sábado, abril 29, 2006

EL DESAYUNO

Hoy también toca poesía, una "medicina" siempre útil y que no tiene contraindicaciones. Tal vez a algunos y algunas les sepa como dicen que sabía el aceite de ricino, pero eso solo son "leyendas urbanas".


LUIS ALBERTO DE CUENCA
(Madrid, 1950)
(La poesía de Luis Alberto de Cuenca representa como ninguna otra “la línea clara” de la última poesía española. Una escritura que se caracteriza por poetizar lo cotidiano, el uso del lenguaje coloquial y un amable sentido del humor)

EL DESAYUNO
Para J. B.

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno”.

viernes, abril 28, 2006

RECAPITULAR

Y por recapitular, recapitulemos... Tras años de alimentación, crianza, educación, estudios y vida laboral, con carnet de identidad y tarjeta de asistencia sanitaria, ya que los vientos soplan invitando a organizarse conforme a los intereses propios aunque colisionen o menoscaben los del vecino, afirmo que deben conocerse los resultados de la reunión que tuve hace bien poco conmigo mismo. Durante la citada asamblea, por amplísima mayoría, consideré irrenunciable que las autoridades del Estado Español y la Administración en general traten a mi ser como NACIÓN. Si se dice que cada persona es un mundo llamar a las cosas por su nombre y aceptar tal apelativo a la hora de cualquier arbitrio humano, social y/ o político con éste que redacta y declara ser el autor de lo que se lee, parece que no puede ofrecer ningún género de duda. Y no solo pronunciarse así es tal cual se notifica, está en derecho añadir también que, igual que me inspiro en los “Padres de la Patria Catalana”, hago mía la simpática y progresista iniciativa de los “Legisladores Andaluces” para que me sea reconocida, como trámite previo a lo imprescindible para la concesión del “estatus” anteriormente mencionado, los beneficios que se deriven de quienes dicen de sí mismos ser una REALIDAD NACIONAL, basamento de un orden lógicamente revisable a nada que los céfiros separatistas arrecien. Y digo lo que digo con orgullo y atento a no ceder en mis pretensiones así se equiparen tales prerrogativas con el inminente reconocimiento “de sus derechos humanos a los SIMIOS”: cosa que parece está a punto de proponerse en el Parlamento Español por parte de la digna representación socialista. No cabe duda del parentesco que une a ciudadanos de uno y de otro lado de las verjas del zoo, residentes en las urbes o en las selvas. Bien se pudo ver durante las sucesivas proyecciones de EL PLANETA DE LOS SIMIOS, y de los efectos correspondientes aún puede dar cuenta el aclamado actor y denostado presidente de la ASOCIACIÓN NACIONAL DEL RIFLE EN ESTADOS UNIDOS, Charlton Heston. Por lo tanto, con avales así, procede que las autoridades correspondientes obren como es menester a fin de lograr en breve lo requerido. Si es así, sobre todo en lo que respecta a las diligencias correspondientes a la validación necesaria por parte de sus señorías Senadores y Senadoras, sea a la hora del desayuno o de la “sena”- chiste sin gracia o no chiste- prometo asistir a las sesiones sin evitar ninguna para no actuar como los del PSOE y el GOBIERNO- dicen los “buenistas” que devolverán la parte de los emolumentos deducibles de su ausencia de rodillas ante el presidente Rojo, don Javier- cuando hace unos días perdieron una votación con las huestes de don Mariano el del Puro- tal y como lo pinta el genial PERIDIS- mientras vitoreaban al Barça de ZP. He dicho.

jueves, abril 27, 2006

PRIMAVERA DELGADA

Hace ya demasiados días que no comparezco virtualmente. Sigo siendo en mí y a mi alrededor continúan teniéndose noticias mías, mas, ante la evidencia de lo no escrito, un nuevo regalo: de Jorge Guillén...

PRIMAVERA DELGADA

" Cuando el espacio, sin perfil, resume
Con una nube
Su vasta indecisión a la deriva...
¿Dónde la orilla?
Mientras el río con el rumbo en curva
Se perpetúa
Buscando sesgo a sesgo, dibujante,
Su desenlace,
Mientras el agua, duramente verde,
Niega sus peces
Bajo el profundo equívoco reflejo
De un aire trémulo...
Cuando conduce la mañana, lentas,
Sus alamedas
Gracias a las estrellas vibradoras
Entre las frondas,
A favor del avance sinuoso
Que pone en coro
La ondulación suavísima del cielo
Sobre su viento
Con el curso tan ágil de las pompas,
Que agudas bogan...
¡Primavera delgada entre los remos
De los barqueros! "

lunes, abril 24, 2006

UNIDAD EN ELLA

De un magnífico escritor, la palabra...

UNIDAD EN ELLA

Por Vicente Aleixandre.

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, rostro amado donde contemplo el mundo, donde graciosos pájaros se copian fugitivos, volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro, brillo de un sol que entre mis manos deslumbra, cráter que me convoca con su música íntima, con esa indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir, porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera no es mío, sino el caliente aliento que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor, enrojecido el rostro por tu purpúrea vida, deja que mire el hondo clamor de tus entrañas donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente que regando encerrada bellos miembros extremos siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina, como un mar que voló hecho un espejo, como el brillo de un ala, es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo, un crepitar de la luz vengadora, luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza, pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

domingo, abril 23, 2006

POSIBLEMENTE

Posiblemente el deseo se hace melancolía o el sueño ocasión nostálgica que solo tiene razón de ser si se paladea como si de verdad acabara de ocurrir, pero la tristeza es amarga y a menudo dolorosa. Indeseable pero perteneciente a esa parte de la alternancia universal que nos lleva del día a la noche, del agua al fuego, del abrazo al desencuentro. La frecuencia con que se dan esos cambios, la medida temporal que es necesaria para un ciclo suceda a otro, tiene relativa importancia. Lo que parece indudable es que nadie puede permanecer indefinidamente en la alegría, igual que es imposible mantenerse en vigilia a ultranza... Y aquí tengo la tentación de afirmar algo relacionado con la resignación y la paciencia, mas no lo haré. Cuesta mucho concebir el aprovechamiento positivo de nada de lo que nos sucede cuando estamos quebrantados, somos sufrientes, padecemos desgana por lo que nos alimentó alguna vez atendiendo solo al modo urgente de restaurar la salud del espíritu, de combatir el dolor que no nos atormenta menos por no ser encarnado. Y si hay artistas capaces de canalizar esa energía a favor de una creación que merezca la pena ser compartida, quizás es porque el germen de la desolación reside desde el mismo alumbramiento en las entrañas de cada uno, igual que el aire feliz de la sonrisa es soplo que se extiende desde los pulmones por todo el cuerpo. La virtud de los poetas, sea cual sea la disciplina artística en la que se expresen, es saber dónde se alojan los referidos agentes del abatimiento y de la dicha para reproducir su influjo no importa cual sea realmente su estado de ánimo. Lo más común es que, ante un episodio de aflicción nos bloqueemos tanto como cuando el regocijo más estimulante nos inunda. No es difícil de entender que, por tremendo desasosiego o efervescente buen humor, atendamos en exclusiva a lo que en ese mismo momento nos sucede. Será a lo mejor, cuando esa marea cede- no necesariamente que nos haya dejado- a la vez que logramos cierto equilibrio de ánimo, el momento de obtener algún valor de la experiencia. En ese sentido, si creo que la tristeza aporta bienes y utilidades. Probablemente, posiblemente, se puede decir sin originar engaños que la tristeza permite reconocer la verdadera dimensión y precio de todo aquello que nos invita a vivir y forma parte del acervo que a cada uno corresponde. Una pérdida establece la magnitud precisa de lo que supone disfrutar de algo como lo que se fue o todo otra merced similar. Así progresamos y nos hacemos más cuidadosos con lo que es propio del día a día... No digo que sea deseable exponerse a una situación desesperada para progresar, pero opino que, sino para lograr un verso bonito, deberíamos aprovechar las malas rachas a fin de reincorporarnos a la vida tras dar un nuevo paso hacia la excelencia.

