martes, diciembre 04, 2007

SOBREVOLANDO MADRID


Buscando otra cosa, como casi siempre que "navego" la lírica me lleva al centro: ¿que no?




SOBREVOLANDO MADRID



Sobre mi frente




-Gloria a Dios- perfuma

el jardín de la noche un alto ramo

de neón y azahar. Baten su pluma

arcángeles y nubes. Desparramo

los ojos por las ascuas de Su Nombre.

Descendemos.

Madrid sangra la herida

de farolas y estrellas. ¡Paz al hombre

sobre el suelo, luciérnaga encendida!

Como un abeto en Navidad, se inflama

de oro el asfalto. Mil ojos de llama

hacen guiños de asombro y de ternura.

Pasmo final: temí bajar al llano

de la impiedad, a la Ciudad oscura,

¡y aterrizo en la palma de Su Mano!



Por Nicolás de la Carrera

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y qué mejor que viajar de noche a la que es mi casa, a la que muere cada dí por la sangre derramada de la noche.
Y qué mejor para un viajero nocturno que encontrarse entre estas letras el viaje del retorno -envidia de Ulises- concluído.

El viajero nocturno.

Anónimo dijo...

Y qué mejor que tejer recuerdos en el vagón del regreso -envidioso me mira Ulises_ para volver a la sangrante noche de Madrid...

El viajero nocturno