martes, septiembre 28, 2010

EULOGIO DE LA HUELGA


Asistido por las cuadrillas de muy amables y respetuosos convecinos, honorables informantes y abnegados operarios de gremios diversos, he decidido someterme a los dictados del más fuerte y participar en la huelga.

Por lo tanto, hoy, en vez de gruñidos, entonaré aleluyas cuando me cruce con mi suegra por el pasillo de casa.

Dejaré por fin de fumar y lo haré prendiendo un cigarrillo. Una vez consumida la oportunidad, a la experiencia de hacer lo prohibido sumaré la corrección sanitaria que impera en estos días.
Saldré vociferante y en las plazas gritaré mis proclamas acerca del mundo y las circunstancias del mismo que exijo.

A imagen y semejanza de los que me representan patearé alguna papelera- que luego pudiera servir como elemento de una barricada si se diera el caso de iniciar una trifulca, y me liberaré al modo de esos funcionarios que se han pedido como “moscoso*” el día de la fecha para ausentarse del trabajo y no dejar de percibir por la jornada lo que corresponda.

Apedrearé los semáforos como acto disuasorio que ejemplifique la necesidad de parar.

Me inventaré las noticias escribiéndolas en unas servilletas de cafetería que previamente robé en previsión de la epidemia de silicona en las cerraduras que abren o cierran comercios.
Invertiré en ocio municipal paseando por las plazas a ver si, como dicen que trae suerte hacerlo, piso la mierda de algún perro.

Con todo esto no creo que haya alguien aún que se queje. Decir que no se respeta el derecho de los que quieren ir a trabajar es antidemocrático, aparte de falso… ¿no?

Los servicios mínimos de las fuerzas de seguridad se van a respetar precisamente para verificar que los servicios mínimos de las fuerzas de seguridad se cumplan.

Y, al acabar todo, asistiré a la ceremonia del recuento mediante los servicios ofrecidos por el “señor GOOGLE”. Un resultado, sin embargo, que puedo anticipar ya: fue un éxito y un fracaso.


*moscoso
1. m. En algunos empleos, especialmente en organismos públicos, día libre destinado a resolver asuntos propios:

lunes, septiembre 27, 2010

AFORISMOS DE ANÓNIMO 4


Dice una madre, amiga mía, que su hijo considera igual de respetuoso, si se tiene respeto, dirigirse de tú a otro, incluso desconocido, porque tal requisito, el de otorgar consideración, viene dado por lo sustancial, no por la forma, o así me explico yo lo que me cuenta la mujer a la que cito. Y, aunque estoy de acuerdo, debiéramos coincidir en apelar a los demás tratándoles de usted, si no se ha establecido una confianza tal que reduzca las distancias.

Prestigio es una palabra que se rifa en cualquier mercadillo y suele confundirse con notoriedad. Pero lo simplemente conocido, por más que origine acólitos, no garantiza la excelencia.
Viene el otoño y, como en el resto de las estaciones climatológicas, el tópico genera ventas. Periodo de melancolía dicen, con menos luz solar, los inconvenientes de las previsibles lluvias y un ejército de terapeutas y sanadores a la espera de que haya calado la consigna y las gentes acudan en busca de una solución al mal que les han dicho que sufren.

Discrepo en muchísimas cosas con ese gran bufón que es El Gran Wayoming, pero le reconozco maestría a la hora de expresarse mediante el humor, celebro sus ocurrencias y le respeto. Más, no porque sea cosa sólo suya, advierto al contemplar alguna de sus intervenciones televisivas, lo acerado que puede ser un chiste… acerado, no de viga- propósito constructivo- sino de daga.

Maestra: a veces me emociona verla caminar, pero no tengo la virtud de los poetas para decirlo. Sin embargo, precisamente por su trabajo, cuando me cuenta que la quieren y que se siente satisfechísima, encuentro la función exacta de mi amor: alegrarme de que sea así.

jueves, septiembre 23, 2010

AFORISMOS DE ANÓNIMO 3


Cuando los representantes sindicales convocan a la huelga general manifiestan suspendido el derecho al trabajo como valor predominante. Pero, ¿y la libertad? ¿No es una razón superior? La libertad, por ejemplo, de ir a trabajar…

Durante la huelga general, dicen los líderes sindicales, hay que cerrar los bancos, paralizar el transporte, constreñir, si es necesario por debajo de la mínima, toda actividad laboral, sí o sí…
En la práctica, la huelga es la dictadura del proletariado ejercitada, si es necesario, en contra de la propia clase trabajadora.

Se actúa con la violencia que haga falta para lograr el éxito de la huelga. Los trabajadores no saben lo que les conviene y los representantes de los trabajadores desconfían de sus representados. El fin justifica los medios y no debe resultar indecoroso para los responsables de ejercitar tal principio, revestirse de blanco y llevar palomas en exigencia de una paz cualquiera en otras ocasiones.

¿A que no hay ovarios ni testículos para saber llamar a la legítima movilización obrera y observando después, democráticamente, quienes son los que responden a la llamada?

miércoles, septiembre 22, 2010

AFORISMOS DE ANÓNIMO 2


Entre las edificaciones más altas los termiteros, las catedrales y las fortalezas del odio, alturas de hosco adobe desde las cuales se combate al vecino hasta su exterminio aunque se disfrace el lance de puro intercambio de pareceres.

