miércoles, mayo 31, 2006

FAMILIA ES COMUNIDAD

Modestamente, pero con orgullo, esta es la demostración de lo que la tecnología puede. Una mujer, compañera de otros foros y puntual madrina en lides de creación lírica, de cuyo hacer poético quedó una pieza ayer mismo añadida, me guió para que lograra dar este primer paso en lo que es el mundo de la composición clásica. Ella reside en Argentina y yo en España.... Brindo por ella y por todo lo que puede que sea a partir de ahora literariamente hablando.




FAMILIA ES COMUNIDAD

Familia es comunidad
salva en todos los abrigos.
Ley de sangre antes que cuna
de inolvidables amigos.

Comunidad no es familia.
Hay cariños verdaderos,
y afinidades fraternas,
cual ocurre entre cuenteros.

Digo: “Amistad es amor”
Amor que viene a ser norte
de la ruta que me atañe
y declaro como aporte.

martes, mayo 30, 2006

EL ÁRBOL

Hoy es día de lírico encuentro, día de celebración. Por eso traigo aquí a mi madrina, en cuanto al hacer de la poesía clásica se refiere, a fin de regalar a los que se sumen un buen momento de inspiración y sensibilidad. Lo que se leerá se publicó en LA CASA DE ASTERIÓN ( http://www.lacasadeasterion.net/proyecto/index.php ) y la poetisa de la que les hablo es Sara Eliana Riquelme...

EL ÁRBOL

Tras un marco labrado
se abre un mundo ignorado
donde un ángel habita.

Un eterno desierto, una hondonada, yerma.
Una aguada agoniza chupada por la arena.

Un tronco emerge, blando. Porfiado serpentea.
Con esfuerzo infinito se aleja de la tierra.

Tiende sus brazos largos, tentáculos nudosos.
Sus ruegos son un grito que oye el cielo nuboso.

Los dioses, impotentes, observan, desde arriba,
la lucha de este ángel por defender la vida.

De la altura desciende una diosa parida
y el ángel la sostiene con ternura infinita.

Sus ramas despojadas, desnudas, lastimeras
mendigan un milagro con gemidos de fiera.

Un agón de tragedia, un agón de agonía,
se cierne sobre el ángel de la vida, que expira.

©saraeliana

domingo, mayo 28, 2006

EL FIN DEL MUNDO O SU REINICIO: profecía apócrifa de Nostradamus.

Medirá con los ojos la distancia que hay entre el crucifijo y el reclinatorio desde el que permanecerá orando de rodillas. Se alzará, no sin cierto esfuerzo y, recordando las palabras de San Lucas, balbuceará:

- No soy*

Luego dando unos muy lentos pasos para retirarse, exclamará de nuevo:
- No soy**

Y, a punto de tocar con la pared contraria, mientras prosigue su retroceso, aún albo en sus hábitos, resplandecerá como una centella que desanda la vida a través de todos los años y edades.

Entonces, el Santo Padre, “de pie, calentándose”***, pues en casa de Caifás habrán preparado un brasero a fin de evitar el frío de la madrugada, al escuchar de parte de uno de los siervos, “¿No te he visto yo en el huerto con Él?”****, desenvainará su espada mientras suena como trueno una colérica afirmación surgida de su garganta:

- ¡¡ Sí, yo soy, yo soy !!

Acometerá entonces a los presentes, cantará el gallo a continuación y, como una castillo de naipes o una escultura de arena azotada por las olas, todo el futuro se precipitará hasta desaparecer. Será como si nunca hubiera ocurrido.

Y la historia comenzará de nuevo...



(* ** *** **** Palabras del Evangelio de San Lucas)

sábado, mayo 27, 2006

NO HAY ROSAS SIN ESPINAS NI PAZ SIN GUERRA

El galanteo puede ser obra de pirata nocturno si el agente de tales presupuestos, con la oscuridad por aliada, busca en jardines privados y rosales públicos el capullo esplendoroso que haga tintinear los ojos de la dama cuyo cortejo se dirime. Quebrará para ello los tallos que correspondan, sin permiso. Pero, así y todo, seguro que el merodeador encuentra indulgencias entre marginales y románticos. De lo que no tengo certezas es de la aprobación que concitará su “audacia” si la ofrenda no es lo que parece. Porque, ¿y si la rosa no es la rosa?... Lo expresa mejor David Gistau y así lo dejó escrito en su columna del jueves veinticinco en el diario EL MUNDO: “Las rosas blancas, se hacen llamar. Cada día 24, un coro de actrices remedará a las vestales que tapizaban con pétalos el camino del César. La infantería pancartera que en tiempos de Aznar, enamorada de su propio reflejo en el estanque, ocupó la garita de vigilancia crítica, acude ahora a la llamada del amo para decorar su triunfo, el de Zetapé, en el que aceptará cualquier función salvo recordar al presidente que también él es mortal. Algo tardío este compromiso por la paz del que no tuvimos noticia cuando había que arropar en su entierro casi clandestino a un guardia civil asesinado. O cuando la reserva moral del cine olvidaba pegarse en la solapa el NO A ETA cada vez que acudía a San Sebastián fingiendo creer que más allá del cóctel no ocurría nada”... Por lo tanto, éstas Rosas van de rosa sólo al corazón de la propaganda. Creo que, en tiempos a tal forma de proceder se le denominaba AGIT PROP... Y afirmo que, para que exista la paz, antes es necesario que se haya declarado una guerra- que ésta exista- a la que responder con el armisticio correspondiente. Con ETA nunca hubo una guerra. Los asesinos en banda, por mucha ideología que digan que respalda sus crímenes, no desatan conflictos bélicos: son demasiado cobardes. Aquí unos ponían las balas y los explosivos y otros las nucas y la vida toda. De modo que será mejor que no se hable de lo que no es. Ni de paz ni de rosas. Y sus floristas repartidoras, si quieren hacer coros, reconfortar o persuadir, deben mejor ofrecer sus capullos a esos otros que lo son como Otegui- Batasuna igual que, tiempo atrás, debieron haber puesto toda una rosaleda en manos de las víctimas, los familiares de los muertos, los que pagaron con su sangre la mucha o poca Democracia de la que ahora disponemos en esta lado de la península Ibérica que todavía se llama España.

viernes, mayo 26, 2006

LETANÍA DEL CIEGO QUE VE

Continúa la poesía. En esta ocasión con uno de mis poemas favoritos. Un texto maravilloso del gran poeta Antonio Colinas. Para uso y disfrute de quien desee detenerse un ratito y leer...


