QUÉ GRANDE ES EL CINE
Esteban Martínez Torrico
Nos desplegamos como habíamos visto en "Aliens, el regreso" y descendimos sobre los soldados que comenzaron a disparar inútilmente. Nosotros no llevábamos ningún arma, no la necesitábamos.
Pronto comenzaron a correr y retirarse pero no fueron lo suficientemente rápidos. Atrapé a un soldado y le obligué a mirarme. Antes de atravesarle el cráneo con una de mis bocas pude ver su expresión de incredulidad. Supongo que no pensaba que fuera posible que los Aliens que siempre había visto en el cine existieran de verdad.
Sonreí, lo que provocó una riada de babas que le destrozó la cara. Nuestros genetistas eran buenos. Sólo necesitaban una idea y nuestros enemigos nos la habían ofrecido en bandeja. A todo color y en pantalla grande.
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