sábado, junio 30, 2007

CALMA CHICHA


No pasa nada. El traspiés nocturno fue nada más un primer mal paso. Algo humillante, es cierto, porque mi adversaria triunfó sin malas artes y en el último minuto... Y ya no soy campeón del mundo de INTELECT... ¡Que lo sepas!





CALMA CHICHA



Esperando que el viento

doble tus ramas

que el nivel de las aguas

llegue a tu arena

esperando que el cielo

forme tu barro

y que a tus pies la tierra

se mueve sola

pueblo

estás quieto

cómo

no sabes

cómo no sabes

todavía

que eres el viento

la marca

que eres la lluvia

el terremoto.


Noción de Patria (1962 - 1963)

Inventario Uno (Poesia 1950 - 1985)

Mario Benedetti


viernes, junio 29, 2007

QUIZÁS NO LLEGUE A TUS OJOS


¿Una regata puede ser como un cortejo? Tal vez pero al final- Alinghi 3, Nueva Zelanda 2- puede que suceda al igual que en el cuento...



QUIZÁS NO LLEGUE A TUS OJOS


Por: Carlos Fonseca


El joven, enamorado, se acerca a la dama y le sonríe angelicalmente, una lágrima corre en sus ojos. Su cara triste se agudiza y empapa el rostro. La dama, coqueta, le esquiva la mirada. El joven insiste en la atención de sus ojos. Una frase fría de la dama rompe la atmósfera.


.Parece que no te duele.
.Yo te amo. (contesta con súplica el joven)
.Siempre dices lo mismo(desafía la dama ).


El joven aguanta en el aire el resto de sus lágrimas, se arrodilla a los pies de la dama, y desenredando nudos de su garganta suaviza las siguientes palabras.

-Quizás no llegue a tus ojos, pero si me duele.

No tenerte.

Me duele.

No gastar mis suelas en viajes sin sentidos y que a la vez lo tienen.

Me duele

No soñar y despertar.

Me duele

Mirar a un rincón de la calle por la que voy caminando y recordar que ya no existe, que se está derrumbando, que todo fue fugaz, que tus labios no estoy besando, que de los golpes se aprende, y la espalda van marcando, que ya los barcos no entran, ni suenan cuando están pasando, que no hay días distintos, que hasta el mar estoy olvidando, que las gaviotas no vuelan, que la vida va cambiando.

Quizás no llegue a tus ojos, pero si me duele.


La dama, de rostro inmutable y con sonrisa de grandeza, lanza su ultimo golpe.

Como siempre, haciéndote el poeta.

El joven, tira su corazón al piso como colilla de cigarro y lo pisa con la punta del pie.

jueves, junio 28, 2007

RUEDAS DE FORTUNA


Se duermen y se despiertan. Es día de fantasmas aunque no estén las ciudades a oscuras. Me preguntas si saldremos adelante y pierdo otro botón de la camisa: sé que me estás convocando a un nuevo beso.



RUEDAS DE FORTUNA


Ruleta



Rosa

de corola profunda.

¿Se te atragantala bolita?

Tienes un cielo

de joyas falsas

y te despojan manos

descarnadas. Giras

sobre turbias pupilas

en el acre jardín

de las interrogaciones.

Giras

sonámbula y fría.

Abriendo tu gran cola

de pavo real de números.



Por Federico García Lorca

miércoles, junio 27, 2007

EL MONTE


La tercera entrega de SHREK, Shrek tercero, deja muchísimo que desear con respecto a las dos anteriores. Había leído críticas en las que no salía demasiado bien parada la película, pero incluso, tras verla, me pareció merecedora de peor trato. Lástima... Y mientras, los niños y niñas corren por las escaleras y pasillos de la sala para ir a orinar entre escena y escena: un deporte nuevo, un entretenimiento adicional. ¡¡VIVA!!



Pero, no sé de cine, de literatura, sabía, sabe mucho más Max Aub...


El Monte



Max Aub.




«Cuando Juan salió al campo, aquella mañana tranquila, la montaña ya no estaba.La llanura se abría nueva, magnífica, enorme, bajo el son naciente, dorada.Allí, de memoria de hombre, siempre hubo un monte, cónico, peludo, sucio, terroso, grande, inútil, feo. Ahora, al amanecer, había desaparecido.Le pareció bien a Juan. Por fin había sucedido algo que valía la pena, de acuerdo con sus ideas.-Ya te decía yo- le dijo a su mujer.-Pues es verdad. Así podremos ir más deprisa a casa de mi hermana.»

martes, junio 26, 2007

KIWIS


Los "kiwis", como se llama a los integrantes del Emirates Team New Zealand, ganan por dos regatas a una al actual campeón y defensor de la COPA AMÉRICA el Alinghi, suizo. Hermoso espectáculo de marinería y viento sobre las olas mediterráneas de Valencia. Quizás, con cierto enardecimiento por la pasión oceánica a la hora de elegirlo, queda con todos este poema de AURORA LUQUE...


Carpe noctem, amor. Coge el brusco deseo

ciego como adivino,

los racimos del pubis y las constelaciones,

el romper y romper

de besos con dibujos de olas y espirales.

Miles de arterias fluyen

mecidas como algas. Carpe mare.

Seducción de la luz,

de los sexos abiertos como tersas actinias,

de la espuma en las ingles y las olas

y el vello en las orillas, salpicado de sed.


Desear es llevar

el destino del mar dentro del cuerpo.

lunes, junio 25, 2007

CIGARRAS Y HORMIGAS





Por Alberto Barrera.




Durante ese verano, ese otoño y esa primavera la cigarra cantó, leyó libros maravillosos, se hinchó de frutas de comarcas lejanas, fornicó y bebió hasta desfallecer, durmió sobre el humo de las ramas del sauce. Mientras, la hormiga -que sabe leer y conoce la historia- saqueó con su modestia la montaña, llenó de hojas, migajas y restos de vecinos muertos toda su cueva. Meticulosa, la hormiga pasó el año ahorrando para cuando el viento y la lluvia feroz.

Y llegó el invierno (como suele suceder en la literatura y en el mundo) y arrasó con todos los planetas. Del reino sólo quedaron raíces y hojas de plátano, susurros atrapados bajo el hielo, cadáveres simples y pequeños (cigarras y hormigas, por ejemplo).

domingo, junio 24, 2007

MAR


Un sólo abrazo reconforta y entre los reconfortables hay ocasiones, días y personas. A pesar de la inaprensible lengua de mar que hoy quiso fuera pasto de los peces, Daniel fue de las fiestas la Fiesta y de los cariños el AMOR... Y mucho sol...



Mar

Por Oswaldo Roses

No hay oleaje inútil
del fondo a la arena;
ni sensación ni abismo
para menguar su fuerza.

Sólo es luz fugitiva,
sueño; sólo presencia.
Sólo revuelos cándidos
en la distancia esbelta.

Suspiros y caricias
¿cuánta más brisa ciega?;
sonrisas y canciones
cuanta más mar se deja.

Delicias del azul,
lánguidas, aún velan
como flores del cielo
—paz— espumas enhiestas.

