Hay días en los que sospechas que ocurrirá algo en un principio embarazoso. Podría ser, por ejemplo, ponerte al volante de un auto para comenzar tus lecciones de conducción. Harás por aplazar tal cita, mas, como espada de damocles, alguien está al acecho y termina por ejercer sus persuasivos poderes. Porque sí, sí, no hay otras razones, razones objetivas para negarse que las que manifiesta Ana María Shua en este bonito poema...
Odio viajar en auto
Por Ana María Shua
Viajar en auto es bobo,
no es nada divertido,
y de tan aburrido
es casi parecido
a no poder dormir:
¡yo quiero haber llegado
pero no quiero ir!
No quiero contar autos
como ovejitas blancas
que saltan una cerca
que pasan, que pasamos
que van para otro lado,
no quiero ver las torres
de la electricidad
volando tan veloces
que no alcanzo a contar.
Y mi hermanito llora,
papá siempre se enoja,
mamá nos grita basta,
y siento olor a nafta
y quiero irme a mi casa.
Si miro a la distancia
parece que la ruta
está toda mojada.
Mamá dice "Qué lindo,
eso es un espejismo".
A mí me da lo mismo:
ni me parece lindo
ni me parece bello
para ver espejismos
en vez de andar en auto
prefiero ir en camello.
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