miércoles, abril 16, 2008

TEORÍA DEL CAOS SIN REFUTACIÓN


Atendiendo a la voz experta del Profesor Catedrático de Derecho del Trabajo, Jesús Cruz Villalón, … Precisamente, uno de los últimos conflictos que acaba de concluir tras la intervención del ministro de Justicia señor Bermejo- ministro que repite- pues él lo afirma y lo asegura el gobierno, es el de justicia. Los funcionarios se declararon en huelga haciendo uso de sus derechos y el resultado, bien conocido de todos al aparecer en los diversos medios de comunicación, constituyó un muy grave perjuicio para el correcto funcionamiento de los Juzgados Centrales de Instrucción de la Audiencia Nacional, la suspensión de casi el 100% de los juicios de los Juzgados de lo contencioso-administrativo y de un 64% de las vistas en el caso de la Sala de lo Social. En definitiva una lucha laboral, una guerra, que termina a las puertas del caos si no en el caos mismo. Sin embargo pocas voces se levantarán en contra del derecho de los trabajadores- funcionarios de la justicia española en esta ocasión- a evolucionar, a mejorar, a demandar justicia- nunca más oportunamente traída a colación- usando los medios legales que antes se mencionaron en palabras del Catedrático Jesús Cruz Villalón. Será como digo a pesar de conocerse- un líder sindical lo reconocía así- la relación entre triunfo de los asalariados y revés: quiebra para el ciudadano. Porque hay muchas huelgas que suponen el serio trastorno de la vida de terceros y la mengua en sus derechos. Plante laboral habitualmente tenido como mal menor puesto que conviene respetar la ley y “arrimar” el hombro de cara a una tarea que, mañana, puede ser asunto que ataña a quienes son agraviados en ese momento. Ocurre que lo razonable, según creo, en este y en todos los casos- pienso en apartados como el de la sanidad, la limpieza, la alimentación, la energía o el transporte, por ejemplo- sujetos a la suspensión de servicios y atenciones básicas que deben recibir las personas, es, una vez obtenidas y satisfechas las reivindicaciones que cupieran, reanudar la actividad realizando horarios extraordinarios si es necesario para poner al día lo evidentemente retrasado por culpa del bien superior que se ha perseguido al obrar como se obró. No se hace, no lo contemplan los funcionarios ahora, ni ayer los enfermeros o las brigadas de limpieza anteayer, y debiera existir tal iniciativa propia del respeto que unos y otros colectivos debieran tener por las personas a las que sirven. No se hace y es, por lo tanto, hora de reconsiderar una ley y unos derechos que no pueden ejercerse de manera tan violenta y causando males mayores que aquello que se quieren paliar. O eso o, como con tantas cosas, la ley de la selva.

No hay comentarios: