Ay, que ya regreso: alasalamar en Castilla.
INVASIÓN
Iván Olmedo
Comenzamos con una naranja. Usando nuestro Rayo, dispersamos sus átomos y la recompusimos en el interior del planetoide hueco que habíamos construido para tal fin, a cinco mil millones de kilómetros de distancia. Nadie se percató de su desaparición. Seguimos con una oveja. Su pastor la echó en falta al hacer el recuento, pero tres días después se convenció de que jamás la encontraría, ya que los lobos la habían devorado. Éxito total.
Una casa abandonada en pleno campo no fue mayor problema para nuestro Rayo. Pasaron meses y hubo extrañeza, pero la casa fue olvidada y aceptado el misterio. La desaparición de un avión de combate no pudo ser ignorada, pero ante la evidencia y la falta de pistas para recuperarlo se impuso la resignación.
Nos llevará tiempo, pero la Tierra será conquistada. La robaremos átomo a átomo.
Iván Olmedo nació en Oviedo, Asturias, España, en 1972, aunque nunca ha vivido allí. Aunque es pintor, en los últimos se ha sentido atraído por la literatura y el resultado son los relatos que publicó en Nitecuento, Artifex y Parnaso. Dice preferir el terror y la fantasía oscura, aunque aclara que los géneros no tienen que ser un obstáculo para un verdadero creador.
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