sábado, mayo 15, 2010

EL ÚLTIMO AMOR


Acababa de besarla y llovía. Se sintió como Gen Kelly y danzó asombrado de sí mismo bajo el torrencial aguacero:

- Yo que venía preparándome para asumir el resto de mi vida sin romances, y, de pronto, un día cualquiera de una semana cualquiera de un mes cualquiera, una mujer me demuestra que, en verdad Cupido existe. ¡¡Oh San Valentín!!

Luego, por exaltación y ausencia de condiciones físicas, al pisar en una parte de la calzada donde el aceite de algún auto se resistía al imperio de las aguas, otro impredecible arrebato, esta vez con resultado de muerte por impacto en la nuca, puso fin a las inesperadas galas del amor.

Y es que, como se escucha durante los coros de la canción Pedro Navaja*…



*”… La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay Dios!”

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