
TELEGRAMAS DE VERANO 5
Desde el salón de casa. Tres
Anteayer la luna, incompleta aún, refulgía. Las gracias de su azogue, donación universal, sin embargo, repartíanse en una zona que me pareció costera. Los altos edificios impidieron cualquier vista y, por lo tanto, la instantánea solicitada por mis ojos. Quizás unos amantes; el juego de los que sin reparo en trasnochar, pasean… O una sirena silente, criatura que diera fe, al emerger de entre la espuma marina, y certificara la fantasía estival.
Desde el salón de casa. Tres
Anteayer la luna, incompleta aún, refulgía. Las gracias de su azogue, donación universal, sin embargo, repartíanse en una zona que me pareció costera. Los altos edificios impidieron cualquier vista y, por lo tanto, la instantánea solicitada por mis ojos. Quizás unos amantes; el juego de los que sin reparo en trasnochar, pasean… O una sirena silente, criatura que diera fe, al emerger de entre la espuma marina, y certificara la fantasía estival.
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