viernes, agosto 18, 2006

CUANDO EL SOL SE DUERME


Un año atrás conocía la identidad de quien me iba a inspirar estos versos pero sin saber que así sería... Me despisto y deben recordarme las cosas cuando de fechas que compartimentan el paso del tiempo para lo malo y lo bueno de la vida se trata: soy un caso... Pero gracias, trescientas sesenta y cinco veces gracias: suma y sigue...
CUANDO EL SOL SE DUERME
Un relámpago es un latido,
un impulso de luz
que estalla.
Eso me parece ahora
que es tarde de tormenta
y reverberan los cielos
a punto de llorar
porque no saben
tu nombre.
Pero lo que quiero decirte,
lo supe en otra ocasión...
Pareciera que Vulcano
cabalgara sobre el horizonte
aquel día en el que Eolo se apiadaba
de vez en cuando,
de nosotros.
Era en lo que ya sé
tu isla maldita,
maldita por mi culpa,
no mucho antes de abandonarla.
Te besé
y la habitación del mundo,
caídas las cortinas
de la oportunidad,
se hizo todo resplandor
en tu rostro:
cómo un relámpago,
igual que la vida latente,
la sonrisa se hizo en ti.
Una edición nada distinta
a la de otras tantas veces
quizás.
Pero estalló para aliviarme
ardiendo mi piel
hasta imprimirse la quietud
en ese lugar de la carne mía
que solo túconoces...
Ahora ya se duerme el sol
y caen los besos que te deseo,
caen de mi boca,
al suspirar:
es que te recuerdo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a TI, por supuesto.