jueves, agosto 20, 2009

TODOS CON TODAS Y TODOS Y VICEVERSA (1)


Francisco José Ayala es un biólogo español afincado en Estados Unidos, según leo en un ejemplar del diario El Mundo, edición a la venta el 27 de julio de 2009, donde viene impresa la entrevista que le hizo Alfonso Mateos. Fue, además, asesor de Bill Clinton y está considerado en la actualidad como uno de los mayores expertos en Darwin. Descubrirle ha sido todo un hallazgo y atender a su buen juicio, un seguro de ponderación y equilibrio cual es divisa de quienes, en su especialidad, saben ofrecer los pormenores de la materia que dominan sin alarmismos ni vaticinios catastrofistas. Por ejemplo. Interesado el periodista acerca de la capacidad del ser humano para alterar el medio ambiente en su propio beneficio obtiene una respuesta encarecida y, no obstante, sin reservas: “Tal vez es mejor ser positivos. La especie humana ya no se adapta al ambiente cambiando sus genes, sino que cambiamos el ambiente en función a las necesidades de los genes. Seguimos siendo animales tropicales, necesitamos una media de 24º C o 25º C para funcionar bien. Sin embargo, hay personas que viven en sitios muy fríos. No han cambiado su filosofía han transformado el ambiente con la ropa y la vivienda. Sin alas, volamos mejor que los pájaros y viajamos por mares y ríos mejor que ningún pez, porque manipulamos el ambiente según nuestras necesidades. Tenemos esta gran posibilidad de cambiar el ambiente y utilizarlo para nuestro propio beneficio, y eso nos hace responsables por la gran expansión de la humanidad”… Es decir, el problema persiste, nos concierne, es un testigo que nos apunta, sí, pero de otro modo. Porque no se trata solo de sobrepasar el monto crítico de recursos disponibles en el planeta, sino que la suma cuyo resultado corresponde al número total de los que aquí nos hemos juntado, ya nos habla. Urge, con su verbo implacable, a la contención, dice que somos muchos. Que solicitamos a “la madre Tierra” bastante más que el “pan nuestro de cada día”… Así, visto lo que sucede y conforme a lo anteriormente expuesto, para Ayala, establecer el punto, el lugar hasta donde se puede llegar, es complicado. Los avances tecnológicos proporcionarán una prórroga, cierto hueco extra para unos cuantos más de nosotros en el futuro, pero tal consecución supone, nada más, posponer la que se avecina: teniendo en cuenta los cálculos que el prestigioso biólogo hizo unos quince años atrás, contando con la tasa de crecimiento registrada durante aquella época, “mayor que la actual, para el año 2450 habría 30 centímetros cuadrados por persona sobre la Tierra”…

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