domingo, mayo 30, 2010

ÉXITO CON ÁRNICA*


Mencionaron su nombre entre los diez autores distinguidos con sobresaliente tras ser evaluados los proyectos fin de carrera. Hubo un aplauso general en el aula y, a la salida, además de recibir numerosas palmaditas en la espalda, escuchó la palabra felicidades como un empalagoso mantra...

Luego, ya en el hospital, le fueron extraídos de la parte posterior del tronco, dagas, cuchillos y venablos, algunos de ellos envenenados...


*
http://www.saludparati.com/arnica.htm

sábado, mayo 22, 2010

SUCEDIÓ EN SÁBADO


Viéndoles al sol, con que sean mayores- quizás jubilados- y todo, es imposible que los imagine protagonizando disputas propias de los deportes multitudinarios, de los que dicen mueven masas… Juegan a la petanca y, aunque discutirán, que el ser humano se inclina sin esfuerzos por contrarrestar esa deriva en la mayoría de los casos, la sangre al río e incluso velatorio, son consecuencias que no puedo contemplar como reales en un colectivo así. Luego pienso que habrá otras actividades deportivas libres de altercados entre los propios participantes y ausentes de vandalismo- existente igual para las celebraciones como cuando sujetos a la contrariedad, la derrota ha sido noticia- digo, entonces, sin escándalos por parte de los seguidores o forofos. Por ejemplo, esa cosa precisa y tan leve que pudiera tomarse por cursi, consistente en empujar una especie de bola achatada “por los polos” hasta la apariencia de una rueda, que se desliza por la superficie de un pasillo “barrido” al paso del artefacto, puesto que conviene a fin de lograr una fricción menor, cuyo éxito se da por obtenido en el momento que la dicha pieza queda lo más cerca posible a una diana pintada en esa misma zona. Creo que le llaman CURLING, se juega sobre hielo, la bola que no es tal es una piedra de granito, y fue un invento de los escoceses según se cree… Pues bien, tampoco ahí, por mucha pasión que se ponga, encaja la suerte de trompadas tumultuosas, como en el Hockey, santo y seña de los que practican o contemplan tan singulares lances. En definitiva una visión de paz mediterránea y una evocación de estoicismo al final de un paseo feliz. La jornada había sido de mar avistado entre ese despropósito de cemento en el que se ha convertido la franja más cercana a las aguas del Mare Nostrum por el levante alicantino. Unas veces más cerca otras más lejos, pero impagable el olor, el color, la luz, el amable céfiro, el brioso romper de las olas y la compañía: encantadora al volante y generosa llevándome por el entramado sinuoso y a veces imprevisible de unas calles para cuyo tránsito se necesita mapa y brújula, para mi especial recreo: ¡cómo sabe ella de mis ganas de mar constantes y me premia, seguramente sin merecerlo- como lo hizo- con un paseo tan hermoso! Hubiera podido tomar la autovía cancelando así todo atisbo de dificultad en la circulación. Pero no. Persuadida de latir con bien cuando un bien me habita, y de ese mismo modo ungida, se da y yo, me alegro tanto de que me eligiera. Porque lo sabe y yo sé que es así, menciono sus galas sin nombrarla y le tengo reservados los abrazos que nadie recibirá y los besos que es imposible logren otros labios. No porque los destinados a ella, compañera de todos los días, sean físicamente distintos, tal vez sí en cuanto al ceremonial, sino porque lo que pongo en ellos cuando ha lugar a que sucedan, no lo ha recibido nadie antes ni lo recibirá nadie. Tampoco la querida amiga que venía a visitarnos, que ya había enamorado a las aguas temprano y que sedujo igual al sol: tan espléndida se veía. Fueron unas horas magníficas, conversando, recordando, compartiendo y prometiéndonoslas de futuro. La cita se produjo en un intervalo libre entre compromiso y compromiso de nuestra invitada y, cuando se fue, el oficio de las aguas continuó como si no se hubiera marchado porque la mar es muy suya. Las buenas gentes a las que aludí al principio, sin embargo, absorbían la rabia del sol, encorajinado por el ineludible adiós de esta Alicia nuestra, hasta multiplicarse en grados… Y, al fin, lo diré: hay tipos que tiene suerte con las mujeres y no por sus conquistas precisamente, que, casi siempre, consiguen ellas poner a sus pies a “donjuanes y casanovas”, sino porque son seres humanos que cuentan y ceden, ofrecen y permiten. Son de una amistad a prueba de bombas, de una lealtad inquebrantable, y generosas como sólo ellas lo son al natural. Hay tipos que tiene esa suerte, insisto, y yo soy uno de ellos. Porque las mujeres que me admiten en su galaxia, son buenas, pacíficas, inteligentes y guapas. Esto es lo que hay y ya hace horas que es domingo.

miércoles, mayo 19, 2010

EN EL REVERSO DE LA VIDA


Dice el locutor de televisión dando lectura a la parte verbal de una noticia ilustrada con imágenes a propósito:

-“En un cementerio se pueden hacer dos cosas: llorar o recordar…”

Y me pregunto, ¿sólo dos cosas?

