miércoles, agosto 05, 2009

SERÍA FANTÁSTICO


Hay una canción que compuso Joan Manuel Serrat, SERÍA FANTASTIC, cuya letra en uno de sus pasajes dice: “Seria tot un detall, tot un símptoma d'urbanitat, que no perdessin sempre els mateixos i que heretessin els desheretats”… En español, “Sería todo un detalle,/ todo un síntoma de urbanidad,/ que no perdieran siempre los mismos/ y que heredasen los desheredados”. Me acuerdo de ella y creo que lograré el perdón y la clemencia general si me atrevo a parafrasear al maestro del Poble Sec para decir… Sería todo un detalle que mañana, cuando abandone mi domicilio y los termómetros estén próximos a licuarse tras un nuevo exceso solar, cualquier nube de esas, espontáneas, rollizas pero inofensivas si se piensa que pudiera haber tempestad por la tarde, decidiera mostrarse de lo más simpática y acompañase mi camino. Así, como una sombrilla celestial, como un entoldado de ganas húmedas. Ausente en lo que a aparato eléctrico se refiere pero pródiga en riego si es necesario. Es verdad que sería todo como un favor personal. Una circunstancia distinta y probable fenómeno de laboratorio. Sin embargo, la cierta constatación de lo bueno que es convivir con libros ilustrados o tebeos. Porque pensar así es un valor o causa de deterioro que surgen con el tiempo y aquí son cincuenta años ya. De lo magnifico que es acordarse de los muchos que desearían ser “Califa en lugar del Califa”- eterno empeño del malvado visir Iznogud cual lo dibujó Tabary con guiones de Goscinny- políticos cuyo horizonte preferente es el poder y juegan todo lo sucio que sea necesario para conseguir sus objetivos. Acordarse sin intermediación de colores, banderas, himnos e ideologías- a menudo versión erudita o popular de un modelo para la convivencia que enmascara la imperativa exigencia de exterminar al del otro bando- reconocerlos, y tacharlos de los aledaños de lo bueno como se hace con todo lo prescindible. De la buena hora que fue cuando pusieron en mis manos un universo de héroes y villanos a quienes puedo atribuir parte del conforme apartado de imaginación y alegría que tantas veces manifiesto y sirve para que solicite de la naturaleza esas galas o servicio de sombra cotidiana en días como estos en los que el sol se convierte en estrella “non grata”. Sirve para cosas como esas y para que sostenga un pulso de futuro durante el que espero contemplar sucesivos ejercicios de justicia. De la acuñada por mor de unas buenas leyes y, mientras esta sucede, un aluvión y encartamientos sobresaliente en poesía determinante. Un refrendo de la realidad que se necesita mediante la circunstancia inesperada de su consecución y debida a no se sabe qué cosa salvo que fuera el venablo lírico de un juglar inexistente. Porque necesitamos más confianza que fe, más adhesión a la causa ajena tras conocer lo que hacen los otros y que esos actos sean cosa buena. Porque necesitamos que la noche se imponga ahora que la luna llena es amada redonda, que los aparatos de medirnos la temperatura de la vida se tomen también un respiro y, como me contó una amiga que hizo hace poco, nos demos el capricho de dilapidar las siete u ocho horas de descanso que contabilizan entre las veinticuatro de una jornada, consumiéndolas en apreciar el firmamento tumbados sobre la arena a la orilla de la mar. Sería todo un detalle. Sería Fantastic.

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