Letanía del ciego que ve


Que este celeste pan del firmamentome alimente hasta el último suspiro.
Que estos campos tan fieros y tan puros
me sean buenos, cada día más buenos.
Que si en tiempo de estío se me encienden las manos
con cardos, con ortigas, que al llegar el invierno
los sienta como escarcha en mi tejado.
Que cuando me parezca que he caído,
porque me han derribado,
sólo esté arrodillándome en mi centro.
Que si alguien me golpea muy fuertesó
lo sienta la brisa del pinar, el murmullo
de la fuente serena.
Que si la vida es un acabar,
cual veleta, chirriando en lo más alto,
allá arriba me calme para siempre,
se disuelva mi hierro en el azul.
Que si alguien, de repente, vino para arrancarme
cuanto sembré y planté llorando por las nubes,
me torne en nube yo, me torne en planta,
que sean aún semillas mis dos ojos
en los ojos sin lágrimas del perro.
Que si hay enfermedad sirva para curarme,
sea sólo el inicio de mi renacimiento.
Que si beso y parece que el labio sabe a muerte,
amor venza a la muerte en ese beso.
Que si rindo mi mente y detengo mis pasos,
que si cierro la boca para decirte todo,
y dejo de rozar tu sangre ya sembrada,
que si cierro los ojos y venzo sin luchar
(victoria en la que nada soy ni obtengo),
te tenga a ti, silencio de la cumbre,
o a ese sol abatido que es la nieve,
donde la nada es todo.
Que respirar en paz la música no oída
sea mi último deseo, pues sabed
que, para quien respira
en paz, ya todo el mundo
está dentro de él y en él respira.
Que si insiste la muerte,
que si avanza la edad, y todo y todos
a mi alrededor parecen ir marchándo
se deprisa,
me venza el mundo al fin en esa luzque restalla.
Y su fuego
me vaya deshaciendo como llama
de vela: despacio, muy despacio,
como giran arriba extasiados los planetas.

Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946) es autor de El río de sombra. 30 años de poesía (1967-1997) (Visor) y Libro de la mansedumbre (Tusquets). 'Letanía del ciego que ve' pertenece al poemario inédito Tiempo y abismo.

jueves, mayo 25, 2006

ARMONÍA

Pues esto días son fechas de "rebolicamiento", vorágine no se sabe si artificial o producto de algún enfado de "Madre Natura", bien vendrá algo de sosiego. Por eso me receto y hago extensivo el "medicamento" a los que lo leyeren, este poema del jesuita LEANDRO CALLE, escritor argentino nacido en Zárate, provincia de Buenos Aires. Ha realizado estudios de humanidades, filosofía y teología. Completó parte de sus estudios literarios en el taller de Elizabeth Azcona Cranwell. Poemas suyos han sido editados en la Antología de fin de siglo de Editorial Vinciguerra, y en medios gráficos del país. Recibió en 1998 mención de honor del Fondo Nacional de las Artes. Actualmente pertenece al grupo literario El sello, el cráneo y la sed.


Armonía

Fragmentos
partículas de hombre
las reliquias de una voz o un canto.
Esta desperdigada relidad.
Instantes.
Rompecabezas de diminutos tiempos
algún borde guardado en un abismo.
Segmentos.
La libertad pegada a la boca de los hombres.
Esta desperdigada realidad
desprendida del pasado
desprendida del todo
engarzada y suspendida
en la imposible tareade hacer coincidir el universo.
Fragmentos.
Esta desperdigada realidad.
Pero se tiende como un mantel la noche
y todo se unifica en el poema.

miércoles, mayo 24, 2006

Hace escasos días se cumplieron quinientos años de la muerte de Cristobal Colón en Valladolid. Por eso me parece oportuno escribir aquí este poema de Rubén Darío...

"A COLON"

Desgraciado Almirante! Tu pobre America,
tu india virgen y hermosa de sangre cálida,
la perla de tus sueños,
es una histérica Un desastroso espíritu posee tu tierra;
donde la tribu unida blandió sus mazas,
hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra,
se hieren y destrozan las mismas razas.
Al ídolo de piedra remplaza ahora
el ídolo de carne que se entroniza,
y cada dia alumbra la blanca aurora
en los campos fraternos sangre y ceniza.
Desdeñando a los reyes nos dimos leyes
al son de los cañones y los clarines,
y hoy el favor siniestro de negros bueyes
fraternizan los Judas con los Caínes.
Bebiendo la esparcida savia francesa
con nuestra boca indigena semi-española,
dia a dia cantamos la Marsellesa
para acabar danzando la Carmañola.
Las ambiciones pérfidas no tienen diques,
soñadas libertades yacen deshechas.
Eso no hicieron nunca nuestros Caciques,
a quienes las montañas daban las flechas!
Ellos eran soberbios,
leales y francos,
ceñidas las cabezas de raras plumas;
Ojala hubieran sido los hombres blancos
como los Atahualpas y Moctezumas !
Cuando en vientre de América cayó semilla
de la raza de hierro que fue de España,
mezcló su fuerza heroica la gran Castilla
con la fuerza del indio de la montaña.
Pluguiera a Dios las aguas antes intactas
no reflejaran nunca las blancas velas;
ni vierana las estrellas estupefactas
arribar a la orilla tus carabelas!
Libres como las águilas,
vieran los montes
pasar los aborigenes por los boscajes,
persiguiendo los pumas y los bisontes
con el dardo certero de sus carcajes.
Que más valiera el jefe rudo y bizarro
que el soldado que en fango sus glorias finca,
que ha hecho gemir al Zipa bajo su carro
o temblar las heladas momias del Inca.
La cruz que nos llevaste padece mengua;
y tras encanalladas revoluciones,
la canalla escritora mancha la lengua
que escribieron Cervantes y Calderones.
Cristo va por las calles flaco y enclenque,
Barrabas tiene esclavos y charreteras,
y las tierras de Chibcha,Cuzco y Palenque
han visto engalonadas a las panteras.
Duelos,
espanto,
guerra,
fiebre constante
en nuestra senda ha puesto la suerte triste:
Cristóforo Colombo, Pobre Almirante,
ruega a Dios por el mundo que descubriste!

Ruben Dario 1892.

martes, mayo 23, 2006

LA SALVACIÓN

El ingenio puede ser la salvación... Nada más digo porque lo exprersa mejor Adolfo Bioy Casares...

LA SALVACIÓN

Ésta es una historia de tiempos y de reinos pretéritos. El escultor paseaba con el tirano por los jardines del palacio. Más allá del laberinto para los extranjeros ilustres, en el extremo de la alameda de los filósofos decapitados, el escultor presentó su última obra: una náyade que era una fuente. Mientras abundaba en explicaciones técnica y disfrutaba de la embriaguez del triunfo, el artista advirtió en el hermoso rostro de su protector una sombra amenazadora. Comprendió la causa. "¿Cómo un ser tan ínfimo" - sin duda estaba pensando el tirano - "es capaz de lo que yo, pastor de pueblos, soy incapaz?".

