Reconozco un cierto sopor a esta hora de la tarde y, puesto que todos los despertares que recuerdo para bien resultaron ser contigo, me duermo.
LOS SONÁMBULOS
Por Jorge Valdés Díaz-Vélez, de su obra Jardines Sumergidos
Se despertó al oír un ruido
a sus espaldas, un murmullo
de frondas embozado. Abrió
los ojos y rozó en silencio
sus brazos recogidos entre
la nervadura de la sábana.
Qué sucede, por qué no duermes
--le preguntó mientras el alba
ya era otra forma en los espejos.
Me soñaba contigo --dijo
sin mirarle. Y se dio la vuelta,
cerró los párpados del sueño
para buscar la piel que huía
desde sus yemas, luz adentro.
3 comentarios:
Hermoso, inquietante poema, como el despertar de pronto a una atmósfera de sorpresas. Me ha encantado este autor al que leo por primera vez
Un gusto descubrir tu espacio literario al que el azar me condujo.
Saludos...
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