domingo, abril 09, 2006

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE EN MADRID

Refulgen cárdenos cuando se van.
Hay que detenerse para verlo tal cual es,
el tráfico, y los que son.
Parten tragados por la Puerta de Alcalá:
desde mi observatorio, antes la Cibeles.
Más ciertos de noche que de día.
Autos que serán gentes
y circulan con un aire diabólico
muy propio de esas horas.
Se diría que todo tiene su minuto
y es el momento que no se desea,
el peligro de la despedida
final.
Un principio de incertidumbre.
No el miedo
al que aluden los matadores de toros,
la percepción mediante la que
podemos adquirir el respeto.
No...
Pienso en ti, y en esa plaza,
pequeñito y admirando los palacios,
el Círculo de Bellas Artes,
el Banco de España,
Correos,
la Casa de América,
celebro la pinza
que dices en ocasiones
pellizca tu alma,
igual que lamento la imposibilidad del abrazo
en ese momento deseado contigo.
Porque, me ves marchar,
como se van esos coches que digo,
y crees que no regresaré
No es así,
pero lo temes.
Lo temes y yo aprendo a valorar tu miedo,
a creer en tu amor...
Después se desesponja la casa de Dios
y echo de menos tu paraguas:
todos los caminos me conducen
a tus besos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I love you