miércoles, febrero 07, 2007

DE LA MADRE NATURA Y LOS SUPERHÉROES QUE VIENEN



Se llama Al Gore, fue vicepresidente de los Estados Unidos de Norte América durante el mandato de Bill Clinton y candidato a la presidencia de su país. Ocasión electoral luego malograda, es verdad que por muy poco, fracasando en dicha lid política ante G. W. Bush… Aún no ha dicho si concurrirá, como otros líderes demócratas de su partido, a la carrera presidencial, pero de momento prosigue con sus negocios en Europa. Recientemente departió con José Luís Rodríguez Zapatero y, juntos, acordaron su participación- en calidad de perito- a fin de evaluar la Estrategia Nacional contra el Cambio Climático que el gobierno socialista presentará en pocas semanas. Dicen los cronistas, que ZP se comprometió a facilitar la divulgación de la película UNA VERDAD INCÓMODA en los colegios públicos españoles. En ella, el dirigente americano aparece frente a la cámara mientras da una conferencia que supone el pretexto de sus viajes por todo el mundo. Un empleo, por cierto, con el que nos viene avisando de lo que sabemos desde hace tiempo: la Tierra, que ha cambiado de clima cíclicamente a lo largo de toda su historia, parece haber entrado en un proceso de aceleración y desajuste en el que las actividades humanas tiene un peso muy grande. Según los científicos de la ONU, el hecho ya es irreversible y lo urgente ahora es minimizar las circunstancias propias de este desaguisado, evitando a la vez que se recrudezcan los peores efectos del trastorno dicho. Y lo cierto es que, a pesar de bandos e intereses, de militantes y beneficiarios, contando con dictámenes mucho más conservadores, los avalados por quienes dicen que no es para tanto, y con otros, los absolutamente apocalípticos, a punto de recomendarnos la vuelta a las cavernas, hay datos y sucesos que no admiten discusión en lo que concierne al transcurso de este apartado de la vida que es conciliar sociedad y naturaleza. Sin embargo, las aspiraciones de este “telepredicador yanki” son el Premio Nobel de la Paz y la consecución del Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, Ahí es nada. Él que evitó presentar su dimisión cuando, quien es popular entre saxofonistas y becarias, el marido de la senadora demócrata Hillary, rehusaba su firma para suscribir el tratado de Kyoto. Él que se abstuvo de aprobar por escrito al pacto mencionado y no hizo nada significativo en favor el medio ambiente cuando ocupó la segunda silla de poder más importante del planeta- incapaz no porque no tuviera tiempo, sino por conveniencia- se ha debido rendir conquistado por los miles de dólares que debe cobrar a cambio de su benefactora labor, a punto de aclamación además como la estrella de cine que nunca ganará un Óscar y pendiente de lograr tratamiento de héroe. Toda una demostración de impostura que no supera aquella de la inclusión del asesino Josu Ternera en una comisión vasca de derechos humanos, pero que mueve a la sorpresa y el desencanto. Porque, una cosa es que este señor, desde luego con pensión asegurada y cuantiosos dividendos extra, haga lo que hace y esté bien hecho, y otro asunto muy distinto es conceder honores a alguien que, en verdad, por el Planeta, ha hecho durante su vida mucho menos que algunos divulgadores, científicos y naturalistas prestigiosos pero sin el auxilio y altavoz de los periódicos, las radios y las televisiones. Aún hay tiempo para verificarlo, mas, a pesar de todo lo dicho, Al, al final, por prestar la cara y mostrar la estrella de ayudante del sheriff, igual se queda con la medalla del más mejor del patio. Ya verán, cosas más raras suceden.

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