lunes, septiembre 17, 2007

A UNA GOTA DE ROCÍO


Ya es muy tarde y ella se fue a dormir. siempre que se acuesta antes que yo, me parecen pocos los abrazos que designan la voluntad de un sueño profundo, reparador y mejor despertar cual le deseo. ¿Reposará con los besos suficientes?... ¡Maldición!... Ya me ha dado otro ataque de romanticismo... Hasta mañana cuando el sol claree.





A UNA GOTA DE ROCÍO



Por Andrés Trapiello



Van forjando al rocío fondo y forma

en la secreta fragua,

cuando nadie lo ve, para después

dejarlo igual que un vaso en la alacena

de la naturaleza inabarcable,

agua de pozo limpia y sed al mismo tiempo.

Y cómo estos principios se combinan

para pulir, tal piedra de diamante,

el silencio y la rosa

de donde nace al fin, como del poro

de la noche agitada van naciendo

nuestros sueños más íntimos,

esa pequeña gota

destilada en el tallo de cualquier loca avena.

Luego el sueño también le vence a ella,

y se evapora, devolviéndole al mundo

su perfume de rosa y su silencio,

y no deja más rastro

que en nosotros la vida, si morimos.

Y por ello, si fuera dios yo un día,

no cogería arcilla de la tierra

ni ninguna otra cosa,

sino a ti, mi pequeña Galatea

que en la avena te meces dulcemente,

y ordenaría al punto: Hágase el hombre

de esta lágrima pura,

y así quizá pudiera ser el hombre,

pleno en su instante único

entre tan bellas nadas,

más duradero sueño, una leyenda.



De "Un sueño en otro"

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