jueves, noviembre 23, 2006
ABURRIDOS O MAJADEROS
A menudo sospecho lo que, más tarde, la auscultación del día a día creo me confirma: entre los responsables de la administración, de todas las administraciones, procedan de formaciones políticas o intervengan en la misma con la vitola de independientes, cunde el aburrimiento. Eso, o existe un naciente prurito de “originalidad”. ¿Por qué? La respuesta tiene que ver con una apreciación reiterada. En vez de atender a cuestiones, soluciones e iniciativas que resuelvan los apuros y preocupaciones de los ciudadanos- digo los más acuciantes- surgen como ofertas prioritarias medidas que pudieran ser razonables, precisamente, cuando lo esencial está salvaguardado. Ocurrió con el problema del agua y la sugerencia ministerial de gravar el consumo a partir de unos mínimos sumamente irrisorios. En vez de garantizar una distribución justa y acertada de los caudales para consumo humano, riego, actividades comerciales e industriales y recreo, antes de realizar las actuaciones que correspondan para evitar las muchas pérdidas que se producen por las conducciones- en tanto por cierto desmesurado- es decir, presentarse con la tarea, con los deberes hechos, a los responsables dichos no se les ocurre otro invento mejor que el de solventar la escasez de reservas demandando al consumidor un precio que le disuada o haga que se contenga en el gasto. Como suele decirse comenzar la casa por el tejado. Lo mismo que la promoción aquella de las zapatillas regaladas para buscar pisito que “parieron” las luminarias del ministerio de la vivienda, tan torpe como el vídeo testigo de los descuidos del gobierno socialista en materia de orden público que acaba de presentar el Partido Popular- tan burdo que ofrece imágenes de los desaguisados en ese apartado cuando gobernaron e incluso sucesos ocurridos en Colombia- o eso tan mono que va a resultar de información y festejo para los habitantes de Fuenlabrada, en Madrid. Me refiero a las señales de circulación que incluyen o van a incluir símbolos también manifiestamente femeninos: muñequitas que se deduce que lo son por la falda y coleta apreciadas en el dibujo de la misma, aparecidas ya en los indicadores de paso para peatones. Ahora bien, seguro que los fabricantes de este tipo de “mobiliario urbano” estarán proponiendo a los ediles o funcionarios que entienden del asunto, modelos con iconos representativos de homosexuales, transexuales, minusválidos, gordos, flacos, peritos agrícolas, directoras de oficina bancaria... Porque ahí hay un filón... En fin. La majadería no es patrimonio de nadie y en todos los hogares cuecen habas. De acuerdo, Sin embargo, el menú del día en muchos de los despachos del poder, a parte de la ya muy conocida “sopa de ladrillo”, debe consistir en un potaje de idioteces o una estricta dieta de imbecilidad. Quizás, cuando las cosas que de verdad importan o deben importarnos a todos en cuanto a lo que a las mujeres respecta y atañe, justicia, igualdad efectiva que no de número y erradicación de la violencia que se realiza contra ellas, es cuando puedan atenderse estas cosas, cositas tan cucas. O eso, que son majaderos los administradores nuestros, si no se aburren. He dicho.
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