Porque, se puede fumar, ir de paseo, meditar, tomar el sol, leer un libro, escuchar los trinos de los pajarillos, tararear una cancioncilla, aprenderse los epitafios, tener una cita, besarse, asistir a un parto, bromear, intercambiar teléfonos, cerrar un negocio, conceder un deseo, autorizar una fiesta, denunciar a un maleante, mascar chicle, bendecir la lluvia, saludar a los conocidos y como todo buen cadáver, jugar al mus- o al póker- con los demás espectros del lugar.

sábado, mayo 15, 2010

BOTELLÓN FINO Y RECORDATORIOS DE BAUTIZOS, COMUNIÓN Y BODA


Muchos de ellos, no sé cuantos, regresarán a los templos cuando de ceremonias de esponsales o pompas fúnebres se trate. Y, ¿pasa algo? No, que va, otros asuntos son los que de verdad importan. Pero, en estos días, jornadas propicias para la venta de flores y agosto de fotógrafos y operadores de vídeo- es temporada de bautizos, comuniones y bodas- los dichos llenarán los bancos corridos, saludarán al oficiante tras los altares, e incluso tragarán la sagrada forma. Todo vale y nada tiene valor. Y si lo tiene, es relativo, según se mire. ¿Por qué? Los motivos, todos de índole social y tendencia a la representación, son variados pero coincidentes. Al final se bautiza a los niños, reciben la comunión y se casan por la iglesia en edad de avizorar lo que luego será divorcio, porque qué dirán, y, si van a decir, que sea a causa del asombro: ¡cuantos invitados, qué lujo, vaya banquete…! Cuenta la notoriedad y la opulencia a favor de tales supuestos y se mancilla algo tan respetable como la religión. Un compromiso trascendente, para unos más que para otros, asumible o no- por suerte ya no es obligado- que, conlleva unos ritos y el trasfondo de los mismos, defraudados mediante comportamientos y fines propios de quienes se acreditan como profanadores de unas creencias así al servicio de un negocio. Y, lo más triste, es el engaño, la mentira de la que son víctimas los niños. Porque los adultos, por ejemplo, cuando se casan ante uno de esos curas de los que luego se dirán todo tipo de maledicencias añadiéndolos al saco de los pederastas- pues somos tan dados a atribuir podredumbre a todo el cesto de las manzanas cuando por una de ellas, o más, asoma el gusano- digo que, si añade otra impostura a la suma de malos tratos con la vida de los que nos hacemos protagonistas, allá películas. Mas, servirse de la inocencia de una criatura, adiestrada en la fe, que da su palabra al comprometerse, y luego, después del sarao, en tanto se hace balance y recuento de provechos, olvidado de todo lo que al inculcársele fuera santo y seña y a la merced de su propia voluntad, como si el trecho acometido no fuera más que pantomima necesaria, deja de cumplir los preceptos que prometió y no regresa a la casa donde se le recibiera como fiel excepto para el propio casamiento o las oraciones de cuerpo presente, supone parte de la medida de lo que es hoy en día ser padres. Algo abominable a mi juicio. Pero no importa, todo lo que digo no importa. Incluso alguno lo reconoce en privado y se excusa en determinados compromisos ineludibles: la familia, el trabajo, nuestra posición social, qué dirán los vecinos, no vamos a ser nosotros menos, viva la fiesta, etc. No sé siquiera si ponen la X en la declaración de la renta a fin de financiar a la iglesia tan responsable de todo esto como quienes visten a sus niñitos de Almirante y a sus niñas de novia. Porque en las parroquias se sabe que los niños comulgarán una vez y otra el día que den el sí y se pongan los anillos. Lo saben y lo consienten, no sea que sus actividades se resientan, registre un bajón estadístico más el crédito con el que cuentan y definitivamente otros tan santos o tan pecadores como ellos ocupen la atención del ser humano que necesita de Dios como de Santa Bárbara: cuando truena o cuando las Bolsas se desploman… No lo sé, y hay cosas más importantes, pero puesto que hemos hecho de la vida un circo, no el bueno de Ángel Cristo domador con sus leones, sino la opereta de callejón sucia y complicada como lo fue la vida privada de quien llamándose como se llamó derivó en demonio, ¡viva y muera el espectáculo! ¡Acabe la juerga que ya vendrán los barrenderos! Como en todo buen botellón.


EL ÚLTIMO AMOR


Acababa de besarla y llovía. Se sintió como Gen Kelly y danzó asombrado de sí mismo bajo el torrencial aguacero:

- Yo que venía preparándome para asumir el resto de mi vida sin romances, y, de pronto, un día cualquiera de una semana cualquiera de un mes cualquiera, una mujer me demuestra que, en verdad Cupido existe. ¡¡Oh San Valentín!!

Luego, por exaltación y ausencia de condiciones físicas, al pisar en una parte de la calzada donde el aceite de algún auto se resistía al imperio de las aguas, otro impredecible arrebato, esta vez con resultado de muerte por impacto en la nuca, puso fin a las inesperadas galas del amor.

