lunes, enero 17, 2011

SANA SOCIEDAD Y LUSTROSA AUNQUE MUTILADA


El guionista Brad Bird, propuso en LOS INCREIBLES una comunidad que consideraba peligrosos a los “superhéores”. Tal estimación merecía el rechazo de dichos justicieros, oportunamente reinsertados en la maquinaria burocrática de las distintas administraciones. Pero, ¿pensó alguien en el bienestar de los malos? ¿Qué fue de ellos? ¿Acabaron sus días pelando la pava al calor de una hoguera bajo los ojos de un puente todavía sin riadas?... Entre conseguir una población eternamente joven y transformar el entorno viciado de campos y burgos en sanísima porcelana de hospital, cabe desatender a las personas que sean necesarias, cosa que se contabiliza como parte de lo inevitable. Así que, como, para nuestro bien, han de cesar los vuelos, saltos, piruetas, equilibrios y demás habilidades de fuerza con las que esos acreditados centinelas de la seguridad nos venían bendiciendo, porque no se tiene previsto la continuidad de "supervillanos" como EL DUENDE VERDE, MAGNETO, LEX LUTOR, EL JOKER, DARTH VADER, EL PINGÜINO, GALACTUS, DOCTOR MUERTE o EL HOMBRE DE ARENA por ejemplo, tenemos a más seres marginales y se incrementa la lista de los desfavorecidos… Es como con el tabaco. Los trabajadores y empresarios que, por el encarecimiento de precios o la limitación legal de su consumo, pierden o perderán su puesto de trabajo o razón de negocio, sufren la incertidumbre y la amenaza de verse destinados a ingresar en las filas de los desalojados con un futuro nada halagüeño. Otro tanto ocurre con los fabricantes de envases o fardeles de la compra. Se decide que, por sus condiciones de difícil "biodegradabilidad", contaminan, sobran las bolsas de plástico. Mas, ¿se contempla el perjuicio que supondrá para quienes están empleados en factorías que sirven ese tipo de productos? ¿Se ofrecen alternativas a las personas? Entre la legión de desempleados, uno de los principales frutos- excedentes sin expectativas de utilidad- generados por las sociedades modernas, la casta de los que se ven a pie de calle con una mano detrás y otra delante porque, a la hora de tomar decisiones, fueron reducidos a un número en las estadísticas y, sin planificación ni cuidado, quienes las tomaron obedeciendo a exigencias electorales contraídas, argumentan el mal menor que supone el daño que se les hace, tienen una cara de tontos más tonta que la de otros tontos… Ya se sabe que a los desempleados se nos queda cara de idiotas- lo digo por cuando me ha tocado- al salir de los engranajes de la economía sin otro padre ni madre económicos reconocidos que los de las prestaciones cada día a más corto plazo… Por lo tanto, quizás, si nos encontramos un día de estos, pongamos que a la sombra de los ojos del Acueducto de Segovia- porque todavía no se ha dicho nada de dónde terminaremos por ser almacenados- y compartimos sitio con mala gente como Sir Black, enemigo de nuestro glorioso capitán Trueno y villano sin antagonista también caído en la desgracia, pensemos en la tristeza de Crispín y Goliath funcionarios elegidos a dedo moldeando sus culos en un asiento gubernamental y en la curiosa manía humana de solucionar problemas atropellando a quien sea necesario. Nunca nos salvamos de nosotros mismos.

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