martes, febrero 19, 2008

LA CASA DE LOS ESPÍRITUS


Desde el jueves, infausto día que muchos celebraron al amparo de la advocación de San Valentín, cuento mis días por jornadas de insuficiencia fónica. Debe ser que, entre la notoria ausencia de fe manifestada por mí en ocasiones como esta, y el hosco proceder en materia de galanteo y correspondencia enamorada que me atribuirán quienes son partidarios de ese romanticismo a mis ojos de mucho celofán rosa y contenido nulo, sufro este trance de decrepitud y ruina física. Todo son jarabes, pastillas, remedios de los de siempre que te aconsejan familiares, amigos y conocidos y el imperio de un silencioso Cid conquistador que no ha tenido que combatir ganando la plaza de mi garganta. Así pues, administro mis sonidos, los imprescindibles, para hacerme entender y aprecio la vida callado: callado pero no ausente, como diría el poeta. Callado y bien callado en la casita de los espíritus, nombre por el que se conocerá desde ahora la vivienda cuyo techo me cobija. ¿Por qué?… El caso es que tanto mal pudo menos de lo necesario para evitar una nueva edición del CINE PALOMITAS DE LA CASA SOLARIUN DE LOS SÁBADOS NOCHE SOBRE EL SOFÁ REVESTIDO DE AZUL, acontecimiento lúdico doméstico del que disfruto sinceramente, incluso aún cuando las sesiones dichas hayan de acontecer más a menudo de lo deseable- las incertidumbres económicas que bien se conocen, por ejemplo, no perdonan- con una profesora de inglés, lengua en conejito convertida y hoy dentro de las chisteras electorales de “Cejazeta” y “MariaNo”, que dice quererme también en castellano y valenciano … Porque con ella, la mujer magnífica que lo es hasta cuando me lía para salir a caminar y yo no quiero, muy atenta al progreso de mis lamentables cuitas y, por lo tanto, resignada a contagiarse de mis flaquezas- lo cual, dado mi aspecto es un contrasentido- iba a ver en televisión una película protagonizada por quien fuera ídolo de ella en épocas pasadas: hoy triunfa GEORGE CLOONEY, pero antes reinó Irons, Jeremy Irons. El caso es que cuando, el gran actor súbdito de Su Graciosa Majestad aparece como varón maduro conforme al relato cinematográfico de marras, muchos años después de haber visto por primera vez esta versión filmada de la novela de Isabel Allende LA CASA DE LOS ESPÍRITUS, sucedió la pesadilla. Ante nuestros enfebrecidos ojos, sí, pero aún ojos de servicio, Irons, con bigote, deja de ser Irons. Tanto es así que ni siquiera es Irons el personaje al que se supone debe encarnar. No, no lo es, ni se le parece ni se le espera bajo ese aspecto. “El Jéremy de mi niña”, de pronto, por arte de “Tamarizes y Houdinis”, preso de un nuevo orden genético, sin presentación ni anuncio previo, deviene en “Josemari”: el mismísimo ex presidente AZNAR todo con bigote y flequillo. Pero clavadito, clavadito. El ángulo de contemplación elegido para cotejar lo que bien pudiera calificarse como aparición eptoplasmática, daba igual ya que, mirara desde donde se mirara, era Aznar y sólo Aznar. Aznar empeñado en un “váyase señor Banderas- Antonio de Málaga y Mélani- seductor de Winona Rider en la ficción de la que ofrezco referencias, que no se ríe, pero es Aznar. Así pues, visto Aznar, reconocido como verdadero habitante de la Casa a pesar de haber prescindido de su sonrisa de conejo, cedemos a cierta histeria- ¡qué otra cosa íbamos a hacer!- manifestando nuestro estupor inmediatamente. Luego, ya sin lugar a deshacer lo recién emprendido, admitimos lo que hay: nos tomarán por locos cuando lo contemos, pasaremos por locos, claro, pero que sea “ferpectamente” chiflados, confesos y bien juntitos observando la transmutación de los “Jéremys en Aznares” sobre la pantalla de nuestra tele. Irreductibles, vamos, inasequibles al desaliento. Y no sé qué es lo que nos deparará el futuro aunque yo ya contaba con la costumbre de establecer parecidos razonables al observar las idas y venidas de desconocidos por las calles. Pero fuere nuestro COMBO, que es el nombre del aparato de reproducción y grabación para cintas de vídeo y discos CD que obtuvimos gracias a los Reyes Magos, tecnología averiada y tal vez convaleciente del ataque que suele desencadenar un virus, o fuera porque nos las den todas en la misma mejilla en el caso de salir a denunciar la ignorancia de los adolescentes españoles, vergüenza constatada esta vez durante un programa de investigación ofrecido por ANTENA 3 mientras redacto todo esto, cosa que sucedería con el añadido de ser acusados de alborotadores y catastrofistas, los dioses han de estar seguros: que ella me quiere mucho, me cuida, me hace regalos y merece mi admiración, gratitud y alegría de vivir en esta casa de los espíritus nuestra, hoy también templo del amor, corazón del que procuramos latido entrambos, domingos, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábados. He dicho

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando leo algo escrito por ti- y aún mas cuando yo ando por medio- es cuando conozco- al menos una- las razones por las que te quiero.-