Y es que, como se escucha durante los coros de la canción Pedro Navaja*…



*”… La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay Dios!”

sábado, mayo 08, 2010

SOLUCIÓN RICINO


Día de reflexión antes de las elecciones. Sede del Partido Participativo Positivista Sustantivo y Ocioso de la nación de Envidia.

- Hay que lograrlo sea como sea

- Pero no llegaremos, los sondeos nos dejan fuera de la mayoría.

- Nos respaldan los olivareros y el sector del aceite, ¿no?

- Sí

- Entonces, no importa: seremos bisagra. Con esos aliados tiempo hay para resolver los malestares y disgustos del tránsito.

viernes, mayo 07, 2010

OBSESIÓN


Algo bajo la tela de su camisa doblegaba la razón en mí. No curiosidad, era urgencia, imperio de ver y tocar. Ganas instintivas de algo festivo que pasara con esa parte de su cuerpo, con toda ella, y sucio y duraderamente mortal.

- ¿Una taza de café?

- Sí, por favor

Regresó con la merienda y al sentarse, por fin, el dulce cráter coronando la voluptuosa cumbre de su barriguita al descubierto porque se le desabrocharon dos botones.

Reía cuando, enseguida, dijo:

- Esto será todo por hoy.

Ya le había hecho las fotos para la revista y, desde entonces, busco ese mismo ombligo en todas las mujeres.

sábado, mayo 01, 2010

UNA NOCHE EN EL HOTEL PARADISO





Pareciera Alicante una ciudad vacía a eso de las ocho de la tarde. Escasa circulación, espacio de sobra para caminar y, y no. Aunque llovía durante un interludio entre amenaza y amenaza de tormenta, una pareja de novios buscaba, ¿cura? No lo sé pero, tal maniobra es seguro de alboroto popular: si hay casamiento se da convite y los buitres a las tajadas acuden. Por lo tanto, hubo suerte y al fin, sin contar con los de la “fiestrorra”, público de sobra para llenar el TEATRO PRINCIPAL, buena gente. ¿La cita? Con el HOTEL PARADISO, una propuesta escénica de la compañía alemana de teatro FAMILIE FLÖZ. Y, hora y media después, ¡albricias!: una función magnífica. Aplausos sin reserva, justo clamor e irrefrenable entusiasmo. Esa fue la opinión de quienes agradecíamos el esfuerzo, la demostración de talento, elegancia, lirismo y comicidad por parte de cuatro actores extraordinarios. Tres hombres y una mujer que encarnaron a propios y extraños dueños, empleados, residente s y pasajeros de un pequeño hotel de montaña. Un lugar de vida sencilla donde ocurren cosas, en ocasiones a medio camino de lo mágico, tantas veces acentuando lo sentimental y, nunca, favorables al aburrimiento. Un lugar peculiar expuesto con dos particularidades que de inicio movían a la curiosidad… Para los FAMILIE FLÖZ las máscaras son muy importantes. Por eso aseguran en la tarjeta que se entregó a la entrada antes de comenzar el espectáculo: “Las máscaras son elaboradas especialmente para cada nueva pieza, aunando en ellas el carácter de inspiración, herramienta y producto final.” Y en Hotel Paradiso nunca se ve el rostro de los intérpretes sino ese constante que hace al personaje sin otro matiz posible que el ofrecido por un embozo artesano que es al que se alude. Así, puesto que el espectáculo es- rigurosamente- sin palabras, el artista ha de servirse del resto de su cuerpo, no sólo para componer el personaje, sino para, lejos de la levitación del mimo, hacer lenguaje de la propia dinámica. ¿Y todo para qué? Para darnos una lección de belleza, de precisión, de limpieza, de gusto por las cosas y por como se hacen, por hacer que lo tierno parezca de aceptable tacto y lo cómico diversión y acontecimiento de risa que se disfruta sin despeinarse: en vez de una salva de carcajadas conviene y se percibe el cauce de un rio cristalino y feliz. Todo son detalles, preciosismo, eficacia, concilio y comunión… Sí, porque la historia fluía empapando el patio de butacas enseguida inmerso en la minuciosidad dialogada de un acontecimiento que apelaba a otros lenguajes. Existió complicidad y regocijo, creo, además, por parte de los miembros de la compañía, también los técnicos: sospecho que tan contentos como todos los demás dentro del edificio y eso, que no siempre ocurre, se pudo observar en los rostros satisfechos aunque fatigados de quienes, en verdad, tenían las claves de todo bajo las caretas para ese último momento de los saludos ya olvidadas. En fin, más que recomendable este trabajo y TEATRO, así, con mayúsculas, dosis de arte, de belleza, de gloria. Quien estuvo a mi lado lo postula como a incluir en el programa de escuelas e institutos, y no me parece mal. Sin embargo tengo mis dudas con la marabunta infantil y adolescente. Total, si no suena, a ellos les da algo y si la cara es escultórica, pensarán que es cosa de recién nacidos. Tan tontos les están ustedes criando que se perderán delicias como esta de la que doy cuenta ahora. Por lo tanto, si programan esta obra u otra de la misma compañía, cerca del domicilio donde residan, vayan y déjense de bautizos, comuniones y bodorrios. ¡¡Vayan!!