Entonces un pájaro, que bebía en la fuente, huyó alborozado por el aire y el escultor discurrió la idea que lo salvaría. "Por humildes que sean" - dijo indicando el pájaro - "hay que reconocer que vuelan mejor que nosotros".

lunes, mayo 22, 2006

MAYO

Buscaba un poema de mayo y una poetísa lo trae aquí. Se trata de Gioconda Belli y lo que siguen son versos que aparecen en su obra Truenos y arcoiris (1979-1982)...

MAYO

No se marchitan los besos
como los malinches,
ni me crecen vainas en los brazos;
siempre florezco
con esta lluvia interna,
como los patios verdes de Mayo
y río porque amo el viento y las nubes
y el paso de los pájaros cantores,
aunque ande enredada en recuerdos,
cubierta de hiedra como las viejas paredes,
sigo creyendo en los susurros guardados,
la fuerza de los caballos salvajes
el alado mensaje de las gaviotas.

Creo en las raíces innumerables de mi canto

domingo, mayo 21, 2006

EL ÚLTIMO VIAJE DEL ALMIRANTE

Domingo de décimas recordando el teatro de la radio en la radio- Radio Nacional de España, Radio Uno-: era el Almirante Colón en su último viaje, toda una vida de luces y sombras, de glorias y misterios que me emocionó. Por eso...

EL ÚLTIMO VIAJE DEL ALMIRANTE

Viaja el Almirante
residente en la memoria
pálpito de la historia
cinco cientos, un instante,
proa a lo inquietante.
Y llegará de regreso
de la gloria y el suceso
que terminó en Valladolid.
Noticia que doy en Madrid
Colón honor digo es eso.

Santo, divisa, bandera,
ingenio, ejemplo de audacia
y- niego decir falacia-
incógnita duradera
que tanto desespera.
Pues es como un sol velado
quien de la mar regalado
fue de ella señor y dueño.
Y prendió de luz el sueño
Que es hoy épico legado.

viernes, mayo 19, 2006

LA BELLEZA

Supe de verdad el valor de las palabras que escribiré a continuación, cuando las escuché en la voz de un cantante, poeta, pintor y cineasta, también autor de las mismas. Sólo en aquella ocasión sonó en mis oídos sin la intermediación tecnológica de los soportes que conocemos o a través de la radio. Fue que me emocioné y sucede desde entonces siempre que la rememoro. Así que, porque no hace nada que en la mejor compañía posible, asistí a un recital de otro músico genial- tan distante en sus registros como necesarios y sustancialmente parecidos- porque la risa es ideología y también la belleza, con mayúsculas la de Luis Eduardo Aute que no es un chiste pero se recibe con tremenda alegría....

LA BELLEZA

Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón
y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo mas alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza...
Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
mas que nausea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...
Y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales,
¡viva la revolución!
Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…

jueves, mayo 18, 2006

DE CHAVALINES

La ciudad toma sus últimas cervezas en los bares o se sienta frente a la tele mientras ingiere el menú de la noche. Da la impresión de posponer todo apaciguamiento si se observa el aún intenso tráfico, pero en algún momento obrarán los que están en camino conforme a las premisas del ocaso. Y, como entre los rescoldos de la hoguera quedan oportunidades para el fuego, es prudente estar alerta. De otro modo no lo hubiera percibido... Él es pequeño y de una pieza, veloz como el cachorro mediano de LOS INCREÍBLES, ese personaje de PIXAR perfectamente apto para dejar sentados en la línea de salida a los más rápidos atletas de toda la historia y especialistas en los cien metros lisos. Logra la atención del chofer cuando éste operaba para devolver el autobús a los carriles de la calzada urbana. Porque el trabajador puede y quiere- debe ser de los pocos que no dudan si se trata de interponer todo cuidado gentil a lo que las ordenanzas estimen- queda interrumpida la maniobra y las puertas del coche se abren. Es la apertura del cielo para el intrépido y diminuto “correcaminos”, quien anuncia: “ Viene mi madre”... Sube el héroe, un poco después la madre empujando un carrito en el que es conducida la réplica del infante ya aposentado en una de las plazas del transporte público, su mellizo, y la vida, el trayecto de la línea uno, se ve reanudada. Es cierto que la señora y los críos se apean una parada antes del final de esta circulación y también que el responsable de la misma identifica a la familia como usuaria habitual de ese itinerario, pero sabe a gloria que la diligencia del pequeño hay sido correspondida por el temple generoso de quien tal vez se recuerda peatón en otras ocasiones y agradecería mucho ser tratado de la misma forma. Sienta bien y reconforta. No siempre se conocen sucesos tan poco dados a la épica y, sin embargo, constituyentes de uno de los más provechosos atisbos de la esperanza. Porque si la bondad sin clamores, sin cantos que la glosen, sin pancartas que la reclamen, sin publicidad, sin nombre, se produce cual desfloran las rosas en el rosal, merecerá la pena un nuevo amanecer. Además, ahora que recuerdo lo que estoy contando recibo noticias de Daniel. Él y sus siete años han sido de nuevo de lo más contundente. A la salida del colegio acompañado de su hermana, de su abuelo y de uno de sus mejores amigos, responde así a la madre del último que mencioné, quien recordaba el castigo que sufrieron todos los alumnos asistentes al comedor: “No hay nada que decir porque no ha ocurrido nada”. No hay problema luego no existe. ¡Como “Pepiño” Blanco! ¡¡Hay que ver las lecciones que dan los niños!!

miércoles, mayo 17, 2006

A LA DAMA DAMA

No suelo escribir poesía clásica, más un reto, una colaboración me proponen y, para el ingreso, he puesto mi vista en el Mediterráneo. Aseguran que la Dama ya está en Elche y yo mejor que nadie sé que la Dama siempre está en ese municipio de Alicante. Digan, como cantaría RAPHAEL, lo que digan los demás...


A LA DAMA DAMA

La Dama entre las damas
a orillas del Vinalopó
toda la atención copó
de plumillas y otras famas.
Mañanas y tardes, clamas,
que serán sus visitantes
entre doctos, estudiantes,
y vecinos con menos don.
Mas, pues muchos turistas son,
es mejor que después, antes.

Digo de ir a visitarla
para evitar tumultos
no pasemos por incultos
y molidos al mirarla.
Que será como agregarla
a los modos de la moda:
estás, pues eres en toda;
si no, no cuentan contigo.
Por eso dirán que digo
como de novia y boda.

Que llega la chica al altar
y están suyos y padrinos,
invitados y vecinos
bien atentos al avatar.
Prestos todos para posar
y acreditarse sonrientes
que no sentencien las gentes
súbita incomparecencia.
Armémonos de paciencia:
ya vendrá el crujir de dientes.

Y mientras dama es la Dama,
Dama tú entre las mujeres.
Si te digo que te esperes
es por prender la llama
de los besos y la flama
de los goces en el amor.
Digo que es mucho mejor
dama de Ílici latido
que busto de piedra dormido
aunque de íbero valor.

Entonces voy a tus brazos
Dama de la risa constante,
alegre cual deslumbrante
sol de amarillos trazos.
Oro en todos los abrazos.
Ardor que nace en levante
del que me siento aspirante
por verdad y sentimiento.
Quiebre Cronos al momento
de saber en mí tu amante.

martes, mayo 16, 2006

GRANATE

Es recomendable, según el aserto popular indica, no contraer nupcias en martes ni emprender camino por mar. Mas, superticiones aparte, ya que hace días que los poetas callan en este lugar de lo inaprensible, mejor será concederle un mineral precioso a la jornada. Por eso de CLARA JANÉS...

Granate

Rúbea rosa detenida en macla,
envuelta en doce flancos cristalinos,
visión del vino traspasado a luces
o vaso de crepúsculo colmado.
En vano el fruto afín se multiplica
emulando tu nombre y tu figura,
aja y dispersa el tiempo su semblante.
Tu pleno ser no es ara de mudanza
pues no cede al transcurso su firmeza
y de alegría el corazón corona.

lunes, mayo 15, 2006

PIRATA

Si no concluyó, el Campeonato Nacional de Liga está por finalizar aunque viene después el Mundial y otras emociones predominantemente varoniles. Sea como fuere, un cuento. De fútbol, pero un cuento: lo publicó en FICTICIA Leo Mendoza y dice así...

PIRATA

El señor Ferrari lo dice a voz de cuello, a quien sea.Se lo dijo a la peña americanista que se reúne aquí en la cantina para luego marchar rumbo al estadio.Se lo dijo al único necaxista que conozco: un escritor alto, barbado que de cuando en cuando se toma una cerveza entre nosotros, como si bajara de su nube.Se lo dijo hasta al señor Fernández a quien lo único que le interesa son los Tigres capitalinos y los Yanquis de Nueva York.-Déjense de Luis Hernández y de García Aspe. Primero está el Pirata y luego Hugo Sánchez.Y si el señor Ferrari - así como los coches italianos, los del caballito volador- lo dice, hay que creerle. Porque él no es de aquí, aunque lo pareciera por el gusto que le ha agarrado al tequila.Él llegó para jugar futbol y jugó bien, con los "Millonetas" que hoy son "Águilas". Dice que jugaba de medio y entre los que visitan la cantina, los que se vienen aquí para ver los partidos huyendo de sus casas y de los reclamos de sus mujeres, hay muchos que todavía lo recuerdan.Por eso su palabra es ley.Y si él dice que el Pirata Fuente ha sido el mejor jugador que ha dado México, hay que creerle.Porque su padre lo llevó a verlo jugar al estadio de Vélez Sarfield y fue su ídolo los tres años que permaneció en el equipo: bueno para el regate, para el desborde y para tirar a gol. Bueno para jugar en una cancha que ni siquiera un chancho -dice que así le dicen a los puercos- aceptaría como chiquero.Dice que el Pirata fue un adelantado, que en estos tiempos sería fenómeno.El señor Ferrari dice que cuando jugó en Vélez, el Pirata ya traía la fama de bacán, que es lo mismo que borracho o bebedor o, mejor dicho, de pícaro y pendenciero. Que muchos lo vieron trasnochando en vísperas del partido, pero también dice que a la hora buena, en cuanto sonaba el silbatazo, saltaba a la cancha como una locomotora y al terminar el partido se tendía cuan largo era para sudar la resaca que es como allá le dicen a la cruda.Dice que así era. Que si el técnico le prohibía irse de farra, el Pirata andaba mal y de malas, pero que a la primera curda -"que es como andar bien pedo", explica el señor Ferrari- se le borraba toda la mala suerte y regaba talento y habilidad por todo el campo.Eso dice y aquí, en la cantina, nadie se atreve a contradecirlo.Aun cuando algunos aseguran que de argentino tiene lo que de cubano las tortas.Y cuando el partido esta por comenzar, luego de sus dos tequilas, el señor Ferrari toma su muleta -un accidente, che, pura mala pava, dice- y paso a pasito nos deja acompañados por el recuerdo de su futbolista favorito.

domingo, mayo 14, 2006

EN EL TREN

Uno de los dos grandes novelistas españoles del siglo XIX es Pérez Galdós. El otro Clarín. De modo que, como lujo de hoy domingo, de Leopoldo Alas Clarín...

