Buscando otra cosa, como casi siempre que "navego" la lírica me lleva al centro: ¿que no?
SOBREVOLANDO MADRID
Sobre mi frente
-Gloria a Dios- perfuma
el jardín de la noche un alto ramo
de neón y azahar. Baten su pluma
arcángeles y nubes. Desparramo
los ojos por las ascuas de Su Nombre.
Descendemos.
Madrid sangra la herida
de farolas y estrellas. ¡Paz al hombre
sobre el suelo, luciérnaga encendida!
Como un abeto en Navidad, se inflama
de oro el asfalto. Mil ojos de llama
hacen guiños de asombro y de ternura.
Pasmo final: temí bajar al llano
de la impiedad, a la Ciudad oscura,
¡y aterrizo en la palma de Su Mano!
Por Nicolás de la Carrera
2 comentarios:
Y qué mejor que viajar de noche a la que es mi casa, a la que muere cada dí por la sangre derramada de la noche.
Y qué mejor para un viajero nocturno que encontrarse entre estas letras el viaje del retorno -envidia de Ulises- concluído.
El viajero nocturno.
Y qué mejor que tejer recuerdos en el vagón del regreso -envidioso me mira Ulises_ para volver a la sangrante noche de Madrid...
El viajero nocturno
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