jueves, enero 15, 2009

LEYENDA URBANA 5


Desde que las cuevas quedaron para los osos como lugar de residencia habitamos todo tipo de espacios o construcciones humanas. Los llamamos casas y las casas, pudiera decirse que las casas se alimentan de hombres mujeres y niños. Y si no es así, lo parece, que es un ir y venir constante de fuera adentro de los edificios o de adentro afuera. Entrañas  que  abandonan gentes ilustres o modestas, gentiles o facinerosas, a las que acuden atravesando, una vez se abren esas fauces a las que llamamos puertas. Y, como no puede asegurarse que de esta suerte perezcan, se aventura, bien fundamentada, la siguiente explicación: cual ganado del que aún se avista por los campos, las personas somos objeto de pastoreo igual por parte de viviendas unifamiliares o escaleras de vecinos. Sentimos confianza al disponer de una propiedad cual quien recibe la dosis que corresponde a una sustancia dopante y, por temor, duelo o cualquier trastorno que de la falta de un techo que nos acoja se deriva, tendemos a regresar al amparo de nuestros domicilios. Así mismo, sea una casa de campo o una torre llamada rascacielos, la degradación triunfa por  perpetuo abandono. Al deshabitarse un edificio, las alimañas se apoderan de los cuartos, la basura prolifera y ya es puro vertedero, y el deterioro llama a extraños seres como nuevos inquilinos. Precisamente esos fenómenos de sonido que dicen son la voz del ladrillo, el hormigón, la madera y el metal, constituyen la grima emponzoñada de unos recintos donde los espectros, las ánimas perdidas y las bestias del averno tienen plaza.   

 

 

 

 

2 comentarios:

Noelia A dijo...

Creo que la "necesidad" de tener una vivienda propia responde al miedo interno de cada persona de quedarse en la calle, en bancarrota, es como que el hogar de uno es lo último que se pierde, sin él, aunque estés en una situación económica favorable, estás en la calle. Lamentablemente, o no sé si decir lamentablemente, se sabe que la "necesidad" responde a una exigencia subjetiva extraida del entorno.

Noelia A dijo...

Me parece, o no quedan los comentarios, se borran solos?