EN EL TREN

El duque del Pergamino, marqués de Numancia, conde de Peñasarriba, consejero de ferrocarriles de vía ancha y de vía estrecha, ex ministro de Estado y de Ultramar... está que bufa y coge el cielo... raso del coche de primera con las manos; y a su juicio tiene razón que le sobra. Figúrense ustedes que él viene desde Madrid solo, tumbado cuan largo es en un reservado, con que ha tenido que contentarse, porque no hubo a su disposición, por torpeza de los empleados, ni coche-cama, ni cosa parecida. Y ahora, a lo mejor del sueño, a media noche, en mitad de Castilla, le abren la puerta de su departamento y le piden mil perdones... porque tiene que admitir la compañía de dos viajeros nada menos: una señora enlutada, cubierta con un velo espeso, y un teniente de artillería. ¡De ninguna manera! No hay cortesía que valga; el noble español es muy inglés cuando viaja y no se anda con miramientos medioevales: defiende el home de su reservado poco menos que con el sport que ha aprendido en Eton, en Inglaterra, el noble duque castellano, estudiante inglés.
¡Un consejero, un senador, un duque, un ex-ministro, consentir que entren dos desconocidos en su coche, después de haber consentido en prescindir de una berlina-cama, a que tiene derecho! ¡Imposible! ¡Allí no entra una mosca!
La dama de luto, avergonzada, confusa, procura desaparecer, buscar refugio en cualquier furgón donde pueda haber perros más finos... pero el teniente de artillería le cierra el paso ocupando la salida, y con mucha tranquilidad y finura defiende su derecho, el de ambos.
-Caballero, no niego el derecho de usted a reclamar contra los descuidos de la Compañía... pero yo, y por lo visto esta señora también, tengo billete de primera; todos los demás coches de esta clase vienen llenos; en esta estación no hay modo de aumentar el servicio... aquí hay asientos de sobra, y aquí nos metemos.
El jefe de la estación apoya con timidez la pretensión del teniente; el duque se crece, el jefe cede... y el artillero llama a un cabo de la Guardia civil, que, enterado del caso, aplica la ley marcial al reglamento de ferrocarriles, y decreta que la viuda (él la hace viuda) y su teniente se queden en el reservado del duque, sin perjuicio de que éste se llame a engaño ante quien corresponda.
Pergamino protesta; pero acaba por calmarse y hasta por ofrecer un magnífico puro al militar, del cual acaba de saber, accidentalmente, que va en el expreso a incorporarse a su regimiento, que se embarca para Cuba.
-¿Con que va usted a Ultramar a defender la integridad de la patria?
-Sí señor, en el último sorteo me ha tocado el chinazo.
-¿Cómo chinazo?
-Dejo a mi madre y a mi mujer enfermas y dejo dos niños de menos de cinco años.
-Bien, sí; es lamentable... ¡Pero la patria, el país, la bandera!
-Ya lo creo, señor duque. Eso es lo primero. Por eso voy. Pero siento separarme de lo segundo. Y usted, señor duque, ¿a dónde bueno?
-Phs... por de pronto a Biarritz, después al Norte de Francia... pero todo eso está muy visto; pasaré el Canal y repartiré el mes de Agosto y de Septiembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn...
La dama del luto y del velo, ocupa silenciosa un rincón del reservado. El duque no repara en ella. Después de repasar un periódico, reanuda la conversación con el artillero, que es de pocas palabras.
-Aquello está muy malo. Cuando yo, allá en mi novatada de ministro, admití la cartera de Ultramar, por vía de aprendizaje, me convencí de que tenemos que aplicar el cauterio a la administración ultramarina, si ha de salvarse aquello.
-Y usted ¿no pudo aplicarlo?
-No tuve tiempo. Pasé a Estado, por mis méritos y servicios. Y además... ¡hay tantos compromisos! Oh, pero la insensata rebelión no prevalecerá; nuestros héroes defienden aquello como leones; mire usted que es magnífica la muerte del general Zutano... víctima de su arrojo en la acción de Tal... Zutano y otro valiente, un capitán... el capitán... no sé cuántos, perecieron allí con el mismo valor y el mismo patriotismo que los más renombrados mártires de la guerra. Zutano y el otro, el capitán aquél, merecen estatuas; letras de oro en una lápida del Congreso... Pero de todas maneras, aquello está muy malo... No tenemos una administración... Conque ¿usted se queda aquí para tomar el tren que le lleve a Santander? Pues ea; buena suerte, muchos laureles y pocos balazos... Y si quiere usted algo por acá... ya sabe usted, mi teniente, durante el verano, isla de Wight, Cowes, Ryde, Ventnor y Osborn...
El duque y la dama del luto y el velo quedan solos en el reservado. El ex-ministro procura, con discreción relativa, entablar conversación.
La dama contesta con monosílabos, y a veces con señas.
El de Pergamino, despechado, se aburre. En una estación, la enlutada mira con impaciencia por la ventanilla.
-¡Aquí, aquí! -grita de pronto-; Fernando, Adela, aquí...
Una pareja, también de luto, entra en el reservado: la enlutada del coche los abraza, sobre el pecho de la otra mujer llora, sofocando los sollozos.
El tren sigue su viaje. Despedida, abrazos otra vez, llanto...
Quedaron de nuevo solos la dama y el duque.
Pergamino, muerto de impaciencia, se aventura en el terreno de las posibles indiscreciones. Quiere saber a toda costa el origen de aquellas penas, la causa de aquel luto... Y obtiene fría, seca, irónica, entre lágrimas, esta breve respuesta:
-Soy la viuda del otro... del capitán Fernández.


Obtenido de "http://es.wikisource.org/wiki/En_el_tren"

sábado, mayo 13, 2006

EL DISCÍPULO

Como hoy es sábado cualquier anotación que se deposite en este lugar virtual ha de ser algo con vitola de fiesta. Por eso, ahora, un clásico...

El discípulo.

Oscar Wilde

Cuando murió Narciso, el remanso de su placer se trocó de una copa de aguas dulces en una copa de lágrimas saladas, y llegaron llorando a través de los bosques las ninfas de las montañas, las oréades, para consolar al remanso con su canto. Y cuando vieron que el remanso se había trocado de una copa de aguas dulces en una copa de lágrimas saladas, soltaron las verdes trenzas de sus cabellos y gritando al remanso le dijeron: -No nos sorprende que hagas un duelo tal por Narciso, tan hermoso como era. -¿Era hermoso Narciso? –dijo el remanso. -¿Quién había se saberlo mejor que tú? –respondieron las ninfas-. A nosotras siempre nos desdeñaba, pero a ti te cortejaba, y solía recostarse en tus orillas e inclinarse a mirarte, y en el espejo de tus aguas reflejaba gustoso su belleza. Y el remanso respondió: -Pero yo amaba a narciso porque, cuando recostado en mis orillas se inclinaba a mirarme, en el espejo de sus ojos veía mí propia belleza reflejada.

jueves, mayo 11, 2006

COMPROMISO CON EL HORIZONTE

A muy temprana hora, cuando Herrera desgranaba por segunda vez los titulares de las noticias de la jornada, me estremecí de risa pensando en el “choteo” del que iba a ser objeto quien digo protagoniza las mañanas informativas de Onda Cero, por parte de algunos de sus colaboradores. Don Carlos comulga de manera acérrima con lo que significan los colores del Real Betis Balompié y se veía obligado a la glosa alborozada- alegre pero con sordina- del triunfo futbolístico acontecido a poco del final del miércoles día diez de mayo: Sevilla campeón de la UEFA. Algo humillante para el seguidor de un equipo que este año, además, se ha salvado del descenso por los pelos.
Y este episodio ocurrió al mismo tiempo que mis ojos registraron el paso aéreo de una cigüeña... Las cigüeñas, ya lo he dicho en otras ocasiones, contribuyen al sosiego que tantas veces para mí procuro y me parecen un ejemplo de belleza e independencia notable. Ellas no se “casan” con nadie sino que permutan la elaboración de rutas celestes que son aerodinámico valor de paz cual me lo parece la mansedumbre de los olivos, por la vecindad pacífica en nuestros pueblos y ciudades. No son de buitres ni de chacales, no de halcones ni de palomas, y declararse sevillista, bético, del Atleti, del Madrid, del Barça del Español, de derechas o de izquierdas, es algo de lo que soy tan partidario como ellas. Igual al pie del campanario que desde lo más puntiagudo de la veleta, parece que a mí me cuadra más loar lo que merezca ser así glosado o desaprobar severamente lo procedente sin atender a colores ni banderas. Prefiero contemplar y demostrar admiración, acaso compartir, decir lo que me gusta y lo que nunca quiero conmigo, sin militancias ni obediencias debidas. Nunca la propia voz bajo contrato, de ningún modo por el solo hecho de la sangre, el lugar donde se nace, los colectivos que constituyen el desempeño social y laboral o la afectividad a la que humanamente se aspira, modificar la coherente expresión de lo que se aprecia como justo. Soy con todos los que me parece que reúnen los valores que predominan en mi ideario de bondad y estoy contra los que defraudan los mínimos de cordura reconocidos como patrimonio de mujeres y hombres conforme a la inteligencia, la emoción y la correspondencia para bien con los otros. Pero que nadie me busque en el círculo exclusivo de los que se pretenden el supremo exponente de algún carácter o mérito. No me encontrarán ahí. Si hay que comprometerse con alguna causa lo haré con el horizonte y con el vuelo de las cigüeñas.