sábado, abril 22, 2006

ELOGIO DE LA RUTINA

Siempre hay un momento para quedarse mirando al fondo sin ver nada en absoluto. Si alguien nos contempla así estaremos ofreciendo la imagen de una composición escultural, el registro de una parálisis súbita o la presunción de un estado de videncia durante el cual pudiéramos avistar lo que hay justo detrás de la línea del horizonte límite del alcance de nuestros ojos. Sin embargo, lo más probable, es que, simplemente estemos aburridos. Diremos de la rutina diaria, de estar inmersos en una rueda de actos que se suceden día a día carente ya del mínimo atractivo. Diremos que nos ha invadido el tedio y suplicaremos al vecino, al familiar, al amigo, a los amantes o la tele- tal vez el orden no sea este- “un poquito de por favor”, que dice el actor que encarna al personaje del portero en la serie Aquí No Hay Quien Viva. Consultaremos nuestra agenda- al principio infructuosamente- y terminaremos cambiando constantemente de posición en el sofá de las desdichas- mueble que hay en todas las casas y que cambia de razón y utilidad en cuanto el ánimo se recobra- como león dentro de jaula. Luego, un día ocurre algo o damos con la solución a nuestros desvelos abordando una actividad hasta ese momento no considerada o aparece alguien que nos arrastra y emociona de nuevo. Entonces, estamos salvados. Adiós a la maldita rutina, al aburrimiento sin fin, a la tragedia y el desespero. Mas, con el tiempo, ese algo o ese alguien, se convierten también en parte de lo común, de lo de todos los días, y nos acercamos al terrible abismo por el que ya hemos caído otras veces. Ante tal amenaza, si estuviéramos listos- que sí les hay que lo son y se comportan consecuentemente- tomaríamos medidas para renovar nuestra vida: tanto diligenciando actividades, compañías o proyectos a estrenar, como haciendo que lo que ya está con nosotros cobre valor de flamantemente recién hallado. ¿Y qué hacemos sin embargo? Cualquiera puede responder a eso. Yo lo que digo es que, si en estas de la depresión y el empalago o en otras distintas, si sufrimos un accidente o trastorno convulsivo, a lo primero que recurrimos es a lo familiar, verificamos el perfecto estado de todo ese mundo generalmente tan odiado: nos tentamos el cuerpo como el alma para ver si todo está en su sitio.. Ah, y la cartera también, no sea que... La rutina, al fin, se hace valer y procedemos a repetir lo de todos los días como signo de seguridad y calma. Pues en eso estoy, en la bendita rutina.

viernes, abril 21, 2006

CUANDO EL AMOR DUELE

Cuando el amor duele es el título de un artículo firmado por Belén Tobalina que publicó el diario LA RAZÓN, concretamente el día cinco de este mes de febrero. En él se leen los siguientes datos: “el 10, 8 por ciento de las féminas y el 8, 7 por ciento de los varones son dependientes emocionales”,. Son cifras que ofreció María de la Villa Moral, profesora de Psicología Social de la Universidad de Oviedo, durante el transcurso del Primer Encuentro Profesional sobre Dependencias Sentimentales: Dependencia afectiva o emocional, adicción al amor, Codependencia y Bidependencia. Todo ello organizado por la Fundación SPIRAL. Pero no acaba aquí la información: “Por añadidura, más del 49 por ciento de la población declara tener algún síntoma doloroso de dependencia y el 56, 9 por ciento se reconoce a sí mismo como adicto al amor. Un dato más es que si las mujeres son más dependientes, los hombres, en cambio, sufren más la adicción al amor”. Por otra parte, la apreciación que se deduce de las cifras ya señaladas, viene a esclarecer algunas pautas relacionadas con lo que se llama violencia de género o violencia doméstica. Prueba de ello son las palabras que la redactora Belén Tobalina atribuye a Leandro Palacios, psicólogo clínico de la Fundación Instituto Spiral: “Si no todas, un porcentaje muy elevado de las mujeres que sufren violencia de género padece esta patología”... Siempre digo que la educación a la que accedemos desde nuestros primeros días puede ser pródiga en datos y perfectamente eficaz a la hora de permitirnos ser individuos productivos y autosuficientes. Sin embargo existen demasiadas carencias en ese aprendizaje y una de ellas es la que tiene que ver con los afectos. No nos enseñan a amar y no basta ser amado para conocer lo que en verdad supone el amor. Por desgracia y como se lee en el artículo al que vengo haciendo referencia cunde la impresión, yo diría casi el dogma, de que se trata de “Amar o ser amado pese a quien pese”. Incluso a costa de uno mismo, añado. Y tal postulado, si bien puede ser caldo de cultivo excepcional para la literatura, el cine o cualquier otra forma de expresión artística, reducto explicable en otros tiempos y sociedades si se atiende a la realidad, es una peligroso brebaje que termina por surtir unos efectos que niegan el amor mismo. Ocurre que quien no se respeta, no se ama, no se da a sí mismo, poco más tiene que ofrecer a quien es objeto de su cariño- no olvidemos que amar es donarse- que su propio pellejo. De ser así hablamos de sometimiento, de entrega condicionada y dolor. ¿Por qué? Porque si uno se encierra, por propia voluntad o encantamiento, en las fascinantes dependencias del bien que le proporciona la sola presencia de aquel o aquella por quien suspira, olvidándose de sí y del mundo, esclaviza su ser o lo limita, cuando no es secuestrado. Así es que cuando se produce la falta de aquellos a los que se adora sucede un fenómeno de ansiedad equiparable a la ausencia de sustancias estupefacientes en un drogadicto. Decimos con cierta frecuencia “mi mujer”, “mi hombre”, nos adueñamos del otro y afirmamos que somos en exclusiva para el que nombramos con tanta devoción. Y ese rasgo posesivo, esa desvinculación de amistades, familia y experiencias sociales que conlleva la asunción extrema de querer ser y que se esté privilegiado, es origen de graves deterioros de personalidad, incapacidad para actuar individualmente y constante degradación. Se me dirá que cómo es posible que mucha gente se consagre a otra y acabe su vida tan feliz. Pero eso no es más que desconocimiento. Habría que ver por qué indignidades han pasado determinadas personas- y pienso sobre todo en mujeres- confiadas en que la vida era así. Pero de todos modos, para quien en estos tiempos aún crean que amar es ser propiedad de algo o de alguien, que prosiga, sarna con gusto no pica se dice en castellano.

jueves, abril 20, 2006

PROPOSICIÓN LÚDICA EN EDICIÓN ¿BILINGÜE?

Tnndo n cuta l escsísm vocbulro q la poblcn inftl y adlcnte n gral y, x ede, la myoría d ls segdres d Gn Hrmno y tlvdnts to2- ésts últmos no ncsarmnt n la flor d la edd- se pued cmprendr q exsta una inclnción crecnt a trsldar al ámbto d lo rdactd en ppel o soxte virtl, la funsta costmbr, hsta hce bn pco lmtad a ls usrios d la telfnía móvl, consstnt en llvar la abrvtura al límt d lo q pudra entndrs como frm de exprsón. No obstnt, = xq si no pds con el enmgo únt a él, prpngo a qen crrespnda 2 nvos pstmpos q sgurmnt se impndrán al éxto incstnable dl SODOKU. D 1 ldo, s trtría d ofrcer la rprduccón d un afrsmo o pnsamnto filsófc redctdo d puñ y ltr x un mdco. Ya s sbe lo q csta dscfrar lo escrt x sts prfesnals d la slud, d md q, slvo pr los deñs y empl2 d ls farmcs, alcnzría el nivl d jerglfco dscfrar la oprtna prpsta dl da. X otr prt, no estría ml una prpst parcd salv en lo q respct al códg: tod igl per con el añdd d utlzar ls uss y costmbrs q predmnan en la mensjría siamés... dg x SMS, clr. Qzás exstn persns emprnddrs cpces d elbrr práctcmnt st inctiv lúdc y logrr ls contcts necsrs pr hcr q llgun al públco. Si fra así rnncio a td bnfcio o patnt pues m sient d lo más gnrso en el da d hy: coss d la vda... O l q s l msmo pa q ls q aún sn incar cmprendn l scrto antrrmnt/ O LO QUE ES LO MISMO PARA QUE LOS AÚN SIN INICIAR COMPRENDAN LO ESCRITO ANTERIORMENTE: ...Teniendo en cuenta el escasísimo vocabulario que la población infantil y adolescente en general y, por ende, la mayoría de los seguidores de Gran Hermano y televidentes todos- éstos últimos no necesariamente en la flor de la edad- se puede comprender que exista una inclinación creciente a trasladar al ámbito de lo redactado en papel o soporte virtual, la funesta costumbre, hasta hace bien poco limitada a los usuarios de la telefonía móvil, consistente en llevar la abreviatura al límite de lo que pudiera entenderse como forma de expresión. No obstante, igual porque si no puedes con el enemigo únete a él, propongo a quien corresponda dos nuevos pasatiempos que seguramente se impondrán al éxito incuestionable del SODOKU. De un lado, se trataría de ofrecer la reproducción de un aforismo o pensamiento filosófico redactado de puño y letra por un médico. Ya se sabe lo que cuesta descifrar lo escrito por estos profesionales de la salud, de modo que, salvo para los dueños y empleados de las farmacias, alcanzaría el nivel de jeroglífico descifrar la oportuna propuesta del día. Por otra parte, no estaría mal una propuesta parecida salvo en lo que respecta al código: todo igual pero con el añadido de utilizar los usos y costumbres que predominan en la mensajería siamés... digo por SMS, claro. Quizás existan personas emprendedoras capaces elaborar prácticamente esta iniciativa lúdica y lograr los contactos necesarios para hacer que lleguen al público. Si fuera así renuncio a todo beneficio o patente pues me siento de lo más generoso en el día de hoy: cosas de la vida.

miércoles, abril 19, 2006

INTENSIDAD Y ALTURA

En esta ocasión unos versos para deleite de amigos y enemigos...


