domingo, mayo 07, 2006

LO SUPE DE TUS LABIOS.

No siempre la poesía gusta pero, como tantas cosas, el placer de leerla se produce, precisamente, con la costumbre...

LO SUPE DE TUS LABIOS.

Lo supe de tus labios
o los imaginé sin dedos
para pellizcar las cuerdas.
Vocalizaste la alegría
entre tus dientes
sin registrar
la vez en tu paladar
para el laúd:
“Con esa música
no hago camino”,
me dijiste.
Desde entonces
ni revisto la rosa
ni la invento para ti
Tengo galas
para otros asuntos contigo
y me desnudo de juglar
en otros foros.
Pero temo un eclipse facial
y una breve,
desapacible noche
conmoviéndote
Por eso quise prender estrellas
alrededor de tu lecho
antes de pedirte otro trago
de tabaco
tomado de cualquiera de tus bocas:
siempre tendré
un arpegio para ti
Y para ti
un latido de sudor
cuando las sábanas revueltas.

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