(octubre de 1999)

sábado, junio 23, 2007

EL VERANO


EL VERANO


Luis Torregrosa


En los primeros días de Junio empezamos a sudar el verano. Fue un verano imperativo que se alejó hasta Octubre y dejó el suelo de los campos cuarteado y lijo, y el asfalto caldoso de brea antigua, y los árboles lánguidos, y los hombres faltos de ganas y juicio. Fue un verano culpable. Hasta mediar la estación agradecimos la implacable justicia solar que compensaba la escasa primavera que nos había dejado el invierno. Entonces ya debimos haber comprendido que aquel era un año extraño, sin transiciones, como un péndulo imposible que descansara largo en un extremo para aparecer luego en el opuesto sin apenas advertirlo. Por la Virgen de Agosto nuestras miradas se dirigieron a menudo al corredor de las tormentas, pero los hilachos de nubes holgazanas que se paseaban por él eran una burla que irritaba a los más y preocupaba a los viejos.


El primer cadáver apareció en el sueño de un extraño, un forastero de los que gustan de husmear costumbres de pueblo ajeno. El hombre hizo un relato impreciso al oído de unos cuantos vecinos mientras se desayunaba en la pensión. "Pueden creerme si les digo que jamás sentí nada igual. Era la imagen de una fantasía vestida de mujer, inaprensible a mis sentidos y tan cercana". La vio tendida, todopoderosa sobre la esencia, sobre la realidad, pero muerta ya, diluyéndose en la substancia de lo cotidiano. Agustín, el más soñador de los viejos, hizo un rictus de preocupación al escuchar aquel relato del extraño. Algo había perdido.


Desde ese día todos nos apresuramos sobre lo efímero. Cesaron las canciones de cuna que las madres dedicaban a los críos, los bellos relatos de dragones y caballeros, de duendes y princesas. Nadie recordaba ya las historias de Juanito Volador que sostenía que siempre era necesaria una ilusión aunque esta fuera una locura y dedicó sus años jóvenes a imitar las maquinas de Leonardo. Se apagó el ánimo y la fábula. Sólo quedó la realidad.


El segundo cadáver nunca apareció, pero lo intuyó el porquero. Los cerdos llevaban días hocicando en el mismo lodazal teñido de sangre fresca (muerte de la inocencia), y sobre la superficie del charco de orines se reflejaba nítida la imagen de un niño, casi se diría de un ángel, sorprendido por la brutalidad.


Y otra vez Agustín, siempre tan inocente, sintió una punzada de auténtico dolor, como si le arrancaran sus más hermosos años.


Ya no hubo más risas ni llantos en la plaza, ni correrías ni juegos, ni pelotas ni aros. Los niños se mecían adormilados a la sombra, sobre las hamacas, con la cara agria y la mirada huidiza. Y los adultos comenzaron a mirarse con temor, a buscar en cualquier gesto ajeno una amenaza, una excusa para la pelea.


Del tercer cadáver vimos la sombra gigantesca de su alma cruzar veloz el pueblo y, tras ella, infinidad de pequeñas formas, algunas reconocibles, que se apresuraban a escapar de las casas como volutas de un humo denso al que arrastraba el tórrido viento del sur. Todavía hubo quien vio alzarse en la distancia el perfil de su joven imagen pescando en el río tiempo atrás, o la figura difusa del organillero que amenizaba en el pasado las fiestas mayores, o el olor de la brisa del mar, o la escarcha de las mañanas de invierno cosida a las telarañas, o un beso, ese primer beso que se atesora como el más hermoso de los recuerdos.


Y Agustín, que por tan viejo era la memoria del pueblo, se quedó con cara de asombro, vacío.
Desde entonces, nadie paseó por la alameda, ni sintió nostalgia, ni fue capaz de rememorar una caricia.


Pero un día vi caer una lágrima por el rostro ajado de Agustín mientras se esforzaba por ofrecerme una sonrisa. Olía a pan recién hecho y en el cielo dominaban las densas nubes y en el suelo el rocío. Se había acabado el verano.


viernes, junio 22, 2007

SUBLIMINAL URBANO: día de verano en invierno


Lo mejor de todos los viernes eres tú. Pero es que eres lo mejor de todos los días. Abrígate, desnúdate, yo me quedo a tu lado. Mirando el mar...