INTENSIDAD Y ALTURA

Quiero escribir, pero me sale espuma,
Quiero decir muchísimo y me atollo;
No hay cifra hablada que no sea suma,
No hay pirámide escrita, sin cogollo.
Quiero escribir, pero me siento puma;
Quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
No hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.
Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
Carne de llanto, fruta de gemido,
Nuestra alma melancólica en conserva.
Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
Vámonos a beber lo ya bebido,
Vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.


César Vallejo

lunes, abril 17, 2006

PARPADEO

El ojo del astrónomo es el telescopio, la verdadera herramienta, el sentido precioso, mediante el cual disfruta de la contemplación de un paisaje asombroso al que denominamos universo. Las arquitecturas y artefactos que suman en sí lentes, engranajes, electrónica e informática, son meras atalayas, miradores, plataformas artificiales desde los que asegurarse cierta paz a la hora de realizar tan íntima práctica. Y el astrónomo, gracias a la tranquilidad de su ojo, insistiendo como había insistido durante tanto tiempo, por querer encontrarlo, había descubierto el ombligo de la luna… ¡El ombligo de la luna! Se trataba de un hoyuelo leve y perfectamente redondeado, la oquedad perfecta para embriagarse, trago a trago, cuando los estímulos del bien en un lecho de amantes son conformes al gozo. ¡El ombligo de la luna suyo!... Pero parpadeó. Parpadeó, seguramente emocionado y satisfecho. Parpadeó cediendo con un breve guiño a la oscuridad absoluta, quizás, y fue una lágrima lo que vino. La avenida de hiel más desconsoladora luego de un gutural espasmo: había perdido la localización exacta del voluptuoso centro de Selene y se derrumbaba como castillo de naipes. Vino el llanto, silencioso a pesar de todo, y dio lugar a un encadenado acontecer de suspiros, previos al lógico desmadejamiento. Lo mejor era retirarse a descansar. Abundaría en el error de proclamar su hallazgo sin prueba alguna. Contaba con la incredulidad de propios y ajenos prestos a definir su desnuda certeza como broma rayana en la locura, por lo tanto, era conveniente regresar después de haber llegado. Algunos justifican una existencia con algo tan pequeño como una caricia, un verso o la caída de una hoja en otoño, por ejemplo, y lograr ese parcela de felicidad, pertenece a los que destacan por diferenciarse. Sólo es cuestión de tiempo, de darse tiempo para reeditarlo. Mañana volvería a buscar el ombligo de la luna, sí, porque siempre hay fechas libres en el almanaque para encontrarse con la belleza.

domingo, abril 16, 2006

JUICIO DE PAREJAS

Se llama JUCIO DE PAREJAS y es un programa que se puede ver sintonizando LA SEXTA, emisora que incorporada recientemente a la “cuadrilla” de canales estatales de televisión. Y, si lo que he visto hasta ahora de esta proposición de entretenimiento ni me va ni me viene puesto que supone más de lo que ya hay y no mejor- a la programación me refiero- la citada marca que es acertado incluir en el grupo de lo que se conoce como TELEREALIDAD, habla bien a las claras de lo que es el problema inmobiliario. Las productoras encuentran, como los ciudadanos particulares, grandes dificultades cuando pretenden conseguir espacios útiles dónde ubicar a profesionales y máquinas a precios algo razonables. Y, claro, sobre todo en un principio, hasta que de la “tarta publicitaria” logren el tramo que creen necesario para hacer rentable el negocio, arman los estudios en cubos y contenedores de la basura. Sólo así se entiende el exhibicionista y profundamente estúpido ejercicio de someterse al interrogatorio efectuado por la presentadora de turno y a la opinión de un grupo de personas, a las que llaman “jurado”, y que deciden dar la razón a uno u otro de los demandantes tras cinco minutos de deliberación. Éstos, los que dirimen un conflicto de pareja en público ponen rostro a la incapacidad para acordar algo por sí solitos y, aunque yo no lo he visto ni es probable que así sea porque la cosa no me interesa, ocurrirá que hay que aumentar la dosis de morbo y escándalo si los regidores de tal televisión- entre ellos el famoso miembro de la saga Aragón, MILIQUITO- quieren aumentar audiencia: tal y como es no supera en nada a otras fórmulas consolidadas y similares que están en mente de todos. Sin embargo, todo esto me retrotrae sobre algo que no es exclusivo de la televisión. En internet se da mucho la costumbre plañidera de airear las dificultades personales en el amor, con la familia, los amigos, el trabajo, los estudios y no es cosa de adolescentes inmaduros como muchas veces se piensa. Existe un prurito social y general, por mostrarse y mostrar lo que tenga que ver con uno bien a la vista de todos en la tele- quizás por la gloria de unos codiciadísimos momentos de fama remunerados o no- o, de manera en principio anónima- luego ya no, porque los participantes o seguidores de tal “religión” hacen comunidad- tras el parapeto de DIARIO en la Red de redes. En el pasado, los diarios eran algo personal y vetado a casi cualquier otro ser humano, pero, como decía la zarzuela famosa, los tiempos adelantan que es una barbaridad, así que las cosas ya no son las que eran aunque no parezca un adelanto. Tanto es así que me pregunto cómo vivirían nuestros abuelos y tatarabuelos sin poder enseñar el culo en público o relatar a otros como eran sus posaderas y la respuesta no me lleva a ningún sitio tranquilizador, lo confieso... Sea como fuere, malos tiempos para la lírica.

sábado, abril 15, 2006

UN AUTORRETRATO POSIBLE

Autorretrato, además de una palabra donde se repiten vocales y consonantes es término cuyo sólo uso supone la oportunidad de una evocación gráfica para mí. Pienso en pintores y dibujantes atentos a la imagen que de ellos mismos se refleja en un espejo trazando las líneas del contorno de sus rostros a fin de lograr una pieza artística que responda a la identidad propia. Por escrito existen esos mismos ejercicios, las semblanzas, biografías y otros actos en prosa o en verso tendentes a lo ya dicho, y puesto que la más acertada expresión que, mediante lápiz, bolígrafo, pluma, ceras, pincel, rotulador o cualquier otro instrumento pictórico posible he logrado, ha sido la superposición de un seis y un cuatro para hacer, como se dice, la cara de tu retrato, ya que me place, me serviré mejor del alfabeto para obrar como dije de los que sí saben mostrarse de entre las alburas de un lienzo. Mas, en vez de redactar la sucesión de rasgos y fisonomías que conforman la personalidad y circunstancias de quien está en el empeño por el que se escribe todo esto, señalaré algunas de las cosas que no me corresponden. Actuando excluyentemente, en este caso, se recorre un camino de los muchos posibles para conocerme, posibilidad que recomiendo con tiempo por delante. Por lo tanto, no se me atribuirá percha que lucir sobre una pasarela, y el aspecto físico general que de mí es conocido, probablemente, sin ser más ni menos, nunca generará expectativas juveniles acerca de mi persona. No tengo una voz cautivadora, ni unos ojos como para citarse cual ejemplo de fulgor y si algo se sabe de mis besos, no es por el resalte sugerente de mis labios. No soy atlético, no tengo problema con la altura de los marcos de las puertas y si fuera al sastre tampoco concluiría el corte de la tela necesaria para confeccionar mi mortaja con idénticas medidas a las de un peso gallo, hablando en términos “boxísticos”. No soy feo, no soy guapo, ni resultón, ni atractivo ni paso por generar morbo en quien me ve. No soy bailarín, ni destacado deportista, mal se hará si se dice de mí que pudo competir con Casanova o Don Juan y permanecerá en el error quien se empecine en exaltar mi temperamento latino. No me gustan las multitudes así que en el armario donde guardo la ropa escasea el espacio para los trajes de fiesta y raramente me encuentro cómodo si me siento observado o la coincidencia social me lleva a compartir la mesa con numerosos comensales. No soy forofo de nada, ni pierdo los estribos apasionado por tal o cual artista. Carece de sentido buscarme ante los altares y se equivoca quien desee encontrar en la solapa de mi camisa el distintivo de rojos o de azules. No me mueve la prisa ni me gusta que se quiera saber de mí todo al instante: esa es la causa de que acabe aquí esta breve pulsión ilustrativa de lo que no casa conmigo. La lista de lo que no soy es mucho más amplia y como esto no es una novela sino el muy corto encuentro con una prosa modesta, quien así lo estime tomará todos estos datos como punto de partida, orientación enigmática tal vez, pero lugar desde el que ir reuniendo o desechando. No estimo adhesiones inquebrantables ni espero la aquiescencia general. No me da miedo pensar en que no gustaré a la humanidad entera. He dicho.