miércoles, mayo 10, 2006

DE COMO NACEN LOS CHIRIVÍES

Habrá muy eruditas personas que sepan lo que es un chivirí, pero igual es mejor leer un cuento como el que sigue. Lo encontré en una de las ediciones de la revista electrónica de literatura infantil CUATROGATOS....



DE COMO NACEN LOS CHIRIVÍES

Por Luis Caissés Sánchez

La primera vez que la mujer se echó a reír alegremente, el hombre dijo:
–¿No sabes hacer otra cosa? Igualita al chivirí.
Y malhumorado imitó groseramente al pájaro:
–Ji-jí... Ji-jí... Ji-jí.
Y la mujer dejó de reírse delante de él, pero cuando estaba sola o lo suficientemente lejos para que el hombre no pudiera oírla, se reía todo lo que le venía en ganas.
La primera vez que la mujer se sorprendió de ver una rosa azul, el hombre dijo:
–¡Ya estás de aspavientosa! –para terminar por decir–: Igualita al chivirí, que por todo forma un escarceo.
Y enojado imitó groseramente el grito del pájaro:
–Rua-ruá... Rua-ruá... Rua-ruá.
Y la mujer dejó de asombrarse ante cada nueva cosa que descubría, pero sólo cuando tenía delante al hombre; en cuanto estaba sola o donde él no pudiera oírla se alborozaba a más no poder.
La primera vez que la mujer dejó tan limpia la casa que no permitió al hombre derramar sobre el piso la ceniza de su tabaco, el hombre protestó de inmediato:
–Ni que fueras el chivirí, que vive limpiándose el pico las veinticuatro horas del día para creerse más limpio que nadie.
Y groseramente imitó el gesto del pájaro.
A partir de entonces la mujer dejó de limpiar diariamente la casa para dedicarse, como el chivirí, a tener su cara bonita, mirarse en los espejos más de lo debido y asomarse a la ventana para ver a los demás pasar.
La primera vez que la mujer se asomó a la ventana, el hombre dijo:
–Ya está el chivirí: mirando para todas partes con sus ojos saltones.
Y agriamente añadió:
–Se te va a torcer el cuello de tanto mirar lo que no te importa.
Y la mujer dejó de asomarse a la ventana y se dedicó a cuidar del patio, a sembrar matas de rosas y claveles, podar el limonero, enderezar la enredadera y arrancar la hierba de los canteros de begonias con tanta laboriosidad que no dejaba de andar constantemente de un lado a otro.
La primera vez que el hombre reparó en el ir y venir de la mujer por el patio, dijo:
–¿No puedes estarte quieta un minuto?
Y con mal talante agregó:
–Ni que fueras el chivirí: ¡Vuela para aquí! ¡Vuela para allá!
Y al punto, ante los ojos pasmados del hombre, la mujer abrió los brazos y salió volando como el chivirí:
–Rua-ruá... Rua-ruá... Rua-ruá.
Fue lo último que escuchó el hombre antes de verla desaparecer para siempre en el cielo azul.



Luis Caissés Sánchez es un destacado poeta cubano nacido en Holguín, en 1951. Autor de varios libros de poesía y narrativa para niños y jóvenes, entre los que se encuentran El pintorcillo, Cuentos nuevos que parecen antiguos, Cantos de caminos, El violinista de las siete de la tarde y Cuentos como flores y cantos para raíces. El cuento que reproducimos fue publicado por primera vez en 1997 por Eguzki Argitaldaria en Bilbao, España.

martes, mayo 09, 2006

SIN GRITOS

De nuevo, tras un detenida singladura, la palabra de la que conviene hacerse eco...

SIN GRITOS...

En las Islas Salomón, en el sur del Pacífico, algunos lugareños practican una forma única de tala de arboles. Si un árbol es demasiado grande para ser talado con un hacha, los nativos lo hacen caer a gritos. (No tengo a mano el articulo, pero juro que lo he leido). Los leñadores con poderes especiales se suben a un árbol exactamente al amanecer y, de pronto, le gritan con toda la fuerza de sus pulmones. Lo harán durante treinta dias. El árbol muere y se derrumba. La teoría es que los gritos matan el espíritu del árbol. Según los lugareños, da siempre resultado.!Ay, esos pobres inocentes ingenuos! ¡Qué extraños y encantadores hábitos los de la jungla! Gritarles a los árboles,vaya cosa. !Qué primitivo! Lástima que no tengan las ventajas de la tecnología moderna y de la mentalidad científica.
¿Y yo? Yo le grito a mi mujer. Y le grito al teléfono y la segadora de césped. Y le grito a la televisión y al periódico y a mis hijos. Incluso se dice que he agitado el puño y le he gritado al cielo algunas veces.
El hombre de la puerta de al lado le grita mucho a su coche. Y este verano le oí gritarle a una escalera de tijera toda una tarde. Nosotros, la gente educada, urbana y modrena, le gritamos al tráfico y a los árbritos y a las facturas y a los bancos y las maquinas... sobre todo a las máquinas. Las máquinas y los parientes se llevana la mayor parte de los gritos.
Yo no sé lo que hay de bueno en ello. Las máquinas y las cosas siguen en su sitio. Ni siquiera darles patadas sirve aveces para nada. En cuanto a las personas, bueno, los isleños de Salomón pueden apuntarse un tanto. Gritarles a cosas vivas puede hacer que se muera el espíritu que hay en ellas. Los palos y las piedras pueden romper nuestros huesos, pero las palabras rompen nuestros corazones.

Robert Fulghum.

