Bueno, van a ser tres días de vacaciones. Tres de silencio en esta plaza. Alasalamar viaja al "Marratón" de los Cuentos de Guadalajara y de allí traerá noticias. Mientras un fragmento clásico, un párrafo de Quevedo en el que se habla de valores universales, de esos que están siempre en controversia: para reflexionar...
Por Francisco de Quevedo y Villegas
Vinieron la Verdad y la Justicia a la tierra, a buscar con quien estar: la una no halló comodidad por desnuda, ni la otra por rigurosa. Anduvieron mucho tiempo así, hasta que la Verdad, de puro necesitada, asentó con un mudo. La justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos; y, viendo que no hacían caso de ella y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse, huyendo, al cielo. Salióse de las grandes ciudades y cortes, y fuese a las aldeas de villanos, donde por algunos días, escondida en su pobreza, fue hospedada de la Simplicidad, hasta que envió con ella requisitorias la Malicia. Huyó entonces de todo punto, y fue de casa en casa pidiendo que la recogiesen. Preguntaban todos quién era, y ella, que no sabe mentir, decía que la Justicia. Respondíanle todos: "Justicia, y no por mi casa; vaya por otra", y así, no entraba en ninguna; subióse al cielo, y apenas dejó acá pisadas. Los hombres que esto vieron, bautizaron con su nombre algunas varas que, fuera de las cruces, arden muy bien allá y acá sólo tienen nombre de Justicia ellas y los que las traen..."
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