viernes, abril 14, 2006

FILIACIÓN DESCONOCIDA

Desconozco si ha sido así siempre, pero, de igual modo que las navidades comienzan a finales de diciembre o a primeros de octubre según se atienda al calendario o al Corte Inglés, Semana Santa, en cuanto a sus manifestaciones callejeras, digo de desfiles y concentraciones, se anticipa a los actos de toda la vida que yo creí sucedían, jueves, viernes, sábado y domingo. Es el haber desoído la llamada del Señor por sus caminos y la falta de cultura que tengo en cuanto a estas celebraciones. No soy religioso ni conecto con la sensibilidad de los que, sin serlo habitualmente, gustan de las tradiciones y sus formas o, siempre admiradores del arte y sus iconos, participan y acuden a los grades y pequeños centros de culto donde acontecen procesiones y oficios por estas fechas. Y encuentro que esta es una de las varias expresiones humanas cuya ejecución ni despierta mi interés ni, llegado el caso de asistir a lo que correspondiera, me emociona. Comprendo que haya personas a las que sí, como decía por motivos de fe o atentos al espectáculo y valor artístico, personas que no sólo sienten agrado sino verdadera predilección y necesidad. Y esto me hace pensar en aquellas cosas que soy incapaz de comprender. Me pasa con la pirotecnia en general por no decir el amor a la pólvora y los mil modos de armar ruido prendiéndola. Me pasa con los automóviles y las motos, artefactos a los que sé útiles pero difícilmente hasta el punto de considerarlos objetos de adoración y más, como sucede para gran mayoría de los que poseen uno. Me pasa con los toros, reunión de los que consienten la muerte injustificada de animales para muchos- a mí el aspecto sangriento y público de “La Fiesta” me parece un acto morboso al que tan poco encuentro sentido- lances que me mueven a la nada por más que haya intentado descubrir esa exaltación y gloria estética de la que hablan los que pagarían lo que fuera por entrar a una plaza en día de feria. Me pasa con la pasión deportiva y la alteración entusiasta de los seguidores de un club o atleta: nunca me producirá sino cierta perplejidad ver a centenares de personas aullando como festivos o malhumorados lobos proclamando los triunfos o su derecho a ellos de los citados héroes. Y la cuestión es que me temo que dejo de apreciar muchas cosas generalmente tenidas por excelentes, como si en mí hubieran quedado anuladas las respuestas elementales para tales o cuales fenómenos, las hubiera perdido durante el paso de los años o, por efectos de tara educativa o incapacidad adaptativa propia, nunca hubiera desarrollado la posibilidad de interpretar todos esos mundos. Cuando hago balance de todas estas limitaciones mías, algunas más de las dichas, por cierto, tengo la sensación de ser como Clarck Kent, con unos padres que no me engendraron, pero sin sus poderes: ¿seré en verdad, como tantas veces he pensado, un extraterrestre?.

jueves, abril 13, 2006

¿SOLO SUEÑOS?

De “Casa de campo” a Canillejas, mi destino, hay treinta estaciones de metro: línea cinco, color verde. Cuando llega el tren, ocupo un asiento, el más cercano a las puertas de salida de los cuatro que hay libres justo enfrente, a la derecha desde el punto de vista de quien accede al convoy. Ella dormita sentada en la plaza opuesta a la mía. Entonces somos los únicos pasajeros del coche. Es morena y más allá de apreciaciones estéticas acerca de su aspecto físico y atuendo, llama la atención por un detalle que pudiera calificarse de pastoril: entre sus manos “brota” una espiga verde en otra hora perteneciente a no se sabe que jardín o descampado de la ciudad. El trayecto será largo. Acabamos de partir de “Carabanchel”. Me voy durmiendo...

Sobresaltado despierto. El tren se ha detenido y estoy a punto de ponerme en pie. Callao. Todavía queda bastante. Sin embargo... Además de lo nutrido de la concurrencia, resulta que la morena durmiente, que sigue en brazos de Morfeo, vestida igual, peinada igual, en idéntica postura, trocó la campestre mata de primaveral arrobo, según podríase haber escrito como verso de madrigal algo cursi, en cereal granado.

Recuerdo jornadas de formidable retraso en los transportes públicos, pero no creo que sea el caso habernos saltado algo más que una estación del metropolitano de Madrid.

Vuelvo a dormirme.

Cuando abro los ojos de nuevo las puertas del vagón se abren y, entre las personas que se apean en Suances, está la señora que me acompañó o a la que acompañé en sueños. Ni ramas, ni sarmientos en sus manos: un niño rubio como el trigo, un chavalín de oro, salta feliz al andén presa su manita de la de la señora que dije.

Al llegar al estacionamiento de la Continental, junto a la Autovía de Aragón, ya a cielo abierto, es de noche y veo marchar el autobús que pretendía tomar.

Duermo demasiado.

miércoles, abril 12, 2006

LA BESTIA IMPOSIBLE.

No puede ser un monstruo, no puede serlo este hombre. A pesar de todas las evidencias. Es lo primero que pensé. Frágil, menudo, aniñado y, no obstante...

“No fui yo, fue el otro”.

¿Pero, quién?

“¿Quién?...”

Parco en palabras y de muestra. Así se dice, quedan los perros de caza señalando a la presa, y así parecía el recluso cuya defensa acepté en turno de oficio, tras su respuesta. Sobrio, mas, tremenda y enigmáticamente expresivo. Entre médium que invoca la presencia de algún fantasma e indicador convencido de su aparición. Erguido, con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, los músculos y huesos tensos, la simpática nariz prolongándose en el aire, como dilatada, y, sin embargo, perpendicular al suelo y en su sitio.

¿Pero dónde?

Y esto es lo último que recuerdo.

Es lo último que recuerdo, señor juez, aunque los médicos dicen que, por suerte, ninguna de las lesiones que sufrí ha supuesto oportunidad de olvido o deterioro de mi memoria.

Y ahora que no me escucha, señor juez, le digo para mí mismo, que no podré contarle nunca lo que es el horror.

Aquel hombre no fue, fue el otro.

¿Quién?

Era una celda aislada, calabozo de extrema seguridad: solo convicto y abogado dentro y un centinela en el exterior.

“¿Quién?... “

¿Dónde?

Frágil, menudo, aniñado, sujetas las manos a la espalda con esposas, encadenados los pies y con una máscara facial que permitía la respiración y el habla nada más. Pero su gemelo, el que surgió proyectado desde su propio cuerpo y encarnado entre las sombras imposibles de la muy bien iluminada habitación, resultó rápido y carnicero como un escualo voraz.

Vivo, señor juez, porque la fiera estaba saciada a esa hora.

martes, abril 11, 2006

LAS NUBES

Una pieza corta de EDUARDO GALEANO para disfrutar en este día, sin embargo, de sol.

LAS NUBES


Nube dejó caer una gota de lluvia sobre el cuerpo de una mujer. A los nueves meses, ella tuvo mellizos.Cuando crecieron, quisieron saber quién era su padre.Mañana por la mañana -dijo ella-, miren hacia el oriente. Allá lo verán, erguido en el cielo como una torre.A través de la tierra y del cielo, los mellizos caminaron en busca de su padre.Nube desconfió y exigió:-Demuestren que son mis hijos.Uno de los mellizos envío a la tierra un relámpago. El otro, un trueno. Como Nube todavía dudaba, atravesaron una inundación y salieron intactos.Entonces Nube les hizo un lugar a su lado, entre sus muchos hermanos y sobrinos.

lunes, abril 10, 2006

GOYA TOLEDO

Son muchas las personas que desayunan a la vez que leen el periódico. Ella, la otra Goya Toledo, comienza el lunes catorce de noviembre de dos mil cinco mojando una tostada en el café, mientras hojea La Razón. En la penúltima página del periódico, luego de comprobar que la programación televisiva de ese día carece de contenidos interesantes, como casi siempre, lee en "A la Contra", el diálogo que mantiene Amilibia con la intérprete de Somne. Hablan de la película, de psicología, de experimentos y de polémicos episodios del futuro que ya son presente: “Me aterra que se pueda manipular el comportamiento humano”, dice la entrevistada. El periodista persevera: “Y la clonación, imagino”. Y ella de nuevo: “Sí, pienso que otra Goya Toledo llama a mi puerta y me dan escalofríos”...


La otra Goya Toledo se estira, traga el último pedazo de tostada, se pone en pie y dirigiéndose a un invisible contertulio demanda respuestas diciendo: “Si ella entiende el pánico tal y como declara, ¿estará de acuerdo conmigo en considerar, obra del mal mismo, que sea yo quien decida hacerle una visita?...


Sonríe, guarda silencio y, convencida de su resolución, se dispone a telefonear. Si consigue las señas de la actriz en la que está pensando, tal vez atraviese el espejo para salir de dudas.

Ella, la auténtica, ni se figura que sus peores sueños estén a punto de hacerse realidad.

domingo, abril 09, 2006

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE EN MADRID

Refulgen cárdenos cuando se van.
Hay que detenerse para verlo tal cual es,
el tráfico, y los que son.
Parten tragados por la Puerta de Alcalá:
desde mi observatorio, antes la Cibeles.
Más ciertos de noche que de día.
Autos que serán gentes
y circulan con un aire diabólico
muy propio de esas horas.
Se diría que todo tiene su minuto
y es el momento que no se desea,
el peligro de la despedida
final.
Un principio de incertidumbre.
No el miedo
al que aluden los matadores de toros,
la percepción mediante la que
podemos adquirir el respeto.
No...
Pienso en ti, y en esa plaza,
pequeñito y admirando los palacios,
el Círculo de Bellas Artes,
el Banco de España,
Correos,
la Casa de América,
celebro la pinza
que dices en ocasiones
pellizca tu alma,
igual que lamento la imposibilidad del abrazo
en ese momento deseado contigo.
Porque, me ves marchar,
como se van esos coches que digo,
y crees que no regresaré
No es así,
pero lo temes.
Lo temes y yo aprendo a valorar tu miedo,
a creer en tu amor...
Después se desesponja la casa de Dios
y echo de menos tu paraguas:
todos los caminos me conducen
a tus besos.

sábado, abril 08, 2006

CRÓNICA MÁS O MENOS ROSA

Un cuento...

CRÓNICA MÁS O MENOS ROSA

Desde que Serrat interpretara por primera vez en público su canción DE CARTÓN PIEDRA, las maniquíes se niegan a comparecer en los comercios y escaparates de los mismos, sin colorete, sombra de ojos, rímel y barniz de labios: aunque fuera un loco, o le tomaran por enajenado, la crónica musical asegura que hubo un varón interesado en algo más que las galas de diseño o pret- â- porter, lucidas temporada tras temporada por todas ellas. Y eso del amor, con ser cosa de poetas y trovadores muy a menudo, es un bien que consideran merecerse, un derecho, una oportunidad. También ahora que se certifica la obsolescencia de las marionetas, apartadas de su lugar y sustituidas por los monigotes cibernéticos. Pero no desesperan. Consiguen inquietar a algunos, pero no desesperan. Y entre los damnificados por tal predisposición amatoria está George Clooney*, últimamente contrariado e inesperadamente huraño. En contra de lo que fue hasta ahora su talante en público, simpático y popular, evita toda respuesta cuando es reclamado mediante silbidos de admiración y deseo. Esto lo desconoce incluso su psiquiatra, mas, frecuentemente, al caminar de paso por las grandes avenidas, próximo a las cristaleras de algún famoso establecimiento de moda femenina, cual un Ulises receloso de melodías celestiales, él teme los requiebros que escucha, aunque es incapaz de percibir a qué personas corresponden. Diría que no se trata de hombres, que él sepa. Mujeres...


* Durante la lectura de este texto o su difusión es lícito intercambiar el nombre del guapo “astro” estadounidense por el de cualquier otro que se presuponga o aclame como nuevo símbolo sexual.

viernes, abril 07, 2006

TODO UN HALLAZGO

En esta dirección personal me he detenido durante un rato: http://silsh.webcindario.com/

Muestra de lo que la autora pone a disposición de aquel que la visite son, por ejemplo, los textos que copio acto seguido: uno de cada en prosa y en verso...


CUENTO DE SAPOS

Ella desanda caminos de azabache y carmín, se viste con pétalos de rosas que abrocha con luciérnagas de verano clandestino. Se perfuma en jazmines a destiempo, mientras juega su boca con una hoja de menta.
(Bach está ciego, sólo pellizca notas en el aire)Sobre un hilo de luna se despereza un sapo. Ella lo toma con delicadeza, entre sus manos de algodón le hace nido. El sapo bizco da vuelta sus órbitas, entibia su sangre con la caricia-niña hasta que el pánico lo incita a decidir en trampolín.El estanque lo llama, él mide la distancia de su brinco por desaparecer bajo el reflejo de plata.
(Bach está sordo, adormece la ingenuidad sobre un naranjo)
El sapo busca en los bolsillos de la imaginación, ella encuentra puñados de esperanzas.
Lo mira... él duda... ella lo acerca a su nariz... él tiembla, se despeina las manchas de la piel... ella recuerda los cuentos de la abuela, él intenta pensar, algo le ocurre (porqué los sapos no piensan, ¿o si?)Ella cree en imposibles, en los duendes, en magias. El sabe que los sapos duermen sueños de estanques. Ella quiere creer que es princesa... él quiere imaginar que ella es rana... ella... él...Los cuentos de hada existen...(Bach despierta con sigilo, limpia sus oídos con cristales húmedos y a lo lejos... ve estallar la música)
Sólo una nota vuela, desde donde cuelga un beso.

© Silsh



SIETE ESTACIONES

Llamó dos veces - él -
hasta violar sus párpados

enfatizó el silencio
con arduos jeroglíficos
pénsil
ante la duda
al trazar rumbos de cigüeña.

Le dejaron sitiar cada mirilla
hasta despanzurrar
su almohada en los rincones.

Ella mordió su fruto
y supo que eran siete
las estaciones de barreras rotas

señales cómplices
donde - él -
había bordado cadáveres
con besos lapislázuli.

Sedientos
de boyar por maremotos

ataron sus gargantas
con cadenas de zinc
bajo la lluvia.


© Silsh(Argentina

jueves, abril 06, 2006

EL BOSQUE Y LAS HADAS

A algunos les parecerá que no es bueno apartarse de una misma línea de contenidos, pero prefiero el eclecticismo. Por eso...


EL BOSQUE Y LAS HADAS

Por Raquel Baeza i Díaz
Primer premio del I Encuentro Interescolar Premio Biblo Escritura y Vida.23 de abril de 2004, Sant Joan d'Alacant.


No hace mucho tiempo, en un bosque mediterráneo sucedió algo muy extraño. Estaba contaminado, porque las personas cuando iban a comer no recogían lo que habían tirado.
Los animales estaban muy preocupados porque de un momento a otro el bosque se quemaría, los cristales hacían de lupa y se prendería.
Entonces decidieron hacer una reunión en el alcornoque milenario. En la copa estaban las cigüeñas blancas, en las ramas altas lo hicieron el águila calzada, el ratonero y el milano común. Aprovechando los huecos del tronco, en los altos estaban juntos los murciélagos, en los medios las jinetas, los grajillos y el pito real, y en los bajos los linces. Decidieron que alguien tenía que representarlos y el más adecuado era el conejo. Fue a buscarlo la cigüeña ya que era un buen animal para negociar.
Las mariposas y las libélulas revoloteaban entre Ablabia, Alseides, Demetre y Driades, que estaban contemplando desde la terraza del hongo donde vivían, el hermoso paisaje de los morados almendros del valle que estaba debajo del bosque donde ellas tenían su casa. Aprovechaban que Enida estaba cuidando de Cleta, para hablar de la extraña enfermedad que tenía su hermana por causa de un maleficio.
Cleta que era el hada de la belleza, la gracia y la alegría, estaba cada día más triste y apagada. Sus hermanas le regalaron una esmeralda que es un repelente que se utiliza para ahuyentar el descontento.
Pero como otras pócimas que prepararon con lilas, tomillo, zarzas, romero y lentiscos no funcionó, y la más pequeña de las hadas cada día enfermaba más.
De repente, se pegaron un gran susto, porque no esperaban la visita del conejo, pusieron en marcha sus preciosas alas color arco iris y enseguida desaparecieron. El conejo empezó a llamarlas diciéndoles que no se asustaran, que venía a darles un recado de los animales del bosque. Y les contó lo que les preocupaba. Ellas fueron inmediatamente a verlos. Cuando llegaron vieron la catástrofe, producida por la contaminación.
Ablabia empezó a ponerse muy nerviosa, ya que era el hada que representaba la incontaminación, y pidió que sus cuatro hermanas se reunieran para buscar una rápida solución.
Llegaron a la conclusión de que los achaques de sus hermana Cleta, estaban muy unidos con la enfermedad del bosque. Alseides era el hada que le gustaba asustar a las personas que no respetaban el bosque, y planificó cómo serían las bromas-ataques que les harían a los que no respetasen el bosque.
Cuando llegó el domingo, los campistas llegaron al bosque y sin pensárselo dos veces, prendieron una fogata. Las hadas movieron sus hermosas alas, e invocaron al espíritu del agua, para que cayese sobre la fogata. El fin de semana siguiente, los domingueros volvieron a atacar al bosque tirando unas latas al suelo, ellas movieron sus alas, e invocaron al espíritu del suelo y las latas empezaron a dirigirse hacia los campistas como si fueran piedras que alguien las tirase.
El bosque empezó a tomar fama de estar encantado, pero un día llegaron unos busca fósiles, que estaban arrancando los Ammonites que había en los cortes de tierra. Ellas les pusieron polvo de sus alas en los bolsillos donde se guardaban los fósiles, empezaron a pesarles, hasta que se les cayeron los pantalones y no volvieron más por allí.
Enida les dijo a sus hermanas que si iban a casa a ver cómo estaba su hermana Cleta, pues hacía muchos días que la dejaron al cuidado del conejo. Decidieron que Enida fuera a visitarla, pero vino con malas noticias, pues su enfermedad iba para más, no se reía ni con los chistes que le contaba el conejo.
A las pocas semanas después, apareció una niña en el bosque, estaba recogiendo las bolsas, las latas que los visitantes habían tirado. Las hadas al mirarle sus grandes ojos marrones, vieron que era una niña que cuidaba el medio ambiente. A la tarde siguiente, volvió al bosque a recoger más suciedad, así durante una semana, hasta que decidieron hablar con ella.
Al día siguiente se le aparecieron, ella se asustó pero las hadas le dijeron que no se azorase, que sólo querían hablarle. Alseides se posó sobre las rizadas y oscuras trenzas que se había peinado la niña. Le preguntaron que si quería ser la guardiana del bosque y ella dijo que sí.
Leukar que era como se llamaba la niña, iba todos los días a limpiar un poco, pero todos los lunes se ponía triste, porque los domingueros volvían a ensuciar lo que ella limpiaba. Un lunes, ya no podía más y se sentó en una piedra a llorar desconsolada, y las hadas fueron a ver qué le ocurría.
Leukar les contó a las hadas que estaba muy cansada y el bosque cada vez estaba peor. Las cinco hermanas, le dijeron que su éxito era siempre trabajar en equipo y le aconsejaron que eso mismo podría hacer la pequeña guardiana.
Al día siguiente Leukar les contó a sus compañeros su problema y todos decidieron ayudarla, y formaron el equipo de «Rescatadores medio-ambientales».
Se dividieron en grupos, los estrategas, espías, informadores y todos serían limpiadores.
Los estrategas eran Leukar, Yazmín, Lidia, Carlos, Ylenia, Carla, David y Edu. Eran los que organizaban las tareas y qué cosas tenían que hacer para que la gente se enterase de que había que respetar al bosque y al medio-ambiente en general.
Los espías, eran Leticia, Sara, Belén, Gloria, Carmen, Clara, Abel, Paco, José María, Cristina I., Cristina N., Arturo, Miguel y Lucía. Eran los que averiguaban quiénes pensaban ir a hacer picnic al bosque, para saber con cuántos problemas se encontrarían.
Los informadores eran Diego, Andrea, Lorena, Héctor, Miguel Ángel, Macarena, Álex, Enrique y Laura. Eran los que les contaban a los campistas lo que tenían que hacer para respetar el bosque.
Y poco a poco, su trabajo fue siendo un éxito.
Las hadas ya estaban tranquilas porque habían cumplido su misión, y fueron a su casa, para ver cómo estaba su hermana Cleta. Su alegría fue muy, muy grande cuando vieron a su hermana sentada en la puerta del hongo riéndose a carcajada limpia con los chistes que le estaba contando el señor Conejo.
Las hadas le dieron las gracias por haber cuidado tan bien a Cleta. Y le contaron todas las aventuras que tuvieron. El señor Conejo fue a contar todo lo que sabía a sus hermanos los animales. ¡Y celebraron la mayor fiesta que se había dado en el bosque!

miércoles, abril 05, 2006

MISS AURORI

Ha regresado y pone en los carteles que es la reina del circo. Hay fotografías en las que se la ve a caballo, sobre la pata de un elefante y me imagino que, como es la reina, montará sobre leones, panteras, cocodrilos y avestruces. Yo no he visto nunca una actuación de Miss Aurori. Ni de ella ni de nadie bajo la carpa, que es como me han dicho que se llama la tienda esa, grande y de lona dónde ocurren las funciones a las que van otros niños de mi cole. Dicen que mola mazo el circo, pero mi madre no quiere que ni mis hermanos ni yo vayamos tampoco este fin de semana porque pegan a los caniches trapecistas y a los papagayos cantores de la jungla. Dice que les maltratan para que hagan todas esas cosas asombrosas que tengo que imaginarme. El caso es que cuando vamos al zoo para ver a los delfines cuando saltan a por las sardinas que les dan los cuidadores, no dice nada... A veces hago dibujos y pinto a Miss Aurori metiendo la cabeza en la boca de un tigre de dientes de sable, fiera que vive solo en los circos porque la selva tiene menos árboles y encuentra poco sitio dónde esconderse de los cazadores. A mí me gustaría ser cazador para ver un tigre de esos. En las películas también salen cazadores y luchan con monstruos dinosaurios. A mi mamá no le importa que veamos como pelean Gozzilla y King Kong, o cuando dan una de guerra. Dice que todo eso es de mentira y que en los telediarios nunca dicen la verdad. El otro día mientras recogía mis soldaditos antes de irme a la cama vi una casa muy grande, redonda, con bancos donde señoras y señores daban muchas voces. Debían estar de fiesta. Pero no sé por qué me acordé de Miss Aurori y como aquel lugar se parecía a un circo, lo sé porque me lo han dicho mis amiguitos, pensé que estaría a punto de entrar a caballo. Seguro que venía en uno muy blanco, con unas crines largas y se levantaba quedando de pie sobre las patas traseras. Entonces todos iban a flipar con Miss Aurori. Aplaudirían contentos y comprarían palomitas. Es que patalean porque tarda en empezar la cabalgata, aunque no pasan frío como nosotros cuando los Reyes Magos en la calle. Lo que pasa es que en mi cole no hay ninguna niña que se llame Aurori. Unos chicos mayores, de los que van al instituto que hay cerca de mi casa, decían que era una risa. Que llamarse Aurori era mogollón de cursi. Y que molaba mucho más llamarse ZP, que tenía más carisma, que no sé lo que es. Y lo comparaban con HB. Claro que debieron equivocarse: es Harry Potter, HP... Yo tampoco estoy contento con mi nombre pero igual podía ser payaso de mayor. En los circos no debe importar el nombre que te hayan puesto. Lo que pasa es que a mi madre no le va a gustar que trabaje en un sitio dónde los animales son de mentira, como los de la tele.

martes, abril 04, 2006

DE YAYOS FÓRMULA UNO, Y PETER PAN

Desde LA RADIO me llegan ecos- y es la segunda vez- de una información conocida: las estadísticas en poder de la DGT- Dirección General de Tráfico- indican que el colectivo de conductores con más de sesenta y cinco años de edad es el más seguro al volante. Participan en el menor número de accidentes, cumplen rigurosamente las normas de tráfico, nunca circulan bebidos, drogados o atentos a otras circunstancias- fumar, conversar por teléfono- que no sean las de la conducción. Sin embargo, las mismas autoridades informan de las incesantes demandas que se reciben de parte de familiares, sobre todo, solicitando se cancele el permiso de conducir a estos ciudadanos. Ocurre que, a pesar de los controles a los que se someten y superan las personas que sin límite de edad están autorizadas a participar del tráfico rodado, un sentido de protección acusadísimo mueve a intervenir a los parientes más jóvenes a fin de salvaguardar a sus mayores. Se diría bastante lógico, pero, ya que los estudios muestran que, con todas las limitaciones que del paso de los años resultan, no solo “la brigada de la penúltima edad y más allá” es apta para hacer uso del asfalto como tantos otros FERNANDOS ALONSO, sino que obran a esos efectos con cordura, sensatez y equilibrio- vamos, con sabiduría- las prevenciones antes aludidas no habrían de tener demasiada justificación. Pero, ¿entonces?... Quizás una de las explicaciones esté en parte de lo declarado por el filósofo francés LUC FERRY, según texto de Juan pedro Quiñonero publicado en el diario ABC el pasado sábado día uno de Abril. Dice este pensador, al que se considera uno de los más influyentes del momento, para ofrecer explicación a la reciente “revuelta” estudiantil en el país galo: “Quizás nosotros seamos culpables del miedo y la angustia de los jóvenes. Hemos creado un mundo donde envejecer es una catástrofe...”. Palabras, como digo, extraídas de una argumentación mucho más amplia e interesante, que inciden sobre la idea de un “síndrome de Peter Pan”- considera Ferry que los muchachos “son niños que se niegan a crecer”- y suficientes conforme a la idea que me propongo desarrollar al fin: la sociedad está empeñada desde tiempo atrás en abolir la enfermedad, asunto loable, pero estos cuidados de salud se han extremado de tal forma que no se admite o no se empieza a admitir a nadie fuera del prototipo de ser bonito, sonriente y confortable. Personas que responden a una uniformidad corporal, el canon de belleza que promulga la moda, la ausencia espartana de “taras” tanto estéticas como de salud y la comunión de hábitos y costumbres. De acuerdo con esto, si ser fumador es un vicio criminal, tomar vino en las comidas algo relacionado con el alcoholismo, pesar mucho más de lo que se debe una alteración física que trasciende para mal los naturales inconvenientes que se sabe propios de la obesidad, y ser calvo un desdoro que inquieta hasta a los políticos, hacerse mayor es sinónimo de decadencia automática y consecuente olvido. Por lo tanto, no conviene que los ancianos, que no circulan a doscientos cincuenta kilómetros por hora, ni se ponen al volante borrachos, etcétera, intervengan por sí mismos en ninguna actividad de las que son comunes entre los jóvenes: son un peligro. Un peligro que muchos combaten en sí mismos mediante la cosmética o la cirugía. Un peligro que deben ver en sí muchos a tempranísimas edades. Un peligro del que debo formar parte desde que fui designado por mi sobrino abuelo segundo. Entonces me pareció un honor, ahora, tal vez...

