Horizonte
Por Antonio Machado
En una tarde clara y amplia como el hastío,
cuando su lanza blande el tórrido verano,
copiaban el fantasma de un grave sueño mío
mil sombras en teoría, enhiestas sobre el llano.
La gloria del ocaso era un purpúreo espejo,
era un cristal de llamas, que al infinito viejo
iba arrojando el grave soñar en la llanura...
Y yo sentí la espuela sonora de mi paso
repercutir lejana en el sangriento ocaso,
y más allá, la alegre canción de un alba pura.
1 comentario:
hola, que tal...
sucede que lo hermoso lo encuentro en las casualidades, y es esta una...navegando me encontre con un pequeño recreo en donde descansa la mente...en la naturaleza, en lo bello que puede ser un dia cualquiera sentarse frente al mar y bacilar la mente nada mas...jiji es q simplemete encontre una pintura en este blog que me identifico junto a su texto (mujer al mar_klein), gracias...anita
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