringuitos y las edificaciones costeras, como se prohibirán los bosques a fi de evitar, a imagen y semejanza literal de lo manifestado G. W. Bush, los incendios. Se prohibirán los baños marinos, los baños fluviales y las piscinas: derrochar el agua, también por riegos ornamentales, o molestar a los pececitos se considerará una práctica intolerable. Se prohibirá la caza y se prohibirá a Delibes. Se prohibirá la pesca comercial y recreativa y la cría en cautividad de palomas mensajeras. Por intolerancia con la piratería se prohibirá Internet y la SGAE gobernará hasta el fin de los tiempos. No obstante se tolerará el cotilleo y se declarará día de fiesta la onomástica de Belén Esteban, objeto de museo y peregrinaje extinguida la televisión. Amén.



*Génesis 2: 15, 16 y 17


A modo de coda: dos artículos a leer que recomiendo:

http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_edicion=3067&id_firma=6090

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Toros/literatura/elpepiespand/20100417elpand_7/Tes