Con cierta simpatía, de JAIME LÓPEZ
EL VOLUMEN DE SU VOZ
Últimamente estaba preocupado por el volumen de su voz. Él no lo notaba, pero, aunque a algunos les hacía gracia, la mayoría decía que, incluso cuando susurraba, era excesivo, casi violento; así que decidió visitar a un foniatra. Tras un breve examen, éste le dijo que no le pasaba nada a voz, que su problema era más bien psicológico y que un especialista en la materia le ayudaría a dejar de utilizar el megáfono a través del cual se comunicaba.
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