lunes, abril 03, 2006

MERCHANDISING

Parece que los intereses comerciales que dominan los programas informativos de las televisiones, respondían hoy al acuerdo de difundir el estudio que una empresa dedicada al encuentro entre seres humanos con fines amorosos presentaba. Según la estadística a la que aludo, muchos son los ciudadanos que eligen el matrimonio como proyecto de futuro para sus relaciones y, entre estos, también un número notabilísimo afirma que, ya que hay que casarse, que sea a lo grande, por la Iglesia... Eso me lleva a pensar que, si los republicanos que hay en España obran al fin- o lo harán- como hacen los ateos- porque entre los partidarios de contraer nupcias ante los altares forzosamente debe haber muchos no solo no practicantes, sino de los que niegan a voz en grito y con sumo desprecio la existencia de Dios- la monarquía no debe preocuparse en el futuro por el hecho de tener o no una buena “parroquia”. Sin embargo, todo esto viene a cuento, así mismo, de las celebraciones oficiadas con motivo del tiempo que hace- un año- murió el anterior Papa, Juan Pablo II. Las imágenes de televisión y fotografías de prensa abundaban en algo ya conocido: el tremendo negocio que se hace con los recuerdos, estampas, y demás abalorios que se ponen a la venta cerca de cualquier lugar con solera religiosa. Y ahora que llegan la temporada de comuniones y bodas, fotógrafos, empresas de imagen, de bisutería e imprentas, por ejemplo, entre álbumes, vídeos- o filmaciones en cualquier otro soporte-, dulces, figuritas, recordatorios etcétera, hacen su agosto. Los que rigen el negocio de la música, del cine, o del deporte saben muy bien que, además
de los beneficios que genera la actividad principal de sus “empleados”, la demanda de ropa, artículos electrónicos, material de escritorio, lo que sea, convertido en soporte de la imagen que se idolatra, resulta económicamente una mina, un filón interminable mientras el “santificado” se mantengan sobre su pedestal. Creo que en inglés a esta forma de proceder, de hacer tratos mediante la venta de este particular tipo de género, se le llama MERCHANDISING y, según a mí me parece, no es otra cosa que satisfacer la inexplicable tendencia que tienen hombres y mujeres a comprar objetos inservibles cuyo valor se aproxima más a la tenencia de una reliquia que a otra utilidad o bien superior. ¿Y por qué es tan acusado el impulso que nos mueve a tener estampas e iconos ante los que reaccionamos con un sagrado fervor a menudo comparable al que se tiene por las vírgenes y santos? ¿Por qué, si los templos están habitualmente a media entrada o decreciendo, según se dice, cuando llega la Semana Santa, por ejemplo, durante las procesiones, las gentes abarrotan las calles y dan muestras de sentida emoción a pesar de haberse olvidado el resto del año de lo que tales actos pueden significar?... Yo no tengo respuestas aunque me parece todo es una muestra más de lo poco que se puede esperar de la sociedad y el ser humano en general. Somos tontos y falsos, no cabe la menor duda.

UN IDILIO EN UNA JAULA

Día de cuentos, dosis de lunes...

Un idilio en una jaula
Joaquín Dicenta

Ella era una muchacha rubia, muy rubia, verdadero tipo de soñadora, con los ojos azules, el cutis pálido y los labios entreabiertos, como si tratasen de ofrecer salida a los suspiros de su pena. Porque sufría mucho aquella infeliz víctima de dieciocho años, que, soñando con un amor todo sensibilidad y delicadeza, se encontró unida, sin quererlo y sin saberlo casi, a un banquero materialote y soez, insolente como una onza y pletórico como las talegas de plata que almacenaba en la caja de sus caudales.
La boda fué uno de esos contratos brutales que se conciertan a espaldas de la ley, y que la ley sanciona luego tranquilamente. Dolores era hermosa, el banquero rico y los padres de la muchacha pobres y egoístas. El trato se hizo pronto.
-«Toma su belleza y abre tu bolsa» -dijeron los padres de la niña; y, previa la bendición de un clérigo, arrojaron a su hija en los brazos de el adinerado traficante.
Aquel abrazo tronchó la existencia de la joven, como troncha, la mano grosera del patán, una flor delicada, y Dolores se iba muriendo poco a poco, a semejanza de las flores que se marchitan, derramando perfumes que nadie se cuidaba de recoger.
Se iba muriendo y, avara de encontrar algo bello, armonioso y dulce en derredor suyo, tenía en su gabinete una pajarera, y se pasaba las horas muertas delante de ella, oyendo los trinos de sus canarios, única nota de poesía que vibraba en aquel hogar repleto de lujo y falto de ternura.
¡Cuánto quería a sus compañeros de esclavitud aquella mujer!
Mil veces me detuve yo, su hermano más que su amigo, en el centro de la habitación para contemplar a Dolores, que, puesta en pie delante de su querida jaula, inclinada sobre los alambres y mostrando en su rostro cierta satisfacción melancólica, seguía con ojos curiosos los múltiples y ágiles movimientos de aquellos preciosos animales, que, ya saltaban por entre los barrotes de su cárcel, ya esponjaban sus plumas en la bañera de metal, ya elevaban sus dulces trinos al espacio, ya, picoteando los granillos de alpiste esparcidos por el suelo de su vivienda, se perseguían los unos a los otros con un rumor continuo de gorjeos y de alas, alegres en su cautiverio, más alegres aun porque su zambra retozona distraía las angustias y los pesares de su dueña.
En ocasiones, sintiéndome envidioso de los que me ayudaban a endulzar la agonía de aquella hermosa criatura, protestaba de su preferencia por los canarios, y Dolores, volviéndose hacia mí y riendo con la risa amarga y silenciosa propia a los desgraciados, me decía:
-Si supieses lo que valen no les harías objeto de tu rivalidad. Estos alambres componen el límite de un mundo pequeñito, donde se realizan escenas de ventura como las que yo he soñado en momentos felices, que por ser felices huyeron pronto. Todas estas cabezas menudas, revoltosas, flexibles, donde brillan los ojos como cuentas de azabache dotadas de visualidad, piensan, coordinan ideas, reflexionan; y todos esos corazones diminutos que dan vida y calor al rizado plumaje de sus dueños, sienten más hondo que los hombres y saben amar mejor que ellos.
-¡No te rías! -gritaba Dolores al ver un gesto de incredulidad en mis labios-; ¡no te rías! Yo he sido testigo presencial de un hecho que prueba hasta qué punto son capaces de sacrificarse por el ser amado estos bicharracos inaguantables, como los llama mi marido.
Y así diciendo, para vencer mis dudas, me refirió cierta noche una historia breve y grande a un tiempo, la cual historia quiero estampar en letras de molde, como tributo rendido a la memoria de aquella mujer que ya no existe.
***
Eran dos. La hembra fina, pequeña, con el plumaje blanquinoso, el pico menudo y las patitas sonrosadas. El macho más grande, más fuerte, con la cabeza adornada por un moño de color de oro, era un cantor infatigable y un amante rendido y leal.
Siempre estaban juntos. Allí, en lo alto de la pared, construían todos los años un nido chiquitito, como si tuviesen afán de separarse lo menos posible, y vivían felices, como viven los que se aman, como yo he soñado vivir, ¡como ya no viviré nunca!...
Aquella pareja disfrutaba de mi predilección, y, sabedora de ello, mostrábase ufana en pagar mi cariño. Al sólo anuncio de mi voz acudían a los barrotes de la jaula, con los picos entreabiertos para darme la bienvenida y recoger, picoteando sobre mis labios, mi saludo.
Un día, el macho, al saltar desde los alambres a uno de los travesaños, lo hizo con tan mala fortuna que quedó preso en uno de los hierros, oscilando con angustia y al tratar de hacer un esfuerzo para incorporarse, se tronchó una pata y cayó al suelo piando tristemente, mientras la hembra, dando vueltas en derredor suyo, le miraba con unos ojos tan tristes que daban ganas de llorar.
Buscando yo consuelo para la desgracia de mi favorito, llamé al hombre encargado de cuidar los canarios, y él, señalándome la pata del herido que colgaba casi desprendida, exclamó:
-«Hay que cortarla».
-«¡No!» -grité yo.
-«Se le caerá sola» -repuso el hombre.
-«¡Pues que se le caiga!».
Y cogiendo al canario entre mis manos, lo trasladé a otra jaula, y trasladé con él a su compañera de amor y de infortunio.
Al levantarme al día siguiente vine a este sitio, deseosa de conocer el estado del pobre enfermo. ¿Sabes lo que vi?
Pues vi a la hembra con la pechuga desnuda de plumas; sonrosada y jadeante. Sí, se había arrancado sus plumas una tras otra durante la noche, y con aquellas partes de su propio ser, había construido un lecho para que reposara de sus torturas el amor de sus amores, el dueño de su corazón.
Y allí estuvo él durante quince días, y allí estuvo la hembra cuidándole con esmero de madre, llevándole en el pico agua para su sed, alimento para su hambre, calor para su cuerpo y consuelo para su desgracia.
Allí estuvo y al cabo de los quince días salió el canario de su quietud sano y alegre, pagando con un himno sonoro los desvelos de su compañera.
¿Comprendes ahora por qué los quiero tanto? -exclamó Dolores con amargura-. Porque saben amar: a tal extremo que a los pocos meses murió la hembra, y al día siguiente encontré muerto al macho en el último rincón de la jaula.
¡Ah! -siguió diciendo Dolores:- ¡yo también he soñado muchas veces con un cariño semejante! ¡Yo también hubiese arrancado por el ser querido todas, absolutamente todas las fibras de mi alma! Y sin embargo... ¡ya lo ves!
E inclinó la cabeza sobre su pecho, mientras una lágrima silenciosa rodaba por sus mejillas de azucena.

