jueves, mayo 11, 2006

COMPROMISO CON EL HORIZONTE

A muy temprana hora, cuando Herrera desgranaba por segunda vez los titulares de las noticias de la jornada, me estremecí de risa pensando en el “choteo” del que iba a ser objeto quien digo protagoniza las mañanas informativas de Onda Cero, por parte de algunos de sus colaboradores. Don Carlos comulga de manera acérrima con lo que significan los colores del Real Betis Balompié y se veía obligado a la glosa alborozada- alegre pero con sordina- del triunfo futbolístico acontecido a poco del final del miércoles día diez de mayo: Sevilla campeón de la UEFA. Algo humillante para el seguidor de un equipo que este año, además, se ha salvado del descenso por los pelos.
Y este episodio ocurrió al mismo tiempo que mis ojos registraron el paso aéreo de una cigüeña... Las cigüeñas, ya lo he dicho en otras ocasiones, contribuyen al sosiego que tantas veces para mí procuro y me parecen un ejemplo de belleza e independencia notable. Ellas no se “casan” con nadie sino que permutan la elaboración de rutas celestes que son aerodinámico valor de paz cual me lo parece la mansedumbre de los olivos, por la vecindad pacífica en nuestros pueblos y ciudades. No son de buitres ni de chacales, no de halcones ni de palomas, y declararse sevillista, bético, del Atleti, del Madrid, del Barça del Español, de derechas o de izquierdas, es algo de lo que soy tan partidario como ellas. Igual al pie del campanario que desde lo más puntiagudo de la veleta, parece que a mí me cuadra más loar lo que merezca ser así glosado o desaprobar severamente lo procedente sin atender a colores ni banderas. Prefiero contemplar y demostrar admiración, acaso compartir, decir lo que me gusta y lo que nunca quiero conmigo, sin militancias ni obediencias debidas. Nunca la propia voz bajo contrato, de ningún modo por el solo hecho de la sangre, el lugar donde se nace, los colectivos que constituyen el desempeño social y laboral o la afectividad a la que humanamente se aspira, modificar la coherente expresión de lo que se aprecia como justo. Soy con todos los que me parece que reúnen los valores que predominan en mi ideario de bondad y estoy contra los que defraudan los mínimos de cordura reconocidos como patrimonio de mujeres y hombres conforme a la inteligencia, la emoción y la correspondencia para bien con los otros. Pero que nadie me busque en el círculo exclusivo de los que se pretenden el supremo exponente de algún carácter o mérito. No me encontrarán ahí. Si hay que comprometerse con alguna causa lo haré con el horizonte y con el vuelo de las cigüeñas.

No hay comentarios: