viernes, septiembre 21, 2007

LOS PARDOS OTOÑALES




Con tantos dimes y “diretes”, que si cambio climático, que si horario de invierno, pues que llueva chaparrón. Que llueva chaparrón con azúcar y turrón, como recuerdo haber escuchado durante mi ya muy lejana infancia. Y que llueva que llueva, que el agua es necesaria, propia de un otoño que, al fin, a pesar de los enunciados y equívocos anteriores, llega el día domingo veintitrés de este septiembre a medio liquidar. Eso sí, antes de verificar la ocasión exacta del inicio de este equinoccio, hubo informadores que aseguraban adelantos y otros que apostaban por lo dicho, con lo cual, si uno pone su confianza en aquellos que dan fe de la noticia anteponiendo rigor y profesionalidad teniendo en cuenta los resultados de los que ahora me quejo, la confusión está servida. Pero llueve, es cierto, y, desde las “tribunas catódicas” de nuevo, ofician el adelanto de la estación. Llueve detrás de los cristales, sobre los pardos tejados, y esta tarde ví llover, ví gente correr y no estabas tú. Con unos límites tan escasos da igual ya el otoño a partir del sábado o tras el amanecer del domingo. Llueve y es otoño, vale. Y tú no estás en la calle porque estás conmigo, cigarro y cerveza, de negro irresistible y desmayo cuando sonríes: tú risa abate todas mis defensas. Llueve y aseguraron el cambio. Dicen que se avecina coincidiendo con los días de más brillo de Venus. Venus el astro, la esfera planetaria ardiente que debe su nombre al de la diosa cuyo prestigio como bella entre las bellas sigue incólume, tan campante aún cuando las esferas de los relojes lo son en el inapelable dibujo que las dos agujas de medir trazan. Venus naciendo, como hija de Júpiter y Dione, esposa de Vulcano y amante de Marte, en una almeja gigante. Es lo que se ve al contemplar la inmortal obra de Boticelli. Venus también llamada Astarté, Isthar, Athor, Afrodita, Feronia, Flora. Venus dueña de todas las virtudes y todas las bendiciones. Venus una y tantas Venus. Venus Cloacina, Venus Ericina, Venus Felix, Venus Genetrix, Venus Calipigia, Venus Libertina, Venus Murcia, Venus Obsequens, Venus Verticordia, Venus Victrix, Venus Amica, Venus Armata, Venus Caelestis, Venus Aurea… Venus rezo, oración, letanía de Venus y sus epítetos si se tienen en cuenta las apelaciones al arte antiguo cuando se nombra a Venus: Venus de Milo; Venus de Medici; Venus Capitolina; Venus Esquilina; Venus de Arles; Venus Anadiomena; Venus, Pan y Eros; Venus de Capua; Venus Pudica. Venus que no lo era ante el espejo en el cuadro que pintó Velásquez. Venus dormida para Giorgione. Venus de Urbino para Tiziano. Venus Olympia para Manet. Venus en cada mujer que es Venus y Apolo en cada Apolo mortal. Porque tú, bella, eres mortal y Venus en la vida y en el arte. Venus en la cama, Venus de paseo. Venus fumando con cerveza y de negro, negro irresistible y desmayo cuando sonríes: tú risa de sol que, como la lluvia, abate todas mis defensas. Lluvia de otoño y amor. Sí, aunque muerdas el lóbulo de mi oreja y la operadora responda: este semental está apagado o fuera de servicio. Otoño que rima y será. Otoño que lo es porque al anochecer, como en otoño, todos los gatos son pardos. Otoño que ya está aquí, en tu medio durmiente reposo sobre el sofá mientras contemplas en la tele EL COMISARIO. Otoño para sumar humedades bajo la lluvia, entre las cortinas del baño, luego de la siesta y del café. Porque la vida sigue, sigue el deseo con Venus y el poder de tu sonrisa, y sigue la muerte: al fin todo esta bien.


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