Luego de una tormenta, de esas que los meteorólogos llaman huracán o ciclón, todavía vienen olas embravecidas y los vientos soplan huraños a pesar de la naciente calma. Si durante el arreón nos mantuvimos firmes, más ahora que la levedad pide su sitio...
Jardín Japonés
Por JOSÉ WATANABE
La piedra
entre la blanca arena rastrillada
no fue traída por la violenta naturaleza.
Fue escogida por el espíritu de un hombre callado
y colocada,
no en el centro del jardín,
sino desplazada hacia el Este también por su espíritu.
No más alta que tu rodilla,
la piedra te pide silencio. Hay tanto ruido
de palabras gesticulantes y arrogantes que
pugnan por representar sin majestad
las equivocaciones del mundo.
Tú mira la piedra y aprende: ella,
con humildad y discreción,
en la luz flotante de la tarde,
representa
una montaña.
1 comentario:
Hermoso blog, tanto por la elección de los textos como por los acompañamientos fotográficos.
Gracias por haber elegido un poema mío.
Un abrazo.
Toni García Arias
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