domingo, abril 02, 2006

QUE ME HAGA REÍR

Hace unos días, atento al televisor, compruebo que una de las cualidades estimada como fundamental por parte de gran número mujeres a la hora de valorar lo que podría ser su hombre prototipo, es que les haga reír. Inmediatamente colijo que CRUZ Y RAYA, LOS MORANCOS, FAEMINO Y CANSADO, PAJARES, MARICARMEN Y SUS MUÑECOS O CHIQUITO DE LA CALZADA son patrones a los que emular si se aspira, como varón, a oportunidades románticas de parte de la mujer. Es por lo menos una opinión que predomina en las consultadas cuando han de responder frente a un micrófono. Por otra parte, mientras entretenía algún tiempo de la tarde del domingo en encontrar determinadas informaciones mediante los oficios electrónicos del SEÑOR GOOGLE, un grupo de cuatro ciudadanas, encantadas de pregonar a voz en grito todo tipo de asuntos propios, desde lo puramente banal a lo celosamente íntimo, intercambiaban pareceres acerca de: ¿las vicisitudes de su labor profesional o de sus estudios? ¿De los problemas sociales que acucian en su barrio, ciudad, territorio regional o estatal, quizás en el continente o en el planeta? ¿De las ocasiones culturales que serían de desear, aquellas actividades en las que participan o en las que querrían estar ocupadas? ¿De la moda, la familia, la educación, la naturaleza?... No, no, no... Como pertenecían a una rama que prefiere los locales cerrados para beber y rozarse en vez de "enmerdar" los parques y fastidiar a los vecinos, en el decorado de sus comentarios el ruido máquina de baile, las copas de diseño y la comunión sudorosa entre humanos, tenía su razón de ser exclusiva. Y la confidencia o confidencias que conocí, como para hacer un relato a lo CORÍN TELLADO por entregas- pulpa de ventrílocuo cardiaco donde las tragedias, enfrentamientos, disputas y todo tipo de caracteres propios del folletín antes dicho- seguros ingredientes de cualquier CULEBRÓN de fama. Así pues los diálogos versaban sobre los lances de la seducción, conquista, apropiación y desengaños, que durante sus tribulaciones denomina el ser humano duelo amoroso. Probablemente ellos las habrían conquistado con una apariencia feliz e indisimulado oficio farandulero hasta que los chistes dejaron de tener gracia. Deben ser estas personas, ellas y ellos, de aquellas obsesionadas con el amor y, precisamente por ser así, abocadas o deambular eternamente en su busca. Porque digo del amor en pareja, que las posibilidades del AMOR, como parte sobresaliente, no única, de la vida, son innumerables y se olvidan al ceder un plato de lentejas por el suspiro que se pretende sin fin a la luz de la luna. Todos tenemos un deber de amor con nosotros y con la vida como parte indisociable de toda otro posible trato y caer en una fascinación adictiva, sea la que fuere, es la negación del bien que anhelamos. Amar, claro: presente de indicativo, pero sin olvidar que también es amor, amor por el que hay que estar, el gusto de tomar unas olivas a la vez que se contempla el fin de la tarde. O uno de esos encuentros con personas de nuestra preferencia en las que las horas pasan sin hacer ruido porque no pueden interferir cuando se acuerda el arreglo del mundo desde la palabra. Y se me ocurren muchas otras cosas, muchas de las que a mí me gustan: cuántas no habrá entonces si cada persona es un universo, aunque escuchando lo que les preocupa no lo parezca.

sábado, abril 01, 2006

EL SUEÑO DE LOS CAMIONES

“El Loco de la Colina ha vuelto a televisión Española con la voluntad de hacer un programa inteligente, libre, culto, divertido, sensible y sincero. Pide tiempo. Como el que ensaya una receta. Denuncia aquí la molicie de la televisión hipnótica, que grita y que insulta, la televisión que nos llena la soledad de ruido e impudicia”... Son palabras que Elena Pita, escribe como prólogo al juego de preguntas y respuestas en el que participa junto a Jesús Quintero en el MAGAZINE, revista dominical del diario EL MUNDO. Y de la atención a tal suerte literaria, refiriéndose al ejercicio que es su especialidad, dice el periodista andaluz: “Si el amor es conducir gentilmente al otro hacia lo que es, lo mismo puede emplearse a la entrevista.”... Leo y es en esta frase entrecomillada dónde me planto para, con las tijeras y pegamento de la voluntad, obrar a fin de quedarme con parte de la parte del aserto previamente seleccionado: EL AMOR ES CONDUCIR GENTILMENTE AL OTRO HACIA LO QUE ES... Quien fuera estrella de la radio durante mucho tiempo, primero en Radio Nacional y luego en la Ser, no dice en esta oportunidad que, la inclinación a portarse como dice que uno lo hace cuando siente la emoción suprema, tiene razón de ser al advertir en el elegido o en la elegida, calidad humana merecedora de toda celebración. Entonces sí, si existe esta lucidez y el convencimiento generoso de ofrecer loa y cuidado para provecho de su receptor y satisfacción propia, la arquitectura de la vida contará con otro espacio de bien que será contribución a la belleza cotidiana del planeta. Digo, por supuesto, que dedicar energías y recursos al esclarecimiento de la naturaleza feliz de quien hace camino a la par con nosotros, es tan importante como proporcionar las claves de todo aquello que ha de mejorar la referida persona. Se equivocan los que reparan solo en el aspecto más brillante del prójimo. Se equivocan y, sin ejercer de censores y actuar de manera represiva, conseguir que el hombre o mujer de nuestra predilección consideren en sí, además de virtudes, vicios y defectos que convendrá ir evitando a lo largo del tiempo, es gesto de cariño ilimitado al que nos obligamos si es cierto que sentimos lo que sentimos: no a causa de fuerzas ajenas sino por lealtad y sentido del deber. En definitiva, nunca desentenderse o dar por concluido el conocimiento y aprendizaje que hacemos del amado o de la amada, por el hecho de haber llegado a unos acuerdos que hacen esa relación a dos trufada de usos y costumbres destinados a la articulación de la misma. Y esto es así, salvo que el Loco esté loco, o, como decía en una película otro locutor de radio: “Esto cae por su peso, sabueso”. Naturalmente hay más formas de entender el amor, no lo dudo, pero suele llegar un momento en el que el idilio se da por consolidado y se olvidan maneras y diligencias que, precisamente, dieron lugar a la fortuna de la que tanto se presume. Es un yerro y, como ya he comentado en otras ocasiones, al fiar en las mariposas y su vuelo estomacal gran parte de lo que certifica la existencia del amor, se está favoreciendo la caducidad de lo adquirido. Eso sí, esto sólo es una reflexión que vale para el que la redacta, olviden postulados de ley y otros absolutismos: no los hay, no son necesarios.