Subliminal urbano

Dí­a de verano en invierno




Mujer con chaketa

Mujer con chaketa celeste

Hombre con jeans

Hombre con bolso en la mano yParaguas en el bolso

Mujer con chaketa gruesa

Ke pesa

De muselina

Virgen Marí­a, túnica eterna,

Sin chaketa

Mujer con gorro a cuadros y pañuelo en la garganta

Jadeando

Chicos jugando baloncesto con

Camisa manga corta




DE Poemas cuánticos
por Liza Rosas Bustos

jueves, junio 21, 2007

POLOS OPUESTOS


Polos opuestos



Malena Barreiro–Armstrong, Argentina, Alemania, EE.UU. © 2007



Ya era tarde pero el calor de ese día aún flotaba en el aire cuando salimos de la ópera. Entramos en un restaurante cercano para tomarnos un refresco, fumar bastante y charlar mucho. Caminamos hasta el fondo del local. Ella se sentó a la cabecera de la última mesa mirando hacia la puerta y yo a su derecha mirando una gran foto de Plácido Domingo cantando La fuerza del destino.
Inmaculada tiene el pelo rubio, rizado y de un brillo sedoso; yo soy morena y, aunque tengo una que otra onda, lo llevo lacio a fuerza de cepillo, con raya al costado, y a cada rato trato de apartar las mechas que me cubren el ojo derecho. Inmaculada juega constantemente con un bucle de detrás de su oreja izquierda y lo estira hasta que le queda por debajo del hombro. Tiene ojos castaños y almendrados y su risa es contagiosa. Los míos son verdes y mi risa aún no ha madurado.
En realidad tenemos mucho en común, por eso somos como hermanas. Las dos nacimos a orillas del río más ancho del Cono Sur, a pocos años una de la otra. Ambas estudiamos música en el Conservatorio Nacional y tomamos clases de ballet con la misma profesora, aunque nunca nos conocimos allá. Salimos para Europa casi al mismo tiempo, vinimos a Munich con la ilusión de una carrera profesional como muchas otras jovencitas. No nos sirvió para nada.
Ambas nos casamos con alemanes y no hemos podido tener hijos, vaya uno a saber por qué. El marido de Inmaculada viaja constantemente: es representante de una compañía que produce anticonceptivos. El mío es piloto, viaja aún más. El de ella, cuando está en casa, con eso de probar la calidad y cualidad de los productos, no le da tregua: condón viene y condón va. El mío, como los marineros, tiene un amor en cada puerto -en cada aeropuerto- y yo he vivido, hasta hace poco, en tregua perpetua.
Se nos dio por buscar trabajo donde pudiéramos usar nuestros talentos. Y es ahí donde nos conocimos: en la oficina del Arbeitsamt. Ella es mesera en un restaurante latino donde todos los fines de semana ponen un espectáculo en escena y el público puede bailar en la pequeña pista que circunda el escenario. Lo malo es que a ella el dueño le tiene terminantemente prohibido siquiera menear el culo cuando atiende a los clientes. Yo soy disk jockey en una discoteca gay. Tampoco puedo bailar con nadie. Desde mi cabina: una jaula de vidrio que pende a un costado de la pista de baile, me entretengo adivinando quién es el que lleva y quién el que se deja llevar. Algunos, los que no bailan tanto, suben para charlar conmigo. Tal vez ya se ha corrido la voz de que junto a mi mesa de trabajo guardo una caja con las muestras que me da el marido de Inmaculada, con el fin de que le diga cuál me gustó más: el largo y regordete de color negro y brilloso, el verde en forma de cactus, el azul lleno de bolitas de diferentes diámetros, el que termina en nariz de payaso o el del sombrero de tres picos. Yo se los regalo a los clientes de la discoteca y les pregunto a ellos, así es cómo nunca me ha faltado una respuesta para darle al obsequiador.
Con los regalos de mi marido he llenado dos estantes de las repisas del baño. Como es muy cortés, siempre que regresa de cada viaje me trae -y las elige por su forma- una botellita de perfume: Paloma Picasso, porque la esencia, que está en una burbuja transparente, va embutida en un estuche negro, brilloso y rechoncho. Kenzo, porque es un nopal verdoso con una gotita de rocío en la punta. Sun Moon Stars, porque es un globo azul decorado con pompas de diferentes diámetros. Dalí, porque es una ampolla de labios carnosos y nariz de bufón. Duende, porque el tapón es como un sacacorchos de 20 centímetros y Balahé, porque parece un soldado gordinflón con sombrero de cuatro picos.
Inmaculada tiene exquisitas formas, como las de la modelo que inspiró a Gianbologna cuando esculpía La violación de Sabina. Yo le hubiera servido a Madame Curie como ejemplo de su primera radiografía. A Inmaculada le atrae todo lo espiritual, lo romántico, lo platónico. Claro está, uno añora lo que le falta. Yo intenté darle un poquito de todo eso que le gusta; a veces le contaba sobre la vida de las beatas -he leído muchos libros sobre el tema-, o le recitaba uno que otro poema de un famoso sevillano -romántico por excelencia-, e incluso le había comentado los diálogos de Platón con Fedro -tema preferido de uno de los chicos que me hace compañía todos los viernes en mi jaula de cristal. Pero nada de esto la llegó a satisfacer en sus necesidades. Ella compartía conmigo algunos detalles de sus pruebas de control de calidad, con lo cual se intensificaban mis necesidades de satisfacción. Yo tenía poco que contarle.
Tal vez todo esto fue lo que nos ha llevado a lo que nos ocupa en este momento: ella tiene un amante idealista, de la isla Amistad, y yo uno del extremo opuesto: un centroamericano del Cabo Gracias a Dios.
Inmaculada y el sudamericano se pasan horas hablando de la naturaleza, de cómo luchar en favor de los indefensos animales torturados en experimentos de perfumes y cosméticos, de que cada ciudadano debería abnegarse por el cuidado del ambiente, de que las comidas tendrían que ser sanas; y el tipo le trae flores, le obsequia galletas de grano integral y bebidas sin aditivos protectores. Charlan tomados de la mano y, sólo hasta ahí llegan.
El mío no necesita traerme nada, todo lo indispensable está al alcance de la mano. Además, ni bebemos ni comemos, para eso no tenemos tiempo, tampoco hablamos mucho. Nuestro oasis favorito es el baño. Yo dejo que él me adobe en perfumes extranjeros y sondee sin protección alguna hasta donde quiera para comprobar la capacidad de brío que poseo.
Inmaculada, mirando hacia la puerta del local, me comentaba complacida las cualidades humanas y los altos valores espirituales de su amante sentimental. "Dejá que te explique, Concepción; el tipo es único, exactamente lo que me hacía falta; creémelo, Conchita", me decía casi en un trance. Y yo, por pura modestia, guardaba silencio; cómo iba a sacarla de tan idílico tema para contarle las facultades eróticas del mío. "A cada uno lo suyo", me dije para mis adentros, y para no interrumpirla encendía un cigarrillo tras otro y dejaba que mi mirada recorriera, a ratos, las paredes del lugar.
La foto de Plácido frente a mis ojos, un Don Álvaro con sangre inca y temperamento caribeño, tan parecido a nuestros amantes, me hizo imaginar, esa noche de verano, que las dos éramos Leonora y estábamos en aquel restaurante planeando nuestra fuga a espaldas del Marqués de Calatrava. Una locura que nunca haríamos.
¡El destino tiene más fuerza que nosotras! Inmaculada se relaja en el locus ameno, que él le brinda, y yo me revuelco en la hoguera, que el mío alimenta.

miércoles, junio 20, 2007

VIVIR O NAUFRAGAR


Es difícil, porque la indignación se amarra a las extremidades inferiores y trepa hasta la garganta: disponerse a ver una película con un "gallinero" de criaturas femeninas- una quincena al menos- depositadas en sus localidades por sus madres- probablemente felices de estar "consigomismas" durante tres horas- que hablen, dialoguen, griten y se quejen, sin control, es, incluso heróico. No es que fuera la maravilla de las maravillas, pero uno paga un precio por sentarse a disfrutar del cine no para pasarse dos o tres horas en una guardería... En fin, como quiera que pensé en hacer un homenaje al capitán Jack Sparrow- porque la película me gustó a pesar de tanto infortunio- ni La canción del Pirata, ni Una de Piratas, ni La del Pirata Cojo. Sigue lo que sigue, que tampoco está nada mal...




VIVIR O NAUFRAGAR



Por ÁNGEL CRESPO ( España, En medio del camino 1971 )



Déjame que me acerque a ti

a mojarme en tu piel,

en el olorde tu voz, pues ya quiero

vivir o naufragar de muerte tuya.

Déjame

decir para que no

me entiendas las palabras,

igual que el mar no sabe

de vientos.

Déjame

dejarme junto a ti:

que yo me ahogue en la luz de tus hombros,

haga pies

por donde tu cintura.

Déjame

beberme el mar,

amar el mar,

al abra de tus ojos.

Déjame

dejarme estar, bien hondo,

allá donde solemos,

donde no

se oye la brisa siempre.

Es cuando veo

caer un arco iris, levantarse

un pozo de tus manos.

O, como suele ser,

cierras el mundo

y sólo hay mar.

Un río

somos los dos, andamos

para que yo me hunda

en tus innumerables

olas,

pasamos juntos

por el solo paisaje

que se nos vive.

Déjame

cortar todos los árboles.

martes, junio 19, 2007

MARATÓN DE LOS CUENTOS 2007: día dos


Las nubes vistas juntas o por separado, contempladas como un ir y venir esporádico de gasas por el cielo, compactas y preñadas a punto de verterse darán lugar a todo tipo de comentarios y de silencios. Son parte de ese diálogo que comienza hablando del clima, late en el verso del poeta y remite a tiempos infantiles cuando las formas aéreas suponen de pronto animales de fábula. Pero la lluvia iniciada como un lento rezumar durante las primeras horas del sábado, hizo de su presencia un juramento y el estado de sitio fue declarado: ¿había que impedir el Maratón?... Tal vez no, igual es que aprovechando para hacer de la primavera, primavera, y recargando nuestros aljibes de imprescindible agua, se lograba también dotar de una épica posible al acontecimiento oral, fiesta de la palabra, que se nutre del infortunio, en ocasiones, para ser más y más querido. Quiero decir que Madre Natura cuyos designios también son inescrutables, ha tensado la cuerda del tiempo atmosférico, como en otras ocasiones y así subrayar que el Maratón seguirá siendo el Maratón mientras los habitantes de Guadalajara y los que vienen de tantísimos sitios quieran. Hubo que refugiarse, eso sí, en el zaguán del patio, menos mal que esa parte- sólo lo estaba la zona de arcos y soportales- no estaba en obras. Y en ese espacio destinado a la familiaridad de las madrugadas, cuando los cuerpos tienden a doblarse en busca de la horizontalidad del sueño, se repartieron oradores de todas las edades y sus émulos sentados o en pie… Quizás quien escucha un cuento es un relator que calla hoy y dará voz a la fantasía mañana… Pero no he de entrar en detalles de lo que supongo fue una jornada más difícil que otras aunque completa. No porque fui animal nocturno, me reservé para esos momentos de la noche que lindan con la hora del cuento breve, del cuento mínimo. Y quise hacerlo, en esta ocasión, no como participante, sino como público que aguarda el asombro. También es verdad que no había añadido a mi repertorio nuevos relatos y me pareció poco saludable salir a repetir los que en otras ocasiones conté. De nuevo sin interrupción, pero esta vez como una especie de goteo en lo que era una columna mucho menos nutrida que en ocasiones anteriores, regresó, la ternura, el retruécano, el pícaro arrebato, la adivinaza, la fantasía, el amor… Pellizquitos esenciales de gran novela que fueron administrados por sabios y ocurrentes, seductoras y agraciados, expansivos y tímidas, maestros algunos, y maestras. Luego, una hora después, más o menos, subí por ocasión última al escenario: ME RÍO EN EL RÍO ME RÍO Y SONRÍO un cuento para peques y no tan peques que escribí hace tiempo pedía paso. Lo conté y esta vez si me aplaudieron porque la hora del chocolate con churros había pasado ya… A las ocho y media de la mañana del domingo, llovía. Y marche a casa feliz y dispuesto a escribir todo lo redactado hasta ahora y que forma parte de este texto. Pero tenía un inaplazable viaje que hacer al levante, a mi casa, y dormí un poquito. Sé, aunque no estuve, que a eso de las quince horas del día diecisiete de junio, como en cada edición, la Banda de Música Provincial de Guadalajara cerraría otro Maratón dando lugar al “Marratón” siguiente: ¿nos vemos allí en junio de dos mil ocho, con más cuentos que calleja?

lunes, junio 18, 2007

ALVITE, UN ALMA DEL NUEVE LARGO


Estaba previsto que apareciera hoy la crónica segunda de lo que fue el Maratón de los Cuentos de Guadalajara, maratón número dieciséis, pero merece la pena esperar un día y, antes, disfrutar con la prosa de Carlos Herrera, en este caso, cronista de la obra de José Luis Alvite. Lo traigo aquí tomado de entre las excelencias del foro EMBOSCADOS gracias a la generosidad de la muy querida compañera Anacrusa.


Mil gracias




Alvite, un alma del nueve largo



Por Carlos Herrera


XLsemanal.com Número: 1003


Del 14 al 20 de enero de 2007



A José Luis Alvite no le pasa lo que a algunos de los personajes que pone en danza en el mítico Savoy de sus crónicas, que hasta la saliva de su boca la tienen postiza (el Savoy es un club en el que siempre se consideró una buena racha que entrasen dos personas y no saliesen más de tres). Alvite es una verdad extraña, un misterio andante pero cierto, una cabeza en permanente estado de tiovivo, un florilegio de metáforas en estado de alerta continua. Alvite es el mejor contador de historias imposibles, el mejor retratista de ambientes de humo y humedad, el mejor pintor de decadencias bajo el umbral de la realidad. No sé, Alvite es la hostia, si me permiten la licencia. Acaba de publicar un libro trascendental, titulado Almas del nueve largo (Ed. Ézaro), en el que desfilan en consabido y bellísimo desorden todos los habitantes del club más decente de todos en los que se alberga por igual el crimen y la danza. Ya está contado hasta la saciedad: lo descubrí tarde, cuando escribía la contra de Diario 16, allá por los noventa, y convertía una hoja de papel en la columna más monumental de la prensa española. Lo convencí para que lo verbalizara en la radio y en ésas estamos: graba cuando quiere y se pasa por la emisora cuando se acuerda –Alvite es así y no hay que gastar energías inútiles en pretender cambiarlo–, pero cuando lo hace deja un rastro de brillantez y un reguero de talento absolutamente desconcertantes. Siempre ha dicho que él mantiene a dos ex mujeres y a un barman –quizá de esos que te aconsejan que te tomes una copa para afrontar la situación y otra para olvidarla– y en esa afirmación va encerrado el retrato más fiel del personaje, un tipo capaz de escribir que el del matrimonio es uno de esos sueños de los que conviene despertar antes de que se te cumplan y que el amor consiste en dar con una boca en la que bostezar a gusto.El propietario del Savoy es Ernie Loquasto, un viejo gánster amigo de Pavesse o Fiore, tipos tan desconfiados que incluso cacheaban a su madre antes de abrazarla. De cualquiera de los tres podría decirse, sin lugar a dudas, como asegura Alvite, que no han cruzado los brazos en los últimos veinte años, siempre alertas ante cualquier tiroteo. Lorraine Webster es la gran antigua artista del club, el gran amor de Al, una de esas mujeres que parecen haberse aseado el rostro con el agua de enjuagar el pubis, una mujer que, como Kate Sinclair, es de esas que después de una noche de lujuria se ponen las gafas de leer para buscar las bragas. Sublime descripción de Alvite. Por el relato pululan delincuentes de poca monta que, como el boxeador Sony Sullivan, se trasladaban reuniendo en un atraco apenas el dinero suficiente para trasladarse en autobús hasta el siguiente atraco; mafiosos de poca monta que parecen vestidos a bocajarro y que si cenasen langosta vomitarían repollo; coristas de películas de dudosa clasificación en la que la única prueba artística que les hicieron fue probarles una barra de labios y un bidé; cronistas del Clarion, como Chester Newman, natural de un pueblo en el que hasta el viento respetaba los semáforos, que escribió un día que lo malo de acariciar a una mujer es que corres el riesgo de que te mejore el carácter y se te joda la letra; hijos del infortunio, como Eddy Novaro, aquel que vivió durante años con arreglo a una frase que lo mantuvo todo el rato en vilo: «La vida de un tipo como yo consiste en huir a tiempo de los cuatro fulanos que te persiguen cuidando de no llegar al sitio donde te espera el resto»…En fin, hay cientos de razones para leer este libro de perlas seleccionadas de Alvite. Tantas como metáforas. Tantas como retratos de perdedores. Tantas como apreciaciones de este jaez: «María Teresa Fernández de la Vega tiene una vacilante feminidad de mujer en cuya deshidratación van apareciendo, como marroquinería, los rasgos de Clint Eastwood». Inconmensurable.

sábado, junio 16, 2007

MARATÓN DE LOS CUENTOS 2007: día uno




Nombrado como día uno, el viernes quince de junio y la parte de horas que conciernan al sábado pasaron ya. Como uno nunca sabe cuando será reclamado para subir al escenario del Maratón, busco, antes de acudir al Palacio del Infantado, cuentos que estrenar añadiéndolos a mi repertorio. Para eso hace falta dedicarle un rato a la lectura, saber entre que autores realizar la selección y ensayarlo mínimamente de tal modo que sean las palabras de uno las que se impongan a las del autor. Tengo suerte y elijo un relato de Joan Perucho de título LOS HOMBRES INVISIBLES y otro, más corto, del autor austriaco A. Koestler que se llama EL VERDUGO WANG LUN. Así y todo- suele ocurrir cuando no estoy disponible para asistir a las inauguraciones- no comparezco en los jardines de palacio hasta las dos horas treinta minutos del sábado. Cuentan en ese momento tres personas de Alcalá de Henares y advierto la primera novedad: junto a ellos, situada en la parte derecha del escenario, según mira el espectador, una muchacha traduce al lenguaje de los sordos todo lo que se dice. Me alegro mucho... Se ha aprovechado una especie de “encajonamiento” que hay en la parte del fondo y que linda con la fachada trasera- de las dan al jardín es la que no tiene arcos- para situar el “auditorio principal” y se conserva el zaguán del patio, zona que no está en obras, para la parte menos concurrida de la noche- ayer fue allí la inauguración- y por si lloviera... Mucha gente a esa hora, prácticamente completo el aforo y con una misma manía, dadas las circunstancias, sangrante: existe un nulo respeto para los oradores en el momento en el que se traspasa siquiera por unos milímetros el perímetro dentro del cual se disponen los asientos; la gente habla sin recato y, lo peor, es que los participantes, recibidos a pie de escenario por familiares o amigos, se comportan igualmente como voceadores de mercado. Es, desde mi punto de vista el cáncer del Maratón. El resto de la noche, con cambio de escenario incluido gracias a un ingenioso cuento de Pep Bruno, resulta menguante en público y bastante más equilibrado que otras ocasiones por parte de los relatores. Destaco la presencia e intervención de algunos veteranos- por su compromiso con sucesivas ediciones del Maratón- procedentes de diversos lugares de España y a los miembros de la mesa de control entre los que estuvo la ex directora de la Biblioteca Provincial de Guadalajara y última Consejera de Cultura de Castilla La mancha, Blanca Calvo. Ella, sin privilegios, con su eterna cordialidad y simpatía, quedó en pie, cuando marchaba este cronista, entre los “sobrevivientes” en espera de un seguro descanso mientras la jornada del sábado continúa. Obtuve mi Pin del Maratón al contar los cuentos antes dichos a eso de las seis de la mañana y aún subí al escenario otras dos veces: la última casi no me aplaudieron porque todos estaban con el chocolate en una mano y la porra o el churro en la otra. Noche fresca en cuanto al clima pero entrañable y divertida como tantas- por suerte- en la que cabe nombrar con sobresaliente a dos muchachas de Zaragoza que se presentaron como para un duelo entre gallinas dejando entre cacareo y cacareo mucho talento, ingenio y sonrisas para todos. Hoy, durante todo el día más. Para quien esto escribe la alegría de estar aquí, la nostalgia de no contar con la compañía de una musa levantina que fue tan generosa a la hora de saberme partir como siempre que pone en valor el cariño que me tiene, y la expectativa de una hora de los minicuentos, ya de noche cuando sea domingo, que promete. Será hasta entonces.

jueves, junio 14, 2007

LA JUSTICIA Y LA VERDAD


Bueno, van a ser tres días de vacaciones. Tres de silencio en esta plaza. Alasalamar viaja al "Marratón" de los Cuentos de Guadalajara y de allí traerá noticias. Mientras un fragmento clásico, un párrafo de Quevedo en el que se habla de valores universales, de esos que están siempre en controversia: para reflexionar...



LA JUSTICIA Y LA VERDAD


Por Francisco de Quevedo y Villegas


Vinieron la Verdad y la Justicia a la tierra, a buscar con quien estar: la una no halló comodidad por desnuda, ni la otra por rigurosa. Anduvieron mucho tiempo así, hasta que la Verdad, de puro necesitada, asentó con un mudo. La justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos; y, viendo que no hacían caso de ella y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse, huyendo, al cielo. Salióse de las grandes ciudades y cortes, y fuese a las aldeas de villanos, donde por algunos días, escondida en su pobreza, fue hospedada de la Simplicidad, hasta que envió con ella requisitorias la Malicia. Huyó entonces de todo punto, y fue de casa en casa pidiendo que la recogiesen. Preguntaban todos quién era, y ella, que no sabe mentir, decía que la Justicia. Respondíanle todos: "Justicia, y no por mi casa; vaya por otra", y así, no entraba en ninguna; subióse al cielo, y apenas dejó acá pisadas. Los hombres que esto vieron, bautizaron con su nombre algunas varas que, fuera de las cruces, arden muy bien allá y acá sólo tienen nombre de Justicia ellas y los que las traen..."

miércoles, junio 13, 2007

PLEGARIA


Un día menos para el Maratón. El viernes quince en Guadalajara, España... El Marratón de los cuentos.



Plegaria



Por Ana Gabril Castillo



En este instante perenne,

Inmutable,

en que me ves,

en que te veo,

en que te pienso,

en que me piensas.


Sé mi luz desbordante

en mi penumbra.


Sé la voz de mis manos,

la contorción de mis piernas,

el equilibrio de mi cabeza

y el palpitar de mis ojos.


Sé quien proyecta mi sombra

en el camino llamado esperanza

donde cruzo con tristeza

donde doy vuelta en vida

y me topo con amor.


Sé infinitamente tú,

el que me domina toda,

Toda, Toda.

martes, junio 12, 2007

BRUNILDA


BRUNILDA


Por Nuria Amat


Brunilda es la hija preferida de su padre. Ello la ha favorecido para resultar aún más bella, fuerte, luchadora y apasionada que sus hermanas. Muchos quisieran para sí el único inconveniente de que padece la envidiable Brunilda. Su padre la quiere demasiado y esta admiración paterna la perjudica. Quiere zafarse del peso del amor paterno entregando vida y alma a grandes cosas. Tarea vana. ¿Cómo encontrará Brunilda el amor de un hombre que supere el amor extraordinario que le manifiesta su padre?Esta devoción es su castigo. Brunilda ama y ama inútilmente. El amor exagerado del padre la hace inaccesible a otros hombres y, por lo tanto, única e inútilmente deseada. Propicia amores incestuosos o injustos. Propicia el amor de aquellos impedidos para amar y así poder amar ella finalmente. Es una forma de protestar contra el padre responsable de mantener con su rebelde hija la pena de un amor injusto. El amor del padre sume a Brunilda en un largo sueño del que sólo despertará cuando un héroe más libre que él, que es como un dios, logre cruzar la línea de fuego dormido que la arropa. Así, anestesiada por sobredosis de afecto, intenta mientras tanto divertirse como puede. Ama a hombres sin futuro. Se enamora de exóticas rarezas que regresan a su vulgaridad cuando Brunilda los aleja. Ellos abandonan a Brunilda por una mujer más apropiada. Los amantes se sienten víctimas de un experimento, de una insana forma de llevar la contraria al padre: sólo le atraen jóvenes de raza negra o, por lo menos, mestiza. La valquiria Brunilda, rubia como el sol del invierno, ha optado por la raza opuesta. Sabe que con esa elección modifica y envejece al padre. Y nada puede hacer para evitar su afición por mulatos, molucos y surinameses. Los pasea, los enseña, los introduce en casa del padre donde les concede parte de su cama. Brunilda que no es fiel a un hombre lo es con mucho a una raza. Y eso basta. Brunilda es una viajera nata. Conoce los tres mundos. Su arma es una cámara fotográfica que le permite vivir y fotografiar África eterna. DIce siempre que se va para siempre y siempre vuelve. El cerco amoroso de su padre la tiene a pesar suyo acorralada. Ahora es Phil el amor que se ha traído de una isla del Caribe para contrariar a su padre. Ha puesto en este amor su pasión, sumada a la pasión desmedida que le manifiesta el malherido padre. En ocasiones se le ocurre poner en una balanza de un lado el amor y del otro su cámara fotográfica. La fotografía siempre pierde. Y sin embargo es una buena fotógrafa. Y una esplendorosa amante. El amor la entretiene demasiado para conseguir un trabajo artístico notable para lo que es sobradamente capaz. Pero no vive para el sentimiento. Su arma luchadora se lo impide. Retrata el amor que nunca acaba de poseer del todo para que otros lo disfruten eternamente. Si el padre desea su propio fin es porque espera con él la llegada del héroe libre que salvará a su hija. ?Nunca encuentras al hombre que te mereces?. Con su muerte tal vez Brunilda obtenga la paz y al acompañante que ella necesita. Gracias a esta devoción, el padre acepta morir. Postrado en el lecho de muerte tiene un sueño. Un joven rubio y fuerte llamado Sigfrido se enamora de Brunilda y la libera para siempre del duro castigo paterno. Se casa con ella.En un último arrebato de celos, el padre se levanta de la cama y escribe una carta a su adorada hija. Horas después muere sumido en una calma incierta.Brunilda cuando encuentra el sobre a ella dirigido cae en la nueva trampa de su padre. Lee su escritura ignorando que en esta conversación secreta Brunilda está firmando un insensato pacto con el más allá. A partir de ahora tendrá que permanecer fiel a los desaforados celos de un muerto.


(De El siglo de las mujeres, 2000).

lunes, junio 11, 2007

DÍAS Y FLORES


Bueno pues otro día menos. Otro que deja su sitio así va llegando el viernes: dia de Marratón de los Cuentos en Guadalajara España. Mientras una EXCELENCIA lírica creación de Silvio Rodríguez. Y si tienen la oportunidad disfrútenla en la voz del cantautor cubano...





Días y flores






Si me levanto temprano,

fresco y curado,

claro y feliz,

y te digo: «voy al bosque

para aliviarme de ti»,

sabe que dentro tengo un tesoro

que me llega a la raíz.

Si luego vuelvo cargado

con muchas flores(mucho color)

y te las pongo en la risa,

en la ternura, en la voz,

es que he mojado en flor mi camisa

para teñir su sudor.

Pero si un día me demoro, no te impacientes,

yo volveré más tarde.

Será que a la más profunda alegría

me habrá seguido la rabia ese día,

la rabia simple del hombre silvestre,

la rabia bomba, la rabia de muerte,

la rabia imperio asesino de niños,

la rabia se me ha podrido el cariño,

la rabia madre por dios tengo frío,

la rabia es mío, eso es mío, sólo mío,

la rabia bebo pero no me mojo,

la rabia miedo a perder el manojo,

la rabia hijo zapato de tierra,

la rabia dame o te hago la guerra,

la rabia todo tiene su momento,

la rabia el grito se lo lleva el viento,

la rabia el oro sobre la conciencia,

la rabia —coño— paciencia, paciencia.

La rabia es mi vocación.

Si hay días que vuelvo cansado,

sucio de tiempo,

sin para amor,

es que regreso del mundo,

no del bosque, no del sol.

En esos días,
compañera ponte alma nueva

para mi más bella flor.


(1975)

domingo, junio 10, 2007

LA BIBLIOTECA TOTAL


Es costumbre compartir piezas no demasiado extensas y disponerlas a la lectura de todos, pero, de vez en cuando, no está mal saltarse las reglas. Y más si lo que sigue es un texto de Borges. Uno como los que se podrán escuchar en Guadalajara, España, los días 15, 16 y 17 de junio durante la edición diecisiete del Maratón de los Cuentos. Sea...



La biblioteca total



Jorge Luis Borges



El capricho o imaginación o utopía de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos, que no es difícil confundir con virtudes. Maravilla, en primer lugar, el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea. Ciertos ejemplos que Aristóteles atribuye a Demócrito y a Leucipo la prefiguran con claridad, pero su tardío inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz. (Entre Demócrito de Abdera y Fechner de Leipzig fluyen -cargadamente- casi veinticuatro siglos de Europa.) Sus conexiones son ilustres y múltiples: está relacionada con el atomismo y con el análisis combinatorio, con la tipografía y con el azar. En la obra El certamen con la tortuga (Berlín, 1929), el doctor Theodore Wolff juzga que es una derivación, o parodia, de la máquina mental de Raimundo Lulio; yo agregaría que es un avatar tipográfico de esa doctrina del Eterno Regreso que prohijada por los estoicos o por Blanqui, por los pitagóricos o por Nietzsche, regresa eternamente.
El más antiguo de los textos que la vislumbran está en el primer libro de la Metafísica de Aristóteles. Hablo de aquel pasaje que expone la cosmogonía de Leucipo: la formación del mundo por la fortuita conjunción de los átomos. El escritor observa que lo átomos que esa conjetura requiere son homogéneos y que sus diferencias proceden de la posición, del orden o de la forma. Para ilustrar esas distinciones añade: "A difiere de N por la forma, AN de NA por el orden, Z de N por la posición". En el tratado De la generación y corrupción, quiere acordar la variedad de las cosas visibles con la simplicidad de los átomos y razona que una tragedia consta de iguales elementos que una comedia -es decir, de las veinticuatro letras del alfabeto.
Pasan trescientos años y Marco Tulio Cicerón compone un indeciso diálogo escéptico y lo titula irónicamente De la naturaleza de los dioses. En el segundo libro, uno de los interlocutores arguye: "No me admiro que haya alguien que se persuada de que ciertos cuerpos sólidos e individuales son arrastrados por la fuerza de la gravedad, resultando del concurso fortuito de estos cuerpos el mundo hermosísimo que vemos. El que juzga posible esto, también podrá creer que si arrojan a bulto innumerables caracteres de oro, con las veintiuna letras del alfabeto, pueden resultar estampados los Anales de Ennio. Ignoro si la casualidad podrá hacer que se lea un solo verso."1
La imagen tipográfica de Cicerón logra una larga vida. A mediados del siglo XVII, figura en un discurso académico de Pascal; Swift, a principios del siglo XVIII, la destaca en el preámbulo de su indignado Ensayo trivial sobre las facultades del alma, que es un museo de lugares comunes -como el futuro Dictionnaire des idées reçues, de Flaubert.
Siglo y medio más tarde, tres hombres justifican a Demócrito y refutan a Cicerón. En tan desaforado espacio de tiempo, el vocabulario y las metáforas de la polémica son distintos. Huxley (que es uno de esos hombres) no dice que los "caracteres de oro" acabarán por componer un verso latino, si los arrojan un número suficiente de veces; dice que media docena de monos, provistos de máquinas de escribir, producirán en unas cuantas eternidades todos los libros que contiene el British Museum2. Lewis Carroll (que es otro de los refutadores) observa en la segunda parte de la extraordinaria novela onírica Sylvie and Bruno -año 1893- que siendo limitado el número de palabras que comprende un idioma, lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de sus libros. "Muy pronto -dice- los literatos no se preguntarán, '¿qué libro escribiré?', sino '¿cuál libro?'
"Lasswitz, animado por Fechner, imagina la Biblioteca Total. Publica su invención en el tomo de relatos fantásticos Traumkristalle.
La idea básica de Lasswitz es la de Carroll, pero los elementos de su juego son los universales símbolos ortográficos, no las palabras de un idioma. El número de tales elementos -letras, espacios, llaves, puntos suspensivos, guarismos- es reducido y puede reducirse algo más. El alfabeto puede renunciar a la cu (que es del todo superflua), a la equis (que es una abreviatura) y a todas las letras mayúsculas. Pueden eliminarse los algoritmos del sistema decimal de numeración o reducirse a dos, como en la notación binaria de Leibniz. Puede limitarse la puntuación a la coma y al punto. Puede no haber acentos, como en latín. A fuerza de simplificaciones análogas, llega Kurd Lasswitz a veinticinco símbolos suficientes (veintidós letras, el espacio, el punto, la coma) cuyas variaciones con repetición abarcan todo lo que es dable expresar en todas las lenguas. El conjunto de tales variaciones integraría una Biblioteca Total, de tamaño astronómico. Lasswitz insta a los hombres a producir mecánicamente esa Biblioteca inhumana, que organizaría el azar y que eliminaría a la inteligencia. (El certamen con la tortuga de Theodore Wolff expone la ejecución y las dimensiones de esa obra imposible.)
Todo estará en sus ciegos volúmenes. Todo: la historia minuciosa del porvenir, Los egipcios de Esquilo, el número preciso de veces que las aguas de Ganges han reflejado el vuelo de un halcón, el secreto y verdadero nombre de Roma, la enciclopedia que hubiera edificado Novalis, mis sueños y entresueños en el alba del catorce de agosto de 1934, la demostración del teorema de Pierre Fermat, los no escritos capítulos de Edwin Drood, esos mismos capítulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas, las paradojas que ideó Berkeley acerca del Tiempo y que no publicó, los libros de hierro de Urizen, las prematuras epifanías de Stephen Dedalus que antes de un ciclo de mil años nada querrán decir, el evangelio gnóstico de Basílides, el cantar que cantaron las sirenas, el catálogo fiel de la Biblioteca, la demostración de la falacia de ese catálogo. Todo, pero por una línea razonable o una justa noticia habrá millones de insensatas cacofonías, de fárragos verbales y de incoherencias. Todo, pero las generaciones de los hombres pueden pasar sin que los anaqueles vertiginosos -los anaqueles que obliteran el día y en los que habita el caos- les hayan otorgado una página tolerable.
Uno de los hábitos de la mente es la invención de imaginaciones horribles.
Ha inventado el Infierno, ha inventado la predestinación al Infierno, ha imaginado las ideas platónicas, la quimera, la esfinge, los anormales números transfinitos (donde la parte no es menos copiosa que el todo), las máscaras, los espejos, las óperas, la teratológica Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espectro insoluble, articulados en un solo organismo... Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno: la vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira.



1- No teniendo a la vista el original, copio la versión española de Menéndez y Pelayo (Obras completas de Marco Tulio Cicerón, tomo tercero, p.88). Deussen y Mauthner hablan de una bolsa de letras y no dicen que éstas son de oro; no es imposible que el "ilustre bibliófago" haya donado el oro y haya retirado la bolsa.2- Bastaría, en rigor, con un solo mono inmortal.



sábado, junio 09, 2007

LA CITA DE SU VIDA


Llega el Maratón de los cuentos de Guadalajara. El número 16. Para más información:

http://www.maratondeloscuentos.org/maraton/16maraton/presentacion.html



La cita de su vida

El lunes sueña con la cita. El martes se entusiasma pensando que se acerca. El miércoles comienza el nerviosismo. El jueves es todo preparativos, revisa su vestuario, va a la peluquería. El viernes lo soporta como puede, sin salir de su casa. El sábado, por fin se echa a la calle con el corazón rebosante. Durante toda la mañana del domingo llora sin consuelo. Cuando nota que vuelve a soñar, ya es lunes y hay trabajo.


Andres Neuman



viernes, junio 08, 2007

GREGUERÍAS DE ANIMALES Y OTRAS ANIMALADAS


Malos tiempos para la lírica, se dice siempre; malos tiempos para la lectura, cosa confirmada al visitar una residencia de ancianos y comprobar las dimensiones del mueble librería que hay en una de las salas de estar. Y, malos tiempos para los "BLOGS": según estudios que circulan por doquier muchos se abren y se desatienden, muchos, muchísimos más que los que se actualizan... ALASALAMAR a veces no está en Oriente, pero, pidiendo disculpas por dos días en blanco, se compromete con la poesía como cada uno de dos. Feliz fin de semana.




Greguerías de animales y otras animaladas



Por Javier Aguirre



1
las hormigas escriben en minúsculas, mejor dicho
las hormigas escriben en minúsculas


2
un león es un devorador de libros

3

(cigne d'interrogation)
el cisne interroga con su cuello a la noche

4
el esperpento lo ha inventado el calamar

5

(¿metáfora audaz?)
Los cerdos son rosas



Dos poemitas después de leer a Gloria Fuertes:


CORDERITO



"Little lamb, who made thee?"William Blake



Corderito, ven aquí.

La nieve viene hasta mí.
iBeeee!
Qué blanca es tu lana blanca,

bala como bala el alba.
iBeeee!
Corderito, dime si

tu corazon dice sí.
iBeeee!
Con tus patas delicadas

qué puede ser que no traigas.
iBeeee!


EL GATO


El gato mueve su cola

como una ola.
Es suave como una manta

eléctrica de angora.


(Gato caliente, escalofrío-

es mío, no es mío.)


El gato va ligando

de sus bigotes a su cola

el bien y el mal,

el sol, la sombra.


(Tan sólo el gato sabe

donde se van las horas)


El gato tiene dos

ojos como farolas

y su sombra es misteriosa.


El gato se apresura silenciosa-

mente, dobla la esquina

y ya es ausente.

miércoles, junio 06, 2007

LA CARTA


LA CARTA


Por Juan Carlos Muñoz


Me llega correspondencia procedente de Miami, sin remitente. El temor me paraliza, hasta que mi instinto de supervivencia me exige tomar las precauciones del caso.


