QUIEBRA
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático: la fábrica de paraguas tuvo que cerrar
PROGRESO.
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático. En la fábrica, conforme a lo previsto, se dispuso lo necesario para el inicio de la transformación de paraguas en sombrillas.
DESLOCALIZACIÓN
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático. En la fábrica, conforme a lo previsto, se dispuso lo necesario para el inicio de la transformación de paraguas en sombrillas. Pero fue al tiempo de recibirse un estudio confirmando la disminución de costes si se trasladaba el emplazamiento fabril a determinado país asiático. Como quiera que el estado elegido comprendía un territorio de clima muy lluvioso, los paraguas continuaron paraguas a pesar del cambio climático: “¡Viva la exportación, se clamó en el comité de empresa!”
OPA
PROGRESO.
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático. En la fábrica, conforme a lo previsto, se dispuso lo necesario para el inicio de la transformación de paraguas en sombrillas.
DESLOCALIZACIÓN
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático. En la fábrica, conforme a lo previsto, se dispuso lo necesario para el inicio de la transformación de paraguas en sombrillas. Pero fue al tiempo de recibirse un estudio confirmando la disminución de costes si se trasladaba el emplazamiento fabril a determinado país asiático. Como quiera que el estado elegido comprendía un territorio de clima muy lluvioso, los paraguas continuaron paraguas a pesar del cambio climático: “¡Viva la exportación, se clamó en el comité de empresa!”
OPA
Llovía. Llovía. Llovía. Escampó. Llovía. Y, de pronto, llegó el cambio climático. En la fábrica, conforme a lo previsto se exportaban paraguas al extranjero, allí donde los temporales hacían imprescindible su uso. Fue cuando una empresa del sector alimenticio, en pleno proceso de diversificación de capitales hizo una Oferta Pública de Adquisición sobre la fábrica, y los accionistas, al cabo del tiempo, sufrieron la crítica del ministerio de la salud por sentarse a la mesa del gran capital con intenciones de exclusiva opulencia: devorar hamburguesas hasta reventar: ¡¿Y los costes sanitarios de la obesidad?!
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