miércoles, marzo 07, 2007

DE LA CARPA A LA CELDA


Anuncian el Circo Mundial para este fin de semana y regresa Miss Aurori triunfante. La reina del “más difícil todavía” se impondrá como protagonista estelar de un espectáculo ecuestre- “cuestre lo que cuestre”, que dirían Les Luthiers, estos días haciendo reír al público madrileño- si es que el indiscutible monarca al que temen domadores y payasos, emperador de la selva, y sus hermanos, lo permiten. Porque en los carteles que se han distribuido por la ciudad a modo de propaganda se lee: LEONES MOTORISTAS. Y una función así, pensando en el grado de fiereza de las fieras más feroces, más aún que los Hayden, Jorge Lorenzo, Álvaro Bautista, Pedrosa y Rossi, a punto también de iniciar su brutal disputa como centauros contemporáneos girando por los circuitos de su propio circo, y de la destreza de la que sean capaces a pesar de su condición animal- los leones- es primer plato en toda mesa popular. Cual si se convocara a un Madrid- Barcelona de fútbol a la vez que comienza un campeonato de patinaje artístico. Y me pregunto si el número de los felinos terminará por ser tan predecible como las artes curativas de esa Bruja que ha sido absuelta de un delito de estafa del que se la acusó tras asegurar que sanaría a un enfermo terminal, desahuciado por la medicina, Cobró a tales efectos, claro, y puesto que al fin finalizó el finado, sus deudos reclamaron a la autoridad al creerse objeto de fraude. Pero, igual que no se pueden pedir peras al olmo, exigir a la magia lo que está fuera de su alcance es como invertir en macetas pensando que, con la oportuna simiente de por medio, acontecerá uno de esos espectaculares “pelotazos” en el negocio inmobiliario. Claro que de la justicia se puede esperar todo, como bien se sabe en estos días. La última es la pena menor que el fiscal pide se imponga a un pederasta al que se puede contemplar- filmación mediante- monstruoso e indecente satisfaciéndose al vejar a niños de pecho, casi lactantes. Se alega la falta de resistencia por parte de los niños, abominación que parece atenerse a la ley y, aunque se considerarían ganas de llevar al límite de sus exactos términos la norma, no se debe ocultar que la culpa es del legislador. Pues, si los parlamentarios de uno y otro color atendieran a lo que realmente importa, en vez de conducirse como chavales en patio de colegio en multitud de ocasiones, las consecuencias de tanto desastre seguramente se minimizarían. De modo que se espera lo que no se oculta es plausible aguardar de un reclamo publicitario circense, nada asombra el fracaso de lo triunfante sólo cuando el Santo de turno obra milagros, y el desentendimiento de otra cosa que no sea su propio interés al que nos tienen acostumbrados los políticos, es bastante predecible. Predecible, en fin, como empieza a serlo el ser humano. Como lo es cada día más en tanto en cuanto la ciencia progresa, avanza con paso firme en su afán de explicar nuestro cerebro: además de haberse detectado sin error el pensamiento de un ser humano cualquiera, ya, conocer la decisión a tomar antes de que ese mismo individuo, hombre o mujer, la tome tampoco es dificultad. Es como adelantó el escritor P. K. Dyck en uno de sus cuentos y luego Spielberg en la película basada en la obra del mismo nombre: MINORITY REPORT. En el relato, la policía, mediante unos videntes, averiguaban con razonable margen de tiempo, dónde, cuándo y por quien se iba a cometer un crimen… ¿Hay que pensar que somos entonces predecibles, controlables, prisioneros? ¿Cómo los leones motoristas?

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