En... http://blogs.ya.com/antesfuivalentina/200507.htm

lunes, mayo 08, 2006

GENERAR ESPERANZAS

Creo que no es la primera vez, mas, a mis ojos, la fotografía que se repite en cuantos diarios he visto es todo un tratado de la infamia social: una persona de las que desde África viajan por mar a fin de alcanzar el “paraíso de occidente”, yace agotado sobre la arena a pocos metros de unos bañistas perfectamente dedicados a tomar el sol como si nada ocurriera. Puede decirse que se trata de un hecho puntual, la actitud absolutamente reprobable de un reducido grupo que obra en contra de cualquier principio humano pero inconveniente minoritario al fin. Sin embargo cualquier observador imparcial afirmará sin lugar a dudas que no es el proceder habitual agente definitorio de vocaciones solidarias entre las gentes... Nunca olvido, cuando reflexiono sobre aquello que tiene que ver con el acervo de fraternidad que debería ser patrimonio de todos, la ocasión, hace bastante tiempo- que uno tiene una edad- acompañando a la chica que fue mi primera novia e intentando auxiliarla durante uno de esos intensos espasmos que algunas mujeres sufren en pleno proceso de menstruación. Ella tuvo que detenerse y encorvarse hasta casi caer en el intento de contener el dolor, gesto que duró unos instantes, y nadie, nadie, se acercó siquiera a preguntar si necesitaba ayuda. Distinto a lo que sucedió hace un par de días, pero parecido: reunidos a comer en el mismo lugar donde se desarrollaba su Muestra, los artesanos participantes- gentes que por las vinculaciones con un mundo natural y opuesto a la salvaje competitividad de nuestros días se esperan más amistosas y cooperantes- superado el último bocado a los postres, abandonaron la “mesa” alígeros como gacelas, dejando al compañero coordinador del evento, al fin socorrido por una rezagada de la “tribu”, como único garante de la restauración del sitio que es un parque al que le sientan mal los restos de comida y envases varios. El mismo día de la inauguración, ésta misma persona hubo de recorrer las calles entre casetas presto a recoger del suelo los embalajes empleados en transportar las piezas luego a la venta que ninguno de los manufactureros consideró oportuno llevar al contendor de basura o papelera más cercana... Pero en esta ocasión no deseo concluir sólo con un retrato, uno más de los que nos explican socialmente, sino con una idea, que me parece de valor cimero. La utopía puede ser y será deseable; perseguir el bien común y universal, norte que no se puede olvidar nunca. Mas, la certeza de sabernos falibles y muy lejos de las excelencias que se publicitan quizás para mantenernos bajo control no ha de suponer menoscabo en la diaria búsqueda y ejercicio del pequeño trofeo. Digo de la ocupación anónima y sin otro rédito que la satisfacción personal por éticos procederes y correspondencia entre derechos y obligaciones. La justa bondad, por ejemplo, de una empleada de limpieza que me dicen al servicio de una escalera de vecinos- una mujer árabe- que, ante el caso de precariedad laboral de su marido y del marido de una amiga, ocasional sustituta mientras la citada trabajadora estuvo de baja por una operación y ahora también desempleada, decide compartir las tareas laborales con quien prestó servicios en su mismo puesto de trabajo y así también la remuneración. Estos episodios, emocionantes episodios, son los que cuentan y aunque creo que la foto con la que iniciaba este “parlamento” es imagen de lo que por desgracia abunda, me importa más el suceso pequeño y sin publicidad generador de esperanzas diarias. Cualquiera como éste que he conocido.

domingo, mayo 07, 2006

LO SUPE DE TUS LABIOS.

No siempre la poesía gusta pero, como tantas cosas, el placer de leerla se produce, precisamente, con la costumbre...

LO SUPE DE TUS LABIOS.

Lo supe de tus labios
o los imaginé sin dedos
para pellizcar las cuerdas.
Vocalizaste la alegría
entre tus dientes
sin registrar
la vez en tu paladar
para el laúd:
“Con esa música
no hago camino”,
me dijiste.
Desde entonces
ni revisto la rosa
ni la invento para ti
Tengo galas
para otros asuntos contigo
y me desnudo de juglar
en otros foros.
Pero temo un eclipse facial
y una breve,
desapacible noche
conmoviéndote
Por eso quise prender estrellas
alrededor de tu lecho
antes de pedirte otro trago
de tabaco
tomado de cualquiera de tus bocas:
siempre tendré
un arpegio para ti
Y para ti
un latido de sudor
cuando las sábanas revueltas.

sábado, mayo 06, 2006

DEL AGUA 2006

Fuentes, cauces, canales, riveras, meandros, cascadas, aljibes, cántaros, azures, pilones, estanques, charcos, lluvia, oleaje, ducha, piscina, marea, riego, nube, playa: humanidad. Palabras, algunas, de las que, por artificio o designación, utilizamos a la hora de nombrar el agua. Porque, como ya se sabe, un porcentaje muy elevado de cada uno de nosotros es agua. De hombres y mujeres, y del planeta: Planeta Agua, precisamente, es el título de una canción de la que tuve noticia al escuchar uno de los primeros trabajos discográficos de Ana Belén en el que se loa esa fantástica y hermosa realidad de la vida que es el agua. Pero el agua, el agua dulce concretamente, es un bien que, a pesar de su universalidad, es objeto de ambiciones y dominio, a menudo espejo del carácter menos digno de ciudadanas y ciudadanos pobladores de no importa qué lugares. Se discute por el agua, se pelea, se legisla, se pretende decidir a quien pertenece el agua de un río atendiendo al tramo que discurre por determinado territorio aunque tal propósito merezca el calificativo de absurdo. Mas, la demencia de determinaciones como la que los políticos que trabajan para la reforma del estatuto de autonomía aragonés anuncian con respecto a las aguas del río Ebro- asegurarse por ley un número mínimo de metros cúbicos de agua para uso exclusivo de la citada región- es degradación que no se debe tomar a broma. Cuando se llega a un estado de cosas en el se pone en cuestión lo que debería suponer patrimonio del común de la naturaleza, toda otra apelación a la bondad, el espíritu solidario y la civilización se convierte en cínico recurso que impide vislumbrar cualquier otro entendimiento desinteresado. Porque lo que nos espera, dado que ya se obra conforme a lo que a cada cual pueda beneficiarle- recuérdese que la corriente del río más largo de la península fluye por varias comunidades autónomas- pase o no sobre los derechos del vecino, es la violencia y tal vez, la guerra: ¿qué ocurrirá, por ejemplo, con los ciudadanos de Portugal si en España se dispone del caudal del río Tajo como si esa afluencia preciosa naciera y desembocara, como el Guadalquivir, en el propio territorio del estado? ¿No se sentirán agraviados? ¿No pretenderán que se respete su acceso a un torrente que es el que es desde hace miles de años? ¿Nos espera quizás la sed, tal vez el racionamiento? ¿Habrá que rearmarse para defender lo indefendible?... Qué triste es ver llover y saber que hay quienes le están adjudicando título de propiedad, poniendo precio y garantizándolos con sangre a cada gota de agua que cae.

viernes, mayo 05, 2006

LA MENDIGA

Terminaré por defraudar a los que leen este Blog... o no. Lo digo porque hace días que no escribo algo de mi propia autoría. Pero no se dirá que tengo mal gusto en cuanto a los textos que escojo para poner aquí. de momento hoy, de Mario, don Mario Benedetti...