Antagonistas ideológicos o espirituales carne que se quiere mejor abrasada.

Los que manifiestan indudables deseos de cambiar el mundo suelen tener por indiscutible su concepción del mismo.

El empeño de las dictaduras a la hora de manifestarse de muy distinto y más amable signo, es irrelevante. Sin embargo, merece más atención el lodo, la zafiedad violenta del barro que reside en todo títere humano servidor de tan aborrecibles especímenes.

A la tercera va la vencida, se dice, ¿y luego?

lunes, septiembre 20, 2010

AFORISMOS DE ANÓNIMO 1


La libertad es una de esas creaciones humanas identificada conforme a infinidad de pareceres cuya realidad responde a la pura conveniencia de quienes dicen manifestarse en ella.

La publicidad supera en eficacia y espíritu lúdico a la política. Es una actividad perversa destinada a incentivar las más bajas pasiones del ser humano que suele tener éxito incluso en las más adversas condiciones. Sin embargo, la política es un galimatías privado, por más que se diga público, que concierne a una “BELLACOCRACIA” a turnos convocante de sus mesnadas o seguidores acérrimos, incapaces como ellos de admitir que el vecino también acierta.

La salud es el bienestar orgánico que perdemos, como a menudo la cartera, por descuidos propios.

Si, viajando en un transporte público, notas la presencia táctil de alguien a quien no se le requirió tales devaneos, probablemente es que el número de pasajeros excede lo razonable.

Todo rigor aplicable es inversamente proporcional al que deseamos para nosotros mismos, siempre y cuando dependa de nosotros actuar a ese conforme.

miércoles, septiembre 15, 2010

DE UNA TARDE DE DOMINGO CUANDO AÚN ERA VERANO.



Me lo decía un camarero, ocioso como yo, aunque durante su horario de trabajo. Mirábamos el algo revuelto horizonte marino, la arena, sin prisas a esas horas de la tarde del domingo.. “Ya se nota que marchó la parroquia de julio y agosto, pero no hay problema: por fortuna somos autosuficientes… Sí, porque hay que diversificar el negocio.” Nosotros sembramos poriuletano todas las noches, lo regamos bien y, a la mañana siguiente, ya tenemos una nueva cosecha de sillas y mesas de terraza. Las empleamos ese día y, de segunda mano pero con sólo una jornada de uso, las vendemos a otros establecimientos por un precio mucho más barato. Ni los de Ikea nos ganan…”

Luego descubrí que las olivas del aperitivo debían estar bañadas en algún aceite alucinógeno porque sino no se explica que marchara a pie, como Jesucristo sobre las aguas del Tiberiades, hasta la próxima isla de Tabarca.

Ahí, en la isla, tomé una lancha- taxi y quedé a la buena de Dios, apeado seco y con las mismas barbas de siempre, junto a la parada de autobús donde se estaciona el de servicio que tiene parada junto a la puerta de mi lugar de trabajo y estrenar así la temporada.

Como no creo en el síndrome postvacacional ni en otras muchas zarandajas, por eso, por descreído, decline la farsa de manifestarme sicológicamente perjudicado. Así que aguardé dos o tres días a que pasara el vehículo letra “H” correspondiente y para redundar en mi infortunio, los niños, escolares de diverso tamaño e imperio cuya medida se expresa en ruido explosivo, los niños, sí, habían regresado.

Muera Herodes- ya sé que lo está- que no supo acabar su trabajo, muera el Flautista que se llevó a las ratas al abismo, craso error, muera, muera, muera.

Porque es que yo no los soporto. Sí, son encantadores de uno en uno y durante los primeros cinco minutos. Incluso mis sobrinos. Y no te digo nada de los tuyos. Luego crecen y antes de reproducirse ocupan el espacio y maltratan toda oportunidad de existir en paz.

¿Qué no pueden ser amordazados o ir sujetos?

¿Para cuando una ley de sedación de la infancia?

Y los adolescentes. ¿Los adolescentes no podrían llegar a la edad adulta confinados en Marte?

No les soporto en las calles, en los cines, en los bares, en los hipermercados, en los autobuses…
Y lo peor es que, un día cualquiera, absorto en tus somnolencias porque dormiste poco la noche anterior y te crees liberado al circular en el transporte público de turno con pocos seres vivos- lo de humanos ya va será para considerar grados y jerarquías en otra ocasión- o viajeros, sube una madre que tutela a un rubio angelical y simpático, de esos que te cautivan con los ojos y logran que babees.

Pues no, en vez de ensalivar por efectos de la gula caníbal te emocionas, piensas en las cosas hermosas de la vida y cuando te apeas, un hijo puta subido a un ruido- así llamaba un insigne bebedor que conocí a los que deambulan por las calles sobre un vehículo de dos ruedas atronando impunemente- te devuelve al lugar del que nunca debiste partir.

Sea pues que deporten a los niños a las lunas de Saturno y vengan a mí más aceitunas sicodélicas como aquellas de una tarde de domingo cuando todavía era verano.