sábado, marzo 10, 2007

SUPERAGENTE 86


Célebre por sus desatinos, y a pesar de ellos, Smart contiene a Kaos desde Control. Son los años de la Guerra Fría y, terminada la misión, calza su “zapatófono” de nuevo: la conferencia ha sido imposible porque el número al que llamaba resultó ocupado, sin cobertura o fuera de servicio. Perplejo el Jefe y arrobada Noventa y Nueve, la espía deseada por otro insigne colega, Mortadelo- harto de correr esquivando los porrazos, berrinches y caprichos de la siempre excesiva Ofelia- contemplaban el adiós de Maxwel quien concluye los treinta minutos de cada capítulo de su vida a pie por los pasillos de la salida secreta más famosa de la tele en blanco y negro: cabina de teléfonos afuera y una sucesión de puertas que van cerrándose a su espalda, máximo dos hojas, cual si la forma de caminar del Superagente constituyera el dispositivo que las activara para impedir todo paso. Naturalmente unas suben, otras bajan, aparecen como cortina de izquierda a derecha y de derecha a izquierda o, sujetas a ambos lados, coinciden en el centro. Y, precisamente una de esas, de las dichas, la última, se obstina en desobedecer. La música suena triunfante y el héroe ha de retroceder convencido de su gesto. Basta con ir- “si se tiene que ir se va, que no es por no ir”*- para resolver el contratiempo tecnológico. Pero acudir supone exponerse y si se avanza así puede ocurrir lo no por desconocido más hilarante. ..

Sea como fuere, con la perspectiva de hoy mismo, en pleno debate acerca del cambio climático, es bueno que se sepa: Don Adams, el actor, y no otro es quien sufre la presa de sus narices con la puerta.


*”Muletilla” cómica del dúo Cruz y Raya

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