LA MENDIGA


La mendiga bajaba siempre a la misma hora y se situaba en el mismo tramo de la escalinata, con la misma enigmática expresión de filósofo del siglo diecinueve. Como era habitual, colocaba frente a ella su platillo de porcelana de Sèvres pero no pedía nada a los viandantes. Tampoco tocaba quena ni violín, o sea que desafinaba brutalmente como los otros mendigos de la zona.A veces abría su bolsón de lona remendada y extraía algún libro de Hölderlin o de Kierkegaard o de Hegel y se concentraba en su lectura sin gafas.Curiosamente, los que pasaban le iban dejando monedas o billetes y hasta algún cheque al portador, no se sabe si en reconocimiento a su afinado silencio o sencillamente porque comprendían que la pobre se había equivocado de época. Mario Benedetti.

jueves, mayo 04, 2006

CIUDADES

Durante uno de mis habituales viajes como internauta encontré el texto que se leerá a continuación, publicado anteriormente en el número uno de la revista literaria ARGOS. Al leerlo, vino a mi memoria el extraordinario libro de Ítalo Calvino LAS CIUDADES INVISIBLES, y me pareció de lo más oportuno añadirlo a la coleccíón o galería de obras que merecen la pena ser leídas e intercaladas con otras, seguramente menos importantes, que son los que me corresponden como autor..

CIUDADES 4

Por Ricardo Sigala Gómez

Hay ciudades a las que no se puede nombrar, porque ante su belleza o magnitud las palabras se quedan en poco. Hay otras que no se deben nombrar porque al nominarlas se están falseando; en el afán de relatarlas se refiere una nueva, o como bien se ha dicho, una falsa.
Ciudades hay que gozan de infinidad de nombres: el que le dan sus propios habitantes, como le llaman sus aliados, como la nombran sus enemigos, la propia onomatopeya de los bárbaros, el que le inventan sus soñadores, el que le aplican por equivocación los viajeros, el que hubiera querido darle Dios pero la voluntad de sus criaturas fue más fuerte, y así, hasta el infinito.
Hay ciudades que son bellas sólo por su nombre, que‚ me dicen de Esmirna, de Estefanía, y que a veces les está de más la realidad urbana o la de sus moradores.
Hay ciudades que no se deben nombrar porque sería fatal para el osado. Pero, y este es el caso que nos ocupa, hay ciudades que no se deben pensar porque de la misma forma sería fatal. Yo sé de una ciudad así. Por eso cuando hablo de ella, hablo de cualquier otra, real o imaginaria. No me den tiempo de pensar, me falta hablarles de una ciudad famosa por su mercado; de otra que se recuerda por su río seco que baja a beber agua al mar; de la poseedora de una fuente con aguas milagrosas; de la que guarda maravillas en sus mujeres.
Habrá que hablar de una ciudad memorable por el sonido de sus campanas, por su forma de votación para elegir gobierno, de otras y otras y otras y otras...

miércoles, mayo 03, 2006

OCUPACIONES

Se trata de un breve pero hermoso poema de Juan Gelman, vate argentino cuya palabara es cita y tesoro hoy.



OCUPACIONES

al alba es que me levanté con tu nombre y lo repetí
como una buena noticia y lo dije entre los peces y
los tigres y lo canté o mostré su resplandor contra
los rostros del país y lo guardé como una espada
piedritas sol rehenes de tu nombre
que se me haga paladar

martes, mayo 02, 2006

EL SENDERO DE LAS PAREJAS MALEDUCADAS

Por circunstancias que no vienen al caso, contemplaba las estrellas entre las hojas de los árboles. No era presa de ninguna apetencia cósmica, la seducción romántica ni siquiera conmigo mismo surtió efectos y el escaso ambiente del parque, a pesar de ser fin de semana, era motivo más de tedio que ocasión de nocturnas expectativas. A pie firme pero ligeramente inclinado sobre una de esas vallas metálicas que suelen utilizarse para contener a los ciudadanos durante convocatorias urbanas o en prevención para evitar su paso, a mi izquierda el viejo templete de la música: es hoy atracción de chicos y grandes por el solo hecho de su altura octogonal y dudo que sobrepasen el número de siete las fechas anuales en las que se producen en él acontecimientos artísticos o lúdicos; un lugar que me trae recuerdos del fin de la infancia. Y a mi derecha un grupito de adolescentes y veinteañeros complacidos en su charla trago a trago. Hay que decir que en el parque, durante su última reforma, la superficie ajardinada se dispuso en elevación simulando las suaves ondulaciones de una loma. El caso es que, seguramente porque en esta sociedad la prisa es lo que manda, seguramente porque somos educados en la falta de respeto, seguramente porque esforzarse es cosa mal vista, cuando los citados marranitos- naturalmente, al irse pensaban en los oficios del empleado correspondiente para recoger sus desperdicios- fueron desfilando de dos en dos- chico y chica o chico y chico- en vez de desplazarse por las calles y recorridos propios del peatón, atravesaron en línea recta ascendiendo y descendiendo hasta salir de “la Concordia”, que así es como se llama el recinto del que escribo... Parecen actitudes reprobables pero de carácter venial, menos importantes. Y desde luego que lo son. Sin embargo constituyen uno de los sumandos de la mala educación que cunde, no sólo entre las personas de edades antes dichas, sino, por ejemplo, padres, de la mano de sus retoños, que faltan a la responsabilidad contraída con sus hijos desde el día mismo de su concepción, haciéndoles partícipes o consintiendo tan lamentables procederes. Por lo tanto, aunque no me molesté en verificarlo, debe haber una marca humana de pisadas sobre los jardines, probablemente a no tardar hierba seca, así se hayan utilizado como atajo para pasar en un sitio donde se diría que el ocio tranquilo y sin prisas predomina. Senderos de estulticia que no hacen de por sí estigmatizable a una colectividad, pero que sirven para definirla.

lunes, mayo 01, 2006

AGUA DE LA NOCHE...

Lírica preciosa de otro gran poeta, que no sólo de prosa vive el hombre... ni la mujer.


Agua en la noche, serpiente indecisa,
silbo menor y rumbo ignorado:
¿Qué día nieve, qué día mar? Dime.
¿Qué día nube, eco
de ti y cauce seco?
Dime.
—No lo diré: entre tus labios me tienes,
beso te doy, pero no claridades.
Que compasiones nocturnas te basten
y lo demás a las sombras
déjaselo, porque yo he sido hecha
para la sed de los labios que nunca preguntan.

PEDRO SALINAS, 1923