
Crepúsculo es todo el horizonte.
Principio feliz tras ese monte.
Allá la luz es hora solar.
Alegre valor que festejar.
Porque desde donde Helios bendiga,
a las gentes con la vida liga.
Adquiere el día, antes de acabar,
el gris de lo que quiera ocultar.
Entonces considero oportuno
Ir a ti cual no lo hizo ninguno.
Es la parte tierna de la tarde.
Me asusta el ocaso, la piel me arde
y la fiebre me doblega ahora.
Sé que propondrás en mí la aurora:
tu generosidad será aval,
gala en esta tarde colosal.
Así respiro antes del abrazo,
digo tu nombre cual fogonazo
de tragallamaradas y pido,
por amor, un dardo de Cupido:
Ella ya me probó, le gusté,
y yo todavía no lo sé.
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