Los medios masivos de comunicación me habían estado alertando insistentemente sobre la posibilidad de que el sobre pudiera contener "esporas de ántrax".


La psicosis sobre un posible ataque bacteriológico alcanzó escala mundial, por lo que supuse que no estaba lejos de convertirme en una víctima del bioterrorismo globalizado; y de tener que admitir que una vez más los EE.UU. me hacían participe de un conflicto bélico sin mi consentimiento.


El tiempo ha transcurrido, y la carta aún permanece dentro de una bolsa de nylon, en el último estante de mi biblioteca. El motivo por el que no denuncié el hecho a las autoridades policiales, obedece a que siempre podré conjeturar con el posible contenido del sobre, ya amarillento por el paso del tiempo.


Con nadie comparto el secreto que mantiene altiva mi esperanza de que se trate de la mejor noticia que jamás recibiré en mi vida... en vez de una sobredosis de veneno, como debo suponer.

lunes, junio 04, 2007

ELOGIO DE LA DANZA


Habitar este cuaderno cuando de darse a la prosa se trata es como pisar el acelerador de un vehículo gracias al cual la palabra templa su paso desde el punto de partida hasta el horizonte que se buscaba, crecientemente. Sin embargo vibrar con un poema es desentenderse del tiempo, parar y… ¿O no?





Elogio de la Danza




Nancy Morejón



El viento sopla

Como un niño Y los aires jadean

En la selva, en el mar.

Entras y sales

Con el viento,

Soplas la llama fría:

Velos de luna soplas tú

Y las flores y el musgo

Van latiendo en el viento.

Y el cuerpo Al filo del agua

Al filo del viento

En el eterno signo de la danza.



http://www.arquitrave.com/poetas/Nancy_Morejon/Nancy_Morejon_web.htm

domingo, junio 03, 2007

MARKETING ODORÍFERO


Me lo han explicado como paso a narrar… Es el portal de entrada a una escalera de vecinos. Ella y él coinciden esperando el ascensor y, tras el saludo protocolario que corresponde, dialogan. “Pareciera que alguien haya roto un frasco de perfume aquí”. “No, no es eso. Se trata de una nueva modalidad publicitaria. En este caso, el repartidor de propaganda, en vez de dejar sus afiches, pulverizó un aroma dejando al mismo tiempo una serie de pegatinas, como esta, en la que se da razón del producto y dónde puede adquirirse”… Y puede que estemos entrando en una nueva era de la propaganda. Triunfa la audiovisual, pero, domicilio a domicilio, los profesionales y empresas siguen considerando eficaz el reclamo en papel impreso. Sin embargo, para perfumes, detergentes, insecticidas, ambientadores, hornos artesanos de pan y pastelería o restauración, existe un campo de estímulo y operatividad bien amplio. Imaginen, por ejemplo, que, en idénticas condiciones a las descritas en el caso de los protagonistas que ilustran la proposición que están leyendo, llegan a su domicilio y, bien mientras revisan el correo o aguardando para subir a la planta donde viven, notan el penetrante olor de unas judías con chorizo de esas que, a los que les gustan, les entusiasma hasta la salivación. Y comprenden que no se trata de un efluvio propio de la casa, donde seguramente habrá excelentes cocineros y cocineras, sino de ese lugar común de acceso. Y advierten unas pegatinas a todo color, impregnadas de ese vaho alimenticio en las que se puede leer: CASA DE COMIDAS ANTÚNEZ. Especialidad en comidas caseras. Ollas, potes… Pruebe nuestras riquísimas Judías con Chorizo. CASA DE COMIDAS ANTÚNEZ, plaza del Buen Gusto sin número, Metrópolis… Y esto podría dar lugar a una nueva era, no sólo en el trato comercial, casi mejor que de boca a boca de nariz a nariz, porque los científicos se aplicarían a recuperar funciones nasales relacionadas con el olfato que mejorarían el uso que de ese sentido hacemos actualmente. Vamos, un cambio de esos que merecen el calificativo de notorio y que mueven a reconocer el ingenio humano como una de esas cosas de las que gozamos por suerte y concede cierto alivio a la existencia. Me imagino que la proliferación y mezcla de olores, si este envite de mercado sigue adelante constituirá un problema ciertamente desagradable y ocurrirá también que los particulares reforzarán sus medidas de seguridad para que, todo envío publicitario quede, como ya sucede con los ofertados en papel, en el exterior de los edificios. Pero, la vida sigue, consumir es uno de los latidos de la misma, nos guste o no, y atraer nuevos participantes a la feria diaria del "hiper" del barrio va a ser algo que se persiga, como hasta ahora o más, por unos medios u otros. Así pues, ojo, y narices en posición de huelan.

sábado, junio 02, 2007

ASOMBRO DE LA ESTRELLA ANTE EL DESTELLO


Es costumbre alternar poesía y prosa en este lugar. Los que acuden habitualmente lo saben. Los que leen por primera vez, si perseveran, lo van a conocer. Y, por eso, buscando un pieza que haga honor a todo lo bueno que quien esto redacta desea reunir compartiendolo con todos, encontrar el soneto de Alberti que se leerá a continuación, satisface como corresponde a la víspera de domingo que es. A disfrutarlo...



ASOMBRO DE LA ESTRELLA ANTE EL DESTELLO




Por Rafael Alberti



Asombro de la estrella ante el destello

de su cardada lumbre en alborozo.

Sueña el melocotón en que su bozo

Al aire pueda amanecer cabello.


Atónito el limón y agriado el cuello,

Sufre en la greña del membrillo mozo,

Y no hay para la rosa mayor gozo

Que ver sus piernas de espinado vello.


Ensombrecida entre las lajas, triste

De sufrirlas tan duras y tan solas,

Lisas para el desnudo de sus manos,


Ante el crinado mar que las embiste,

Mira la adolescente por las olas

Poblársele las ingles de vilanos.

viernes, junio 01, 2007

WAGNER ESCUCHA BLUES


WAGNER ESCUCHA BLUES



Angélica Aguilera



Wagner escucha blues y hay música en su pelo suave y en esa forma de andar que es un canto permanente a la pereza. La melodía de su cuerpo lo acompaña de la recámara a la sala, del baño a la estancia; suena sin prisa su pisada de ochenta kilos, va "a tempo" con el disco que más le gusta oír. En sus ojos francos nace el milenario aspecto de su rostro que adorna cada bostezo descarado y todos los refunfuños de su día sin reloj.



Wagner, mítico mastín que escucha blues. La leyenda nace cada noche de sus belfos en reposo, se afirma en la cabeza enorme descansada sobre la alfombra y en la magnanimidad de su gigante estatura de San Bernardo, sabio que tiene el don de la serenidad.



Wagner escucha blues, y odia la lluvia, lo sé. A cada trueno la sorpresa agita los corazones: el suyo forjado con sangre de lobo noble, el mío que se desbarata en el espectáculo del rayo. Nos miramos y de su cola nívea que abanica el suelo surgen los signos que interpreto: paciencia de pastor que vigila su rebaño, sombra magnífica acariciando los libros del estante. Pongo una mano en su cabeza de monarca y cómplice de mis horas, me regala la comprensión de su mirada antes del sueño. Agradezco su recato, me alegra la confirmada